Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han reconocido estar detrás de la muerte de varios civiles palestinos durante los repartos de ayuda humanitaria cerca de los lugares de distribución establecidos por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF). Dichos centros de distribución han sido el escenario de casi 600 muertes de palestinos en búsqueda de ayuda humanitaria, según el Ministerio de Salud de la Franja, y su gestión ha sido fuente de críticas por parte de miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Las FDI han explicado que varias personas fueron alcanzadas por los disparos, si bien ha negado las cifras que ha denunciado Hamás. Además, ha justificado el uso de fuego real por motivos de seguridad de sus soldados, defendiendo que estaban en riesgo ante la multitud que intentaba acceder a los centros gestionados por el gobierno israelí y apoyado por el estadounidense.
El ejército israelí ha confirmado al menos tres situaciones "trágicas" en las que se disparó fuego de artillería de manera "inexacta" en áreas próximas a estos espacios de distribución habilitados para impedir que estas personas se acercaran a zonas restringidas, provocando entre 30 y 40 afectados, entre muertos y heridos. Paralelamente, el Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza defiende que han fallecido 583 palestinos en estos centros y otros 4.186 han resultado heridos por fuego israelí.
“No tenía por qué ocurrir”, ha señalado las FDI en The Times of Israel, a la vez que ha afirmado que los daños a la población civil no formaban parte de su plan de supervisión de los centros de distribución. Estas han defendido desde la puesta en marcha de GHF que se buscaba evitar la hambruna inminente, alertada por la ONU, y asegurarse que la ayuda humanitaria no caía en manos del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
“El IDF está llevando a cabo evaluaciones en curso para mejorar las respuestas de la operación [de distribución], minimizar la fricción con la población y asegurar que la ayuda llega a los destinatarios intencionados y no a Hamás”, ha asegurado las FDI en un comunicado en redes sociales. Además, ha señalado que ha “reorganizado las rutas de acceso y centros” para permitir “seguimiento visual de la ayuda humanitaria restante”.
Esta reestructuración involucra la inclusión de señales que indican los centros de distribución, la “apertura de nuevas rutas [de acceso] y la instalación de barreras y puestos de control”. En ese sentido, se ha decidido cerrar temporalmente el área de Tel al Sultán y establecer un punto de distribución en las inmediaciones, diseñado para “reducir las tensiones con la población y asegurar la seguridad de los soldados". Sin embargo, esta nueva apertura sigue significando que solo existen cuatro puntos de distribución la Franja para ayuda humanitaria, ninguno de ellos está en el norte de la región, donde las condiciones son más severas.
"Estas medidas buscan facilitar el paso rápido y seguro de los residentes, la distribución ordenada de la ayuda y la continuidad de la actividad operativa de las FDI", ha afirmado el ejército, incluyendo imágenes que reafirman los esfuerzos del ejército israelí para asegurar que la población de la Franja no entre en zonas militarmente restringidas.
Organizaciones internacionales, incluyendo la ONU, han criticado las actuaciones israelíes en la Franja por “convertir la ayuda humanitaria en arma de guerra”. El portavoz del alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Thameen Al-Kheetan, ha destacado que “el mecanismo de ayuda humanitaria militarizada de Israel contradice los estándares internacionales para la distribución de asistencia humanitaria”.
Cerca de la ocupación de 75% del territorio
Esta gestión de ayuda humanitaria opera en tándem con la operación “Carruajes de Gideon” del ejército israelí que busca desplazar a la población de la Franja al sur para permitir una ocupación gradual del territorio. Este último domingo, los altos comandantes del IDF informaron al gobierno sobre el estado de esta operación, según Israel Hayom, confirmaron que las FDI están cerca de completar la etapa actual que busca ocupar entre el 70 y el 75% de la Franja. Sin embargo, fuentes militares de este medio israelí han señalado que el gobierno israelí tendrá que decidir entre la ocupación total de la franja o continuar una guerra para derrumbar a Hamás.
A pesar de las menciones a un alto el fuego entre Israel y Hamás, fuentes cercanas al primer ministro, Benjamín Netanyahu, han señalado que el jefe de gobierno israelí no tiene intención de parar la guerra y que se está enfocando en el marco propuesto por el enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff, según Israel Hayom. Dicho acuerdo contempla un alto el fuego con una duración de 60 días, la puesta en libertad de rehenes y la distribución inmediata de ayuda humanitaria por canales que incluyen la ONU y la Medialuna Roja.
El texto completo, recogido por el The Times of Israel , exige negociaciones para una tregua permanente y Netanyahu ha dado un giro este último fin de semana en su retórica para volver a posicionar a los rehenes israelíes en el centro de sus prioridades manifiestas. Uno de los principales mediadores del conflicto, junto con Egipto y Catar, El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha exigido en su red social Truth Social: “Haz el acuerdo en Gaza. ¡¡¡Recupera esos rehenes!!!”.