Donald Trump y Víktor Orbán se han reunido este viernes en la Casa Blanca con el telón de fondo del tablero político europeo, cuyo debate ha estado focalizado en la materia migratoria, y para la firma de un acuerdo “estratégico” entre Hungría y Estados Unidos de cooperación energética en el que Rusia tiene un papel relevante.
En materia migratoria, de la que Orbán se consolida como uno de los líderes europeos proclive al cierre de fronteras y políticas afín al ideario ultraderechista, el inquilino de la Casa Blanca ha trasladado que la Unión Europea (UE) “debería respetar a Hungría” y los argumentos de su mandatario: “Respetarlos mucho, porque tiene razón sobre la migración”, ha ahondado ante la prensa.
“Mira lo que pasa con Europa, que está inundada y sus tasas de criminalidad se están disparando”, ha dejado caer, situando en el caso contra a Hungría, país que, a su juicio, al aplicar las políticas restrictivas de Orbán, “las cosas se hacen como se tiene que hacer”.
"Creo que le respetan mucho, de todas maneras. E incluso que de puertas adentro están de acuerdo con él, en lo que inmigración se refiere. El número de migrantes ilegales en Hungría es cero. Nadie puede pisar la frontera sin permiso. Esa es la norma", ha señalado Trump en clave de elogio a su homólogo húngaro.
Al tiempo, el mandatario estadounidense ha lamentado que "la consecuencia es que la UE nos está sancionando, así que tenemos que pagar todos los días un millón de euros al presupuesto de Bruselas".
No obstante, Orbán ha puesto coto a las palabras de Trump en materia migratoria diciendo que éste no está ahí para gestionarle “los conflictos”, sino que lo que busca con su visita a la Casa Blanca es “una edad dorada en las relaciones entre Hungría y Estados Unidos”.
La reunión, en clave energética
La razón de ser del encuentro entre Trump y Orbán se ha dado con el epicentro de cuestiones energéticas. Tal y como ha adelantado previamente el ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, la firma se remite a un acuerdo de cooperación nuclear y un pacto por el que Hungría continuará beneficiándose de energía procedente de Rusia, como su petróleo, pero será “de forma legal y sin restricciones”.
Según ha precisado el Ministerio de Exteriores húngaro, este acuerdo se realiza por motivos de “las realidades geográficas” del país europeo, señalando que la energía rusa “es esencial para la seguridad energética” del país. "Lo estamos analizando; a ellos les resulta difícil obtener petróleo y gas de otras zonas porque su país no tiene acceso al mar, ni puertos", ha deslizado al respecto el propio Trump.
Un horizonte que también converge con la evolución de la guerra de Ucrania, sobre la cual Orbán, sobre la cual ha deslizado que, tal y como se encuentra el conflicto en este punto actual, “podría ocurrir un milagro”, preguntado por si las fuerzas militares de Volodímir Zelenski pudiesen ganar e instaurarse la paz.
En este sentido, ambos mandatarios se han situado como “los únicos en favor de la paz”, considerando que el resto de países europeos “prefieren seguir con la guerra, porque muchos de ellos creen que Ucrania puede ganar en el frente, que es una manera de malinterpretar cómo están las cosas”, ha deslizado el estadounidense al respecto.
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