Tras un mes de congelación en las negociaciones entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y una crisis humanitaria que se deteriora constantemente, el gobierno israelí ha regresado a la mesa de negociaciones. Hamás ha aceptado este semana una propuesta de alto al fuego e Israel tiene hasta el viernes para responder.

El portavoz del Ministerio de Exteriores de Catar, Mayed al Ansari, ha explicado en una rueda de prensa que las autoridades israelíes ya están analizando la respuesta dada por parte de Hamás y que la propuesta sobre la mesa es casi idéntica a una anterior presentada por el enviado especial estadounidense, Steve Witkoff, y aceptada por Israel.

Las condiciones de este alto al fuego son que tenga una duración de 60 días, que haya un aumento en el flujo de ayuda humanitaria y que se libere diez rehenes vivos junto con los cadáveres de aquellos que han fallecido a cambio de 150 presos palestinos. Sin embargo, detalles de esta propuesta pueden encontrarse con fuerte resistencia desde el gobierno israelí en cuanto a la gestión del gobierno tras la eliminación de Hamás de sus órganos.

De los mediadores, tanto Catar como Egipto apoyan la creación de un “comité de apoyo comunitario” que sería revisado por la Autoridad Palestina (gobierno actual en Palestina, junto con Hamás) para gestionar la Franja de Gaza tras la guerra, una visión que va en contra de la propuesta estadounidense, según fuentes de Al-Akhbar. Además de ser la propuesta que ha firmado Hamás, es probable que esta condición de crear un comité sea la desviación de la propuesta estadounidense, pero esto no se ha podido confirmar.

Paralelamente, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos apoyan la visión estadounidense que incluye el despliegue de tropas internacionales en las zonas evacuadas por el ejército israelí para evitar que Hamás recupere control, pero según las fuentes citadas, esta visión ha recibido oposición de El Cairo porque “es simplemente un intento de imponer una realidad sobre el terreno que daña su influencia sobre la cuestión palestina”.

Presiones internas

A pesar de la resistencia de Israel en las negociaciones, lo que ha provocado su despedida de mesas de negociaciones en varias ocasiones desde febrero, el Estado judío empieza a enfrentarse con una resistencia interior significativa para sus actuaciones en la Franja. Los familiares de rehenes organizaron una protesta masiva este martes en Tel Aviv que bloqueó una de las carreteras principales para que Israel accediese a un alto al fuego y recuperase sus rehenes -de los 50 rehenes que aún no se han puesto en libertad, se cree que 20 siguen vivos-.

Dos días antes, Israel sufrió la mayor protesta desde el inicio del conflicto en 2023, con bloqueos de carreteras a lo largo del país y huelgas con demandas por un alto al fuego. Los organizadores cifraron en 400.000 los asistentes que reclamaron la puesta en libertad de rehenes y acusaron al primer ministro, Benjamín Netanyahu, de “convertir una guerra justa en una guerra inútil”.

No obstante, miembros del gobierno rechazaron la motivación detrás de estas protestas, incluyendo Netanyahu en una reunión de ministros: “Aquellos que están haciendo un llamamiento hoy para acabar con la guerra sin derrotar a Hamás no solo reforzará la posición de Hamás y demorar la puesta en libertad de nuestros rehenes, sino que además se están asegurando de que los horrores del 7 de octubre se repitan una y otra vez”.

El plan para la ciudad de Gaza

Armado con el apoyo de Estados Unidos, el gobierno israelí aprobó un polémico plan militar a principios de este mes de ocupar toda la ciudad de Gaza. Hamás alertó que habría “una resistencia feroz” al movimiento mientras que organizaciones internacionales, incluyendo la Organización de Naciones Unidas (ONU) reclamaron que la operación solo llevaría a un aumento en el desplazamiento forzoso de los palestinos y a “más matanzas”.

A las puertas del inicio de esta operación, el ejército israelí está preparando el desplazamiento de alrededor de un millón de personas -casi la mitad de la población de toda la Franja-, según una exclusiva de Israel Hayom. Esta información también ha revelado la existencia de una unidad militar dedicada a la acumulación de inteligencia sobre la población residente para su desplazamiento, llamada la Unidad de Relocalización de Populación del Mando Sur.

Fuentes de este medio, alineado con el gobierno israelí, garantizan la creación de una infraestructura humanitaria en las zonas en las que esta población será relocalizada para “cumplir los requerimientos de la ley internacional”; sin embargo, el desplazamiento forzoso en sí es considerado ilegal por este mismo marco jurídico. No se han dado más detalles sobre el desarrollo de este plan de desplazamiento, pero portavoces del municipio de la ciudad de Gaza han señalado que ya se están empezando a movilizar la población de zonas como Zeitoun con ataques aéreos y operaciones de demolición.

Egipto, por su parte, ha expresado su rotundo desacuerdo con esta medida. En una entrevista con CNN, su ministro de exteriores, Badr Abdelatty, este lunes ha remarcado: “No lo vamos a aceptar, no vamos a participar en ello y no vamos a permitir que suceda”. Señaló que el plan de Israel es un “billete sin retorno” para que los palestinos dejen Gaza.

Súmate a

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio