Benjamin Netanyahu no censa en su violencia ofensiva militar. El primer ministro de Israel ha vuelto a reafirmar este jueves que no se anexionará la Franja de Gaza, pero pretende tomar el control del enclave palestino "por seguridad" y cederá más tarde su administración, en manos ahora del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), a un gobierno de transición liderado por fuerzas árabes.
"Tenemos la intención de hacerlo para garantizar nuestra seguridad, expulsar a Hamás de allí, permitir la liberación de la población en Gaza y pasar (su gobierno) a un gobierno civil (sin la milicia islamista)", ha resaltado en una entrevista con la cadena de televisión estadounidense Fox News.
En este sentido, ha insistido en que Israel no quiere anexionarse el enclave, sino que quiere "un perímetro de seguridad". "Queremos entregárselo a fuerzas árabes que lo vayan a gobernar de forma adecuada sin amenazarnos y dando a los gazatíes una buena vida", ha argüido ante las preguntas del periodista Bill Hemmer.
En las últimas horas ha crecido la tensión dentro de la cúpula militar ante la posibilidad de que Netanyahu anuncie durante una reunión de su gabinete que se celebrará este jueves un posible plan para ocupar totalmente Gaza, una medida rechazada por el jefe del Ejército, Eyal Zamir, ante la situación de los rehenes que todavía permanecen secuestrados en el enclave.
Estas aspiraciones que van más allá de las fronteras de Israel y atentan contra los derechos fundamentales del pueblo palestino se dan bajo el telón de fondo de las más de 61.000 muertes que ha provocado la ofensiva israelí desde el pasado 7 de octubre de 2023.
De momento, el 88% del territorio de la Franja está ocupado por las fuerzas militares israelíes, una estrategia diferente a la que se había empleado en el pasado. En operaciones anteriores, su ejército entraba en un territorio temporalmente, pero ahora, el cambio de estrategia que inició el gobierno israelí a principios de este año tras el derrumbe en el proceso de negociaciones con Hamás ha hecho que la ocupación completa del territorio se convierta en una realidad tangible.
Sin embargo, la entrevista con Fox News, Netanyahu ha aclarado que Israel no tiene intención de “quedarse” con la Franja, pero no ha dado detalles sobre el futuro de Cisjordania. Esta parte del territorio palestino está viendo un aumento en asentamientos israelíes y en puntos de control. En una propuesta de alto al fuego de Israel publicada hace unos meses, se detalló la intención de Israel de dejar la Franja en manos de una autoridad árabe compuesta por cinco países, incluyendo Egipto y Catar, mientras que Cisjordania se convertiría en un territorio controlado por el Estado judío.
Las autoridades israelíes confirmaron esta semana una propuesta de ampliación de sus asentamientos en Cisjordania en el este de Jerusalén, lo que viola el derecho internacional. A pesar de la presión internacional, incluso desde sus socios históricos como Gran Bretaña y Francia, la posición del gobierno israelí de expandir su control sobre los territorios palestinos ha sido inquebrantable.
El reconocimiento de Palestina como moneda de cambio
Con el proceso de negociaciones estancado, dado el abandono de Washington y de Jerusalén porque consideraban que Hamás no tenía intención de negociar, parece que la administración de Netanyahu está dispuesta a resolver el conflicto evadiendo la vía diplomática. Por ello, y combinado con la crisis humanitaria en la Franja, poderes occidentales como Francia, Reino Unido y Canadá se han aliado para utilizar el reconocimiento del Estado de Palestina como una herramienta de presión sobre Israel.
Los tres, siguiendo los pasos de España, Irlanda y Noruega el año pasado, han declarado su intención de reconocer a Palestina ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en septiembre si Israel no accede a un alto el fuego. Todos han exigido el libre acceso a ayuda humanitaria en Gaza dado que la población entera se enfrenta a una inseguridad alimenticia aguda -alertada por organizaciones internacionales, incluyendo la ONU- y han destacado la necesidad de eliminar a Hamás del gobierno del Estado.
Reino Unido, por su parte, ha remarcado que existen indicios “sustantivos” de que Israel está intentando conseguir una tregua y ha señalado que no aceptará la anexión de Cisjordania. A esto se suma la propuesta tanto de los tres países mencionados como de otros 11 países firmantes (incluyendo España) de una declaración conjunta firmada la semana pasada de imponer la solución de dos Estados para conseguir la paz en Gaza.