Un acuerdo “xenófobo” que perjudicará, sobre todo, a los españoles. Así define la Marea Granate, el colectivo de migrantes españoles en el extranjero, el acuerdo firmado entre Reino Unido y la Unión Europea a cambio de que David Cameron no apoye el temido Brexit, la salida del país de la Unión.
El acuerdo incluye varias medidas contra la inmigración comunitaria, algo que afecta sobre todo a los españoles, “cuyo principal destino es Reino Unido”. Por ejemplo, se impide que los inmigrantes accedan a subsidios hasta pasados cuatro años de residencia, extendibles a siete, se establecen mecanismos para atajar la inmigración comunitaria de “magnitud excepcional” para acabar con lo que llaman “abuso del derecho a la libre circulación” o incluso la restricción de ayudas sociales para los hijos de los inmigrantes.
Chivo expiatorio
Marea Granate asegura que “los colectivos migrantes vuelven a ser usados como el chivo expiatorio donde focalizar l descontento social generado por el actual proceso de desmantelamiento del estado de bienestar” y avisan de que el acuerdo, firmado el 19 de febrero en Bruselas por los estados miembros bajo la amenaza de Reino Unido, provocará una catarata de países de la Unión que sigan los pasos británicos, “generando un mayor miedo e incertidumbre entre la población migrante”.
El discurso xenófobo que toma forma en Reino Unido no tiene nada que ver con la realidad porque, según Marea Granate, sólo el 3,5% de los españoles que viven en las islas cobra ayudas, lo que supone apenas 4.000 de 119.000 personas. Si se toma como ejemplo a Polonia, que es el país que más migrantes envía a Reino Unido, la proporción es menor: sólo el 3,3%. Cuando se da la vuelta a la tortilla, se ve que en España hay cerca de 3.000 ingleses cobrando ayudas.
Doble moral
Además, según Marea Granate, el acuerdo establece que Reino Unido puede deshacerse de la obligación de participar en los procesos de integración comunitarios. “Tememos que esto pueda significar que cualquier regulación del sistema financiero quede sin efecto, al desvincularse el Reino Unido, quien aloja en la City el mayor conglomerado bancario de Europa”, explica el colectivo.
“Destacamos la doble moral del Gobierno británico que, mientras solicita restricciones para la circulación de personas, pide por el contrario medidas para garantizar la libre circulación de capital, bienes y servicios”, lamenta Marea Granate, que también tiene reproches para el Ejecutivo español: “Criticamos la total pasividad del Gobierno español en funciones representado en la cumbre Europea por Mariano Rajoy, que vuelve a ningunear a quienes tuvimos que salir del país, expulsados por la precariedad laboral y las políticas de austeridad. Nos echan de nuestro país, nos obligan a rogar el derecho a votar hundiendo así las cifras de participación, nos quitan la sanidad por habernos ido y, después de todo, no nos defienden cuando Europa legisla en nuestra contra. Nos afecta legalmente, pero también emocionalmente”.