La extrema derecha a la que pertenece el actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lleva amenazando con no aceptar los resultados de las elecciones que se celebrarán este domingo, en el caso de que Lula las gane. El propio ex militar, y ahora presidente de Brasil, alimenta esas acciones con su verbo encendido y cuestionando desde un principio la limpieza de los comicios. Bolsonaro pone en duda a la administración electoral, el sistema de recuento, las encuestas y todo lo que se relacione con el resultado final en la noche electoral.

De alguna forma, el líder extremista echa gasolina a un espacio ya suficientemente precalentado. Los actos de violencia ultra no han dejado de suceder desde antes del inicio de la campaña de la primera vuelta. Ayer se materializaron y tuvo lugar un episodio más de violencia electoral tras ser asesinado un exlegislador municipal del Partido del Trabajo, la formación creada y a la que pertenece Luiz Inácio Lula da Silva.

Esto se conocía tan solo horas antes de que millones de brasileños vieran ante la pequeña pantalla el último debate de los candidatos a la presidencia, un debate áspero, duro y con fuertes acusaciones de Bolsonaro, que aún crisparán más a la sociedad brasileña.

Matar y romper urnas

Al mismo tiempo que los brasileños seguían el debate y se informaban de la noticia de este asesinato, también se daba a conocer la revelación de la existencia de un grupo de Telegram llamado “Nueva Derecha 70 millones”, que cuenta con 182.000 miembros. Un grupo contrario a la candidatura izquierdista y que ha comenzado a debatir qué hacer y cómo actuar para en el caso más que posible de que Lula se alce con una victoria, difícil pero probable, ya que las encuestas le otorgan casi cinco puntos de ventaja al ex sindicalista de Pernambuco, revertir ese triunfo de la izquierda en la segunda vuelta. El grado de peligrosidad de estas amenazas lo muestra la propuesta de un miembro de este colectivo ultra: “Matar y romper urnas”. Esa es la idea que puso sobre la mesa en este debate, Jackson Villar da Silva, un empresario evangélico que a su vez es presidente del grupo religioso “Acelera Para Cristo”. Las grabaciones fueron dadas a conocer por la Agencia Pública.

El fantasma del asalto al capitolio de EEUU recorre Brasil

El temor a que partidarios de Bolsonaro y el propio ex militar integrista no acepten el resultado de las urnas si le es negativo, ha sido esgrimido en varias ocasiones por los representantes de la candidatura de Lula. El miedo a una reacción trumpista, tal y como ocurrió en el asalto al Capitolio. El grave hecho acontecido el 6 de enero de 2021, provocado cuando partidarios del entonces presidente saliente, Donald Trump, irrumpieron en la sede del Congreso violando la seguridad y ocupando partes del edificio durante varias horas. El hecho de que el asalto violento interrumpiese una sesión del poder legislativo para escrutar el voto del Colegio Electoral y ratificar la victoria de Joe Biden, se trae al recuerdo en Brasil con el temor de que se replique a partir de este domingo.

Brasil, más armado que nunca

En un país donde la compra de armas por particulares está creciendo exponencialmente desde hace dos años y, muy especialmente desde el inicio de la campaña electoral, se teme esas reacciones violentas de elementos ultras, animados por Bolsonaro a usar el derecho a la compra de rifles y pistolas. En concreto, ahora, se está vendiendo más de 1.300 armas diarias en el país sin saber qué número de estas terminan en manos de bandas criminales. Casi 700.000 brasileños poseen licencia en calidad de cazadores, tiradores o coleccionistas. Un dato que significa un 500% más que hace cuatro años. Más potencial armamentístico sobre el fondo de un escenario electoral que sufre más violencia de carácter político que nunca. De hecho se está saldando con varios asesinatos de simpatizantes del candidato Lula da Silva por partidarios de Bolsonaro. Lo cierto es que cuanto más se acerca el día D', 'hora H' de las elecciones presidenciales, son muchos los brasileños que acuden a las tiendas que venden armas y adquieren su arsenal.

Lo cierto es que se palpa un clima electoral de crispación y tensión, a la vez que miedo, ante el temor de que este domingo sucedan incidentes armados ante una posible derrota de Bolsonaro que haga que sus fieles y adeptos, muchos de ellos propietarios de armas, respalden la idea de fraude electoral, algo que el ultra ex militar y ahora autoritario presidente, ha venido repitiendo insistentemente y que ha calentado el ambiente.