Tras el maremoto político que ha significado el anuncio de Biden de renunciar a su nominación por el Partido Demócrata a la presidencia de los EEUU., vino el segundo movimiento telúrico en forma de apoyo del propio Joe Biden para que la actual vicepresidenta, Kamala Harris, sea quien se enfrente a la persona que hoy las encuestas presentan como próximo inquilino de la Casa Blanca. Y es que aunque la ex fiscal general de California no tenga asegurada su candidatura, sí que sus posibilidades son altísimas y las probabilidades de que sea otra persona, son remotas.

Kamala Devi Harris nació el 20 de octubre de 1964 en Oakland, California. Es la primera mujer que ocupa el cargo de vicepresidenta de los EEUU. Hija de inmigrantes, sus orígenes son afroamericanos y asiáticos, ya que su padre, Donald Harris es de nacionalidad jamaicana y su madre, Shyamala Gopalan, india y del pueblo tamil. La vicepresidenta creció integrada en una comunidad diversa y rodeada de una extensa familia. Ella y su hermana Maya tienen una gran referente en su madre, científica especializada en cáncer de mama y pionera por méritos propios, llegada a Estados Unidos desde la India con 19 años. Sus padres se divorciaron cuando ella tenía siete años, y su madre asumió la custodia de sus hijas. Después del divorcio, cuando Harris tenía doce años, su madre se trasladó con las dos hijas a Montreal (Canadá) para ejercer de investigadora científica en el Hospital General Judío y enseñanza en la Universidad McGill. Harris fue inscrita en una escuela para hablantes nativos de francés.

En 2004, Kamala Harris fue elegida fiscal del distrito de San Francisco, destacando con gran repercusión nacional en el movimiento por los derechos de las personas LGBTQ+. De hecho, Harris ofició la primera boda entre personas del mismo sexo tras la anulación de la Proposición 8, referéndum en las elecciones estatales de California que eliminó el derecho de las parejas del mismo sexo a contraer matrimonio. Destacó en la aplicación de justicia medioambiental de la fiscalía y creó un programa innovador para ofrecer a los delincuentes con cargos de drogas por primera vez la oportunidad de obtener un título de estudios secundarios y conseguir empleo.

En 2010, Harris fue elegida fiscal general de California, donde supervisó al departamento de justicia estatal más grande del país. Se enfrentó a lobbies poderosos consiguiendo un acuerdo de 20.000 millones de dólares para los californianos cuyas viviendas habían sido embargadas y un acuerdo de 1,100 millones de dólares para estudiantes y veteranos de guerra de los que se había aprovechado una empresa de educación con fines de lucro. También defendió ante los tribunales la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio e hizo cumplir leyes medioambientales.

En 2017, juró su cargo como senadora de Estados Unidos, donde impulsó leyes para luchar contra el hambre, ofrecer reducción de alquileres, mejorar la atención médica materna, ampliar el acceso a capital para las pequeñas empresas, revitalizar las infraestructuras de Estados Unidos y combatir la crisis climática. También trabajó para mantener a los estadounidenses a salvo de amenazas extranjeras y elaboró una legislación bipartidista para contribuir a la seguridad de las elecciones estadounidenses mientras formó parte del Comité Selecto de Inteligencia del Senado.

Como presidenta del Senado, Harris estableció un nuevo récord de votos de desempate emitidos por un vicepresidente en la historia, superando un récord que se había mantenido durante casi 200 años. Y sus votos han sido muy significativos. Entre ellos se incluye el voto decisivo para garantizar la aprobación de la histórica Ley de Reducción de la Inflación, la mayor inversión jamás realizada para hacer frente a la crisis climática. También presidió la votación sin precedentes para confirmar a la primera mujer de raza negra, la jueza Ketanji Brown Jackson, en la Suprema Corte, al tiempo que trabaja junto al presidente Biden para lograr una representación histórica de mujeres y personas de color entre los nominados a todos los niveles del Gobierno federal.

El 20 de enero de 2021, Kamala Harris prestó juramento como vicepresidenta: la primera mujer, la primera estadounidense de raza negra y la primera estadounidense surasiática elegida para este cargo.

Mi madre me miraba y me decía, ‘Kamala, tú puedes ser la primera en hacer muchas cosas, pero asegúrate de que no seas la última' (Kamala Harris, 28 de enero de 2019)

Como vicepresidenta, sus objetivos se han dirigido a promover oportunidades, apoyar a las familias y proteger las libertades fundamentales en todo el país. Ha liderado la lucha por la libertad de las mujeres para tomar decisiones sobre su propio cuerpo, la libertad para vivir a salvo de la violencia armada y la libertad de voto. En su labor internacional, ha recorrido más de 19 países y se ha reunido con más de 150 líderes mundiales para reforzar alianzas mundiales fundamentales.

Durante el mandato junto a Biden, se ha creado un número récord de puestos de trabajo y mantenido el desempleo a niveles muy bajos, propiciando la creación de más pequeñas empresas en un período de dos años que cualquier administración anterior.

Un debate televisivo entre una experimentada e importante fiscal como Harris y un delincuente como Trump, puede ser un hito histórico además de una forma contundente de que el extremista de derechas bese la lona. La venganza de Biden está en marcha

Juntos, Biden y Kamala Harris, han limitado el costo de la insulina a 35 dólares al mes para las personas mayores, redujeron los precios de los medicamentos recetados y han mejorado la salud materna al ampliar la atención posparto por medio de Medicaid, programa de seguros de salud del Gobierno de Estados Unidos para la gente necesitada. Con ella se aprobaron la primera ley significativa sobre seguridad de las armas fuego en tres décadas. Se ha realizado una inversión de 1 billón de dólares en la infraestructura del país para eliminar todas las tuberías de plomo de Estados Unidos y realizar la inversión más importante de la historia en transporte público, reparación de puentes e Internet de alta velocidad.

Vuelve la esperanza a los demócratas

Con Kamala Harris, el Partido Demócrata, hundido en la depresión política y con unas perspectivas muy pesimistas cara a las elecciones de noviembre, vuelve a tener esperanza y los americanos demócratas y progresistas vuelven a sonreír. No ha sido un buen día para el candidato republicano. Un debate televisivo entre una experimentada e importante fiscal como Harris y un delincuente como Trump, puede ser un hito histórico además de una forma contundente de que el extremista de derechas bese la lona. La venganza de Biden está en marcha.