Parecía un movimiento acotado a los países más castigados por la crisis, pero los resultados electorales estatales y regionales que se van produciendo a lo largo y ancho de la Unión Europea señalan que un movimiento telúrico de fondo recorre la política europea. Siete años y medio de durísima crisis, que primero fue financiera y después económica y social, han impactado de lleno en los cimientos del modelo político que se alumbró en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, que no fue otro que el equilibrio y la alternancia entre la izquierda moderada (socialdemocracia) y derecha civilizada (democracia cristiana). Europa importaba así el modelo norteamericano del bipartidismo perfecto, pero frente a un modelo presidencialista en que el que el Presidente  no rinde cuentas al Parlamento, en toda Europa se apostó por la democracia representativa o Parlamentaria. Se querían conjurar los fantasmas del fascismo y del comunismo con su historia de dictaduras y sufrimiento detrás. La crisis económica y social cuestiona ese modelo y la duda es si es un 'cabreo' temporal de los ciudadanos que pasará cuando pase la crisis o se está alumbrando un nuevo orden político en Europa.

Victoria de bloques, derrotas individuales
A bote pronto parece que los cambios no son definitivos. Los socialdemócratas han vuelto a ganar las elecciones en Suecia, después de dos legislaturas conservadores en las que se han bajado los impuestos pero se ha mermado el admirado Estado del Bienestar sueco. Lo que ocurre es que los socialdemócratas han ganado las elecciones suecas con el peor resultado de su historia, un 31% de los votos, y la ultraderecha -hasta hace bien poco fuera del parlamento nacional- se ha convertido en la tercera fuerza política con un 13% de los votos. En las legislativas suecas el bloque de izquierdas (socialdemócratas, Verdes, ex-comunistas e Iniciativa Feminista) sumó el 43,7% de los votos. La alianza de centroderecha (Partido Moderado, centristas, liberales y cristiano demócratas) el 39,5%. Pero es engañoso, porque si a la alianza de centroderecha se le suma el 13% de los votos del ultraderechista y xenófobo ‘Demócratas de Suecia’, la derecha más la extrema derecha gana. De momento el centroderecha sueco no quiere pactar con un partido acusado de admirar el nazismo, pero veremos cuanto tiempo dura esto.
Algo parecido se puede ver en las elecciones celebradas en varios estados federales alemanes en los últimos quince días

“Alternativa por Alemania”
Los socialdemócratas (SPD) han recuperado el Gobierno en Sajonia y Brandeburgo pero en este último estado federal con un resultado malo, de los peores de su historia. El partido de Merquel  gana en Turingia, un estado del este que siempre ha sido gobernado por la derecha desde la caída del Muro de Berlín. Aparentemente no cambia nada, pero cambia todo, porque el desgaste del SPD es evidente y porque en Turingia, por primera vez desde la reunificación alemana pueden gobernar los post-comunistas, que son los que han tenido un auge espectacular. La llave es el SPD, los socialdemócratas han estado apoyando el gobierno de centroderecha y han sufrido desgaste, ahora deben elegir.

Pero la auténtica revolución de fondo es que un partido creado hace tan solo año y medio, “Alternativa por Alemania” ha conseguido un 10% de votos en Turingia y un 12% en Brandeburgo. Si hoy se celebraran elecciones en toda la República Federal entrarían sin duda en el parlamento nacional. A diferencia de “Demócratas de Suecia” cuya bandera es la xenofobia, Alternativa por Alemania centra su mensaje en contra del euro y es muy siempre, los sufridos ahorradores alemanes pagan a los vagos y despilfarradores del Sur.

En Alemania y en España: “Renovación en todo el país”
La crisis económica y sus sucesivas recesiones se han llevado por delante a quien estuviera gobernando en ese momento, si era socialdemócrata se sustituía por un conservador y viceversa. El problema es que los sucesivos gobiernos no consiguen acabar con la crisis, entre otras cosas porque por sí solos no pueden, así que se extiende por toda Europa la decepción con el sistema ‘tradicional’ de bipartidismo y alternativa entre izquierda y derecha moderadas. Los ciudadanos han llegado a la conclusión de que no sirven para arreglar sus problemas y quieren un cambio radical, de generación y de sistema. Y buena prueba de ello es que dos fuerzas opuestas, Alternativa por Alemania (de extrema derecha) y Podemos de (extrema izquierda) en España comparten puntos en común. El primero su novedad, dado que ambos partidos no llegan a los dos años de vida, y el segundo el mensaje: “Ya no se puede negar. Los ciudadanos quieren una renovación en todo el país”. Lo ha dicho Bernd Lucke, líder de  Alternativa por Alemania. ¿Les suena?

La propia Ángela Merkel ha mostrado su preocupación por el auge de este partido y ha advertido que su crecimiento no solo afecta a su partido (CDU), sino que también quita votos a la izquierda moderada. Las graves crisis económicas siempre alumbran nuevos tiempos políticos, lo que nadie puede predecir es si de esta saldremos con un modelo mejor.

Francia, Grecia, Reino Unido
El ultraderechissta y xenófobo Frente Nacional de Marie Le Pen ganaría hoy las elecciones en Francia, según todas las encuestas. En Grecia el partido nazi de Amanecer Dorado, el hundimiento del PASOC y el nacimiento de Syriza son el resultado de los dos rescates consecutivos y el sufrimiento al que se ha sometido al pueblo griego. En Reino Unido se despeñan los liberales, los partidarios de abandonar la Unión Europea suben y Escocia quiere la independencia. ¿Habría pasado todo esto sin la brutal crisis económica y el austericidio impuesto por la derecha europea comandada por Merkel?.