Toros de fuego, arrojados al mar, enmaromados, perseguidos en vehículos u obligados a arrodillarse ante el patrón. Con la llegada del verano, alrededor de 60.000 animales son utilizado como plato fuerte en las fiestas populares de muchos pueblos españoles. Pero no son sólo toros. 

En España todavía se siguen decapitando gansos (El Carpio de Tajo, Toledo), arrojándose ratas entre las peñas (El Puig, Valencia), o utilizando a bueyes para arrastrar piedras (Erandio, Vizcaya). Y en muchos de los recintos feriales de nuestro país, todavía se pueden encontrar carruseles de ponis, en los que los animales dan vueltas amarrados al centro de la atracción.

Las críticas de los defensores de los animales no han cesado sobre este tipo de celebraciones que cada vez cuentan con más detractores y que contravienen claramente lo expresado en el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, aprobada por la ONU en octubre de 1978, en el que se afirma que “ningún animal será sometido a malos tratos ni actos de crueldad; y si es necesaria su muerte, ésta debe ser instantánea, indolora y no generadora de angustia”.

Repasamos en ELPLURAL.COM algunos de los festejos más ‘salvajes’ que todos los veranos aún se celebran en nuestro país. Festividades contra las que luchan partidos animalistas como el PACMA o colectivos como la Asociación de Liberación Animal.