Los líderes de la Unión Europea han renunciado este viernes a mencionar de forma expresa la política migratoria común para salvar la Declaración de Granada del veto de Hungría y Polonia que frenaron el texto durante horas, en un intento por imponer a los 27 países el compromiso de que las decisiones sobre migración y asilo se tomarán por unanimidad -en lugar de la mayoría cualificada actual-, lo que en la práctica otorgaría poder de veto en las negociaciones del Pacto Migratorio y de Asilo.

Según han informado fuentes europeas, el párrafo sobre migración que ha sido retirado del documento validado por los 27 será publicado como un “comunicado del presidente del Consejo Europeo”, Charles Michel, rebajando así su peso político.

No es nada nuevo que el ala dura contra los solicitantes de asilo, los socios ultraconservadores del este, se opongan a un pacto conjunto por la migración, y han aprovechado esta cumbre en Granada para lanzar un órdago contra el “dictado de Berlín y Bruselas”. “No tenemos miedo de los dictados que vienen de Bruselas y Berlín”, recriminaba a primera hora de la jornada Mateusz Morawiecki, primer ministro polaco, criticando que se pretenda imponer un sistema para “distribuir migrantes ilegales” entre los países. Y, por su parte, Viktor Orbán, su homólogo húngaro, afirmaba: “Si te violan legalmente, te obligan a aceptar algo que no te gusta, ¿cómo es posible llegar a un compromiso, a un acuerdo? Es imposible”.

“La parte de la migración no ha podido ser aprobada porque dos Estados miembro no están de acuerdo”, ha anunciado el primer ministro de Portugal, Antonio Costa; mientras Emmanuel Macron, presidente de Francia, ha explicado que ha sido el “desacuerdo de varios Estado miembro” la razón del bloqueo de la Declaración de Granada que habían negociado las delegaciones en los últimos días.

Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, que impuso el tema migratorio en la Cumbre, se ha ido de Granada “muy satisfecha” por hacer de la lucha contra la migración ilegal una “prioridad”. “La posición de Italia es de dominio público”, ha dicho, llamando a intensificar la lucha contra las redes que trafican con migrantes y reclamando cambios “estructurales”.

No obstante, han sido varios los líderes europeos que han abandonado la Cumbre antes de que concluyera. Entre ellos destaca Macron y el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, que ha dicho que la adopción de una declaración que marcara la cita en Granada “no es una prioridad” para los mandatarios frente a la cuestión de fondo migratoria, así como los líderes de Finlandia, Grecia y Bélgica.

La migración, un tema clave

El asunto de la migración es uno de los más espinosos a debatir entre los 27. Se añadió al orden del día de esta cumbre informal en plena nueva oleada de migrantes que llegan a Europa, concretamente los llegados a la isla italiana de Lampedusa, hecho que volvió a tensionar al bloque.

Fue el miércoles cuando los embajadores de los países de la Unión Europea alcanzaron un acuerdo clave para avanzar en la reforma del Pacto de Migración y Asilo, después de tres años de negociaciones paralizadas.

El reglamento, que aún debe ser negociado en el Parlamento Europeo, fue aprobado por mayoría cualificada con las abstenciones de Austria, Eslovaquia y República Checa, y la oposición de Hungría y Polonia.

Con la reforma, los 27 buscan implementar un mecanismo de solidaridad obligatoria entre los Estados miembro si alguno de ellos enfrenta la llegada masiva de migrantes a sus fronteras, como ha sucedido recientemente con la guerra en Ucrania o sucedió durante la crisis de refugiados sirios en 2015 y 2016.

Una reunión informal tras la solemnidad del jueves

Este jueves tuvo lugar una cumbre solemne en Granada, que terminó con una impresionante cena de gala en la Alhambra presidida por los reyes, Felipe VI y Letizia Ortiz, y el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y su mujer, Begoña Gómez. Y, tras ella, ha tenido lugar la segunda parte de la cita europea en España, la reunión informal que ha tenido lugar a lo largo de este viernes también en la ciudad andaluza.

Este viernes, los países de la Unión Europea han cerrado la reunión con la comparecencia de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el presidente del Gobierno de España en funciones. “La Unión Europea tiene que estar abierta al resto del mundo (…) Hoy decidimos abordar el tema de la inmigración, ni por primera ni por última vez”, ha dicho Michel al comienzo de su intervención.

“Es importante asegurar que somos más eficientes contra los grupos criminales, y tenemos que cooperar más con los países de origen y tránsito”, ha añadido.

Von der Leyen, en su turno, ha explicado que el debate sobre migración ha servido para encontrar cuatro puntos en común. Por un lado, la presidenta de la Comisión Europea ha señalado que los líderes están de acuerdo en la necesidad de invertir en los países del vecindario, como los del norte de África; en la necesidad de crear caminos legales y corredores humanitarios para la migración legal, ya que puede ser una buena manera de ser más estrictos con la ilegal; en que los traficantes de inmigrantes son “delincuentes” y se debe luchar contra ellos; y en que hay que apoyar a los países de tránsito.

Y, por su parte, Pedro Sánchez, ha minimizado que la migración no esté en la Declaración, asegurando que “era uno de los riesgos” y que esto “no empaña” la cita de Granada. Además, ha incidido en que se trata de un concejo informal, por lo que la declaración no tiene carácter vinculante como sí ocurre con los consejos formales.

Estos dos días de cumbre en Granada han servido a los líderes europeos para tratar temas centrales como la ampliación de la Unión Europea, la gestión de la inmigración y las tensiones entre los propios países del continente, así como los problemas de seguridad, con un amplio protagonismo de la guerra en Ucrania tras la invasión de Rusia, ya que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se desplazó también a Granada para reunirse con sus homólogos.