Para Partido Popular y Ciudadanos los Presupuestos acordados entre el Gobierno y Podemos son la propia encarnación de Lucifer. Los tildan de “ilegales” al tiempo que aseguran que no serán sino el acicate del apocalipsis en España. “¿Unos Presupuestos pactados entre fuerzas de izquierda y que incrementan el gasto social? Menudo disparate”, dirían algunos. Pero en caso de salir adelante, España no sería pionera. Esta ecuación ya la completó Portugal. Y por cierto, los datos macroeconómicos han mejorado notablemente y el país es piropeado por Europa.

El primer ministro portugués, Antonio Costa, del Partido Socialista, obtuvo 86 escaños en las elecciones de 2015; frente a los 86 del Partido Social Demócrata, que ganó las elecciones con 89 escaños. Pero Costa no renunció a gobernar y mediante acuerdos bilaterales sumó al Bloco de Esquerda (19 diputados), al Partido Comunista de Portugal (15) y a los verdes (2). Así, mediante una coalición de izquierdas, llegó al Gobierno sin ser primera fuerza en las urnas.

Esta maniobra no debería resultar ajena. Pedro Sánchez articuló una mayoría parlamentaria para sacar adelante la moción de censura contra Mariano Rajoy.

Al igual que ocurrió en España con Sánchez cuando aterrizó en Moncloa, los conservadores cargaron contra la coalición de izquierdas, tachándola incluso de “galimatías”. No obstante, los datos son reveladores.

Cuando Costa llegó al Gobierno se encontró con un déficit superior al 4% del PIB. Ya con él en el Ejecutivo, en 2016, el déficit se situó en el 2%. En el año 2017 esta cifra alcanzó el 0,9%, el 0,7% este año y estará próximo al 0,2%. Es decir, en cuatro años habría situado el déficit en cifras cercanas al cero.

¿Y cómo lo ha logrado? Con medidas anti-austericidas. En los Presupuestos que ha presentado también esta semana ante Bruselas se incluyen medidas tales como la subida del salario mínimo a los 600 euros (ahora está en 557), se han revertido los recortes y se han subido las pensiones. Seguro que todas estas medidas os suenan…

¿El resultado? La tasa de desempleo ha bajado al 7,9% (el mejor dato en una década), el crecimiento económico es de en torno al 3% y ha reducido la deuda al 118% del PIB, diez puntos menos que cuando llegó.

Con estos datos sobre la mesa y las similitudes que puede establecerse con la actual situación en España, cabría preguntarse si realmente los Presupuestos de Sánchez desencadenarían el apocalipsis.