Es ampliamente conocido que la extrema derecha se alimenta a través de las redes sociales, donde florecen personajes que agitan la vida política. Ahora, una investigación de la agencia de noticias AP ha desvelado este viernes que uno de los factores que han influenciado en el crecimiento digital de activistas, políticos y comentaristas se puede vincular directamente con sus interacciones con el propietario de Tesla y X, Elon Musk.

Musk ha apoyado partidos ultranacionalistas europeos a través de X (antiguamente conocido como Twitter), algo que ha preocupado a varias esferas del Parlamento y la Comisión europea. Durante las elecciones alemanas, reiteró su apoyo hacia la codirigente de Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel, y hacia su partido. Se unió al movimiento de la ultraderecha apoyando a la dirigente del partido ultranacionalista francés Asamblea Nacional, Marine Le Pen. Ha defendido abiertamente a partidos ultranacionalistas durante elecciones y ha recibido acusaciones, por ello, de interferir en la vida política de varios países europeos.

Por añadidura, la investigación de AP ha revelado que el magnate ha cultivado sus relaciones digitales con políticos de extrema derecha e ‘influencers’ insurgentes europeos. Como consecuencia, y analizando decenas de miles de tuits en un periodo de tres años, la interacción de Musk “puede tener un impacto enorme [sobre su popularidad], especialmente para influencers emergentes”. Pese a alertar que esta interacción no es una garantía de popularidad, la agencia de noticias encontró que, de las cuentas que examinaron, hubo un “crecimiento de seguidores de tres dígitos”.

El vicepresidente del Parlamento Europeo, Christel Schaldemose, que trabaja en temas de interferencias electorales, señaló que “todas las alarmas deben sonar” sobre la posibilidad de interferencia política desde Estados Unidos. “Tenemos que asegurarnos de que el poder no se desequilibre”, añadió.

La compra de Musk de X por 44.000 millones de dólares (38.000 millones de euros) también ha creado un ambiente en la red social que favorece la visión de Musk. “Hay una asimetría extrema en la manera en la que Musk puede influenciar y dar forma a la plataforma”, comentó un profesor asociado de medios digitales de la Universidad Tecnológica de Brisbane, Timothy Graham, a AP. Por ello, junto con la falta de transparencia sobre el funcionamiento de la red social, Europa abrió una investigación para evaluar cómo la plataforma recomienda contenidos a sus usuarios. Paralelamente, fiscales franceses abrieron otra investigación en febrero para analizar los algoritmos de la plataforma debido a las acusaciones de que Musk los modificó para promover contenido parcial.

En este contexto, AP ha encontrado varios ejemplos de cómo políticos y activistas de la extrema derecha han podido expandir su esfera de influencia a través de sus interacciones con Musk. En el caso de la dirigente de AfD, las visualizaciones de sus tuits crecieron de 230.000 a 2.2 millones durante la campaña a las elecciones este año y una conversación en directo entre el magnate y Weidel alcanzó 16 millones de visualizaciones. Además, Musk ha participado en mítines de AfD y ha apoyado a sus políticos en periódicos alemanes.

Las interacciones entre Musk y el dirigente del partido británico Reform U.K, Nigel Farage, han producido resultados similares. Tras un tuit del propietario de X preguntando por qué Farage es considerado de extrema derecha, AP encontró que las visualizaciones de sus publicaciones en la red social se triplicaron.

Este fenómeno también ha alcanzado España. El redactor del think tank de Vox llamado La Gaceta, Rubén Pulido, también se viralizó en X tras una respuesta de Musk a una de sus publicaciones. Los días en los que el magnate sudafricano interactuó con él, su cuenta recibió 300.000 visualizaciones, triplicando su alcance normal.

Pese a estos resultados, la agencia de noticias ha destacado que estos beneficios resultantes de interactuar con Musk no son aplicables a partidos que se pueden considerar más establecidos o aceptados. Encontró que, en el caso de la primera ministra italiana Giorgia Meloni o el dirigente del Partido Para la Libertad holandés, Geert Wilders, no hubo un cambio significativo en la popularidad de sus redes sociales.

El divorcio de Musk y Trump

La investigación de AP encontró que, desde la compra de X, la cuenta de Musk ha crecido más de 100 millones de seguidores, convirtiéndole en el usuario con más seguidores de la plataforma. Es probable que, además del presunto ajuste a los algoritmos y la compra de la plataforma, una parte de esta popularidad e influencia provenga de su relación con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Con la llegada de Trump a la presidencia en enero de este año, creó el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por Musk. Durante meses, muchos criticaron a DOGE por dañar el funcionamiento de las agencias federales del país norteamericano y por reducir la financiación federal excesivamente, pero la posición de Musk en el gobierno de Estados Unidos hizo que su propiedad de X fuese aún más preocupante para dirigentes europeos.

Pese al apoyo mutuo de Trump y Musk los primeros meses de este mandato, a finales de mayo ambos multimillonarios empezaron a insultarse el uno al otro en redes sociales. Musk llegó a acusar a Trump de formar parte de los documentos del delincuente sexual, Jeffrey Epstein, y criticó ferozmente sus políticas. Muchos equipararon el cambio sorprendente en su relación en la cúspide de la finalización del contrato de Musk en el gobierno estadounidense como una ruptura de una relación amorosa -aunque Musk podría volver a su puesto el año que viene dado que su despedida estaba motivada por el límite de días en los que puede trabajar cada año y no por su disputa con Trump-.

Aunque Musk se haya disculpado por algunos de los comentarios que intercambió con el presidente estadounidense, eliminándolos de X, el magnate sudafricano ha cementado su separación de Trump anunciando la creación de su propio partido político: “El Partido Estadounidense”. En el caso de que siga apoyando a figuras ultraderechistas europeas y que su partido consigue tener éxito en el sistema estadounidense -algo extremadamente difícil por los múltiples retos de su sistema político-, se podría encontrar que Musk realmente supone una amenaza para la estabilidad política europea.

Súmate a

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio