La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, se han dado hasta el próximo 9 de julio para llegar a un acuerdo sobre aranceles después de que el responsable americano lo dinamitara todo con su amenazara con imponérselos al continente al 50%. Ante la impaciencia de Trump, Von der Leyen le pide tiempo y que espere hasta la fecha inicialmente marcada en el calendario para tomar decisiones.

La responsable europea es la segunda que llama al presidente estadounidense en 48 horas desde que éste advirtió de imponer derechos aduaneros a la mitad a las importaciones europeas. De esta manera, el viernes por la tarde el comisario de Comercio, Marco Sefcovic, hizo lo propio levantando el teléfono para hablar con sus homólogos de Washington, Howard Lutnick, secretario de Comercio; y con Jamieson Greer, representante de Comercio. Cuando terminaron las conversaciones, el jefe negociador europeo pidió por activa y por pasiva “buena fe” y que Trump no se atreviera con amenazas.

Von der Leyen se ha pronunciado de una manera más tranquila, evitando hablar de represalias contra Washington y manteniendo su deseo de “alcanzar un buen acuerdo”, pero que para éste necesitan “tiempo” hasta la fecha señalada.

Pocas reuniones entre Von der Leyen y Trump

Lo cierto es que no se han dado muchas conversaciones entre la presidenta de la Comisión europea y el responsable de la Casa Blanca desde que éste tomó posesión del cargo, y es que no se han reunido una sola vez y lo más cerca que han estado en persona ha sido el funeral del papa Francisco.

Eso no impide que las partes no hayan mantenido varias conversaciones sobre los aranceles antes y después de que Trump lanzara sus primeras medidas proteccionistas que pasaban por la imposición de un 25% de derecho de entrada para el aluminio, el acero, los automóviles y los componentes de los coches. Cabe recordar que Trump suspendió estos aranceles masivos, por lo que Bruselas decidió suspender su primera batería de respuestas.

Así las cosas, en las últimas semanas las conversaciones iniciales han pasado a algo más concreto, aunque el problema se mantiene; Bruselas busca una plataforma de negociación articuladas entre todos sus países miembros y EEUU sigue haciendo la batalla por su cuenta con un Trump que cada vez se pronuncia más a la ofensiva.

El problema de los aranceles

Lo cierto es que negociar este asunto y con Donald Trump no le resulta sencillo a nadie. No es para menos y los motivos para ello son varios, pero podría decirse que hay dos que tienen un mayor peso.

El primero es que nadie sabe qué busca exactamente el responsable norteamericano con esas amenazas, y es que hay quienes creen que es solamente una manera de sacar músculo y erigirse como primera potencia, mientras que los hay que piensan que va más allá de la teoría. En este sentido, algunos expertos se refieren a los aranceles como una medida que el presidente de EEUU impone para recaudar más para financiar las rebajas de impuestos que prometió o, sencillamente, volver a impulsar a la industria norteamericana.

A esto hay que sumarle el interlocutor. Como sucede en otros escenarios como puede ser la guerra de Ucrania, donde el magnate se ha autoproclamado mediador, aquí tampoco se sabe quién habla en nombre del presidente o si va a ser él mismo quien negocie.

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