Europa vuelve a mover ficha este viernes respecto a las sanciones contra Rusia, planteándose así golpear a los círculos familiares de los oligarcas ya señalados para que eviten escaparse o rehuir de las medidas ya aplicadas, aunque la UE, por el momento, no irá más allá en sus represalias. De este modo, la Comisión Europea continúa trabajando para impulsar un nuevo paquete de medidas económicas que volverán a afectar negativamente al Kremlin, aunque, de forma paralela, también se siguen fraguando los trabajos e intentos del organismo europeo para responder a un ataque químico de Vladimir Putin.
Desde que comenzó la invasión rusa en Ucrania el pasado 24 de febrero, las relaciones comerciales europeas con Rusia, especialmente las relativas a la energía, se han desplomado, teniendo en cuenta que en 2021 dichos intercambios sumaron un total de 257.000 millones de euros.
Estados Unidos golpea a Rusia una vez más
Por su parte Estados Unidos ha vuelto a asestar un duro golpe contra Rusia para evitar que se produzcan vías de escape en el ámbito económico. Las empresas tecnológicas se convierten así en el blanco de todas las miradas, ya que el Departamento del Tesoro ha señalado que hay 34 organizaciones que estarían saltándose los efectos a las represalias impuestas por orden de Moscú. Dichas medidas aluden a las consecuencias que esto supondría al atacar a los bancos y los movimientos de los oligarcas implicados.
En estos planes, entra así la actuación en los círculos familiares de los oligarcas y las empresas señaladas para evitar así posibles maniobras bancarias, como transferencias de dinero para ocultar sus riquezas. "Hay varios agujeros en los que estamos trabajando", aseguran fuentes de la Comisión a El País. Según indica el medio citado, hasta 877 personas, con 30 miembros de las élites económicas rusas y 62 empresas, además de Serguéi Lavrov (ministro de Exteriores ruso) tienen sus bienes congelados en la UE por las sanciones. En este sentido, todos ellos tienen prohibida la entrada a suelo europeo a excepción de Putin y Lavrov por si, en algún momento próximo del conflicto, deciden regresar a la vía diplomática.
Asimismo, las próximas represalias económicas también podrían enfocarse a las criptomoneadas, actualmente muy utilizadas por la gran pérdida de valor que ha sufrido el rublo. La preocupación de la UE también reside en las posibles posturas que pueda adoptar países como Serbia o Turquía, teniendo en cuenta que este último no pertenece a la OTAN aunque está haciendo de mediador entre Ucrania y Rusia para alcanzar el alto el fuego.
La hijastra de Lavrov, en el punto de mira
En relación con las represalias a nivel familiar hacia las élites, destaca el señalamiento hacia Polina Kovaleva, la hijastra de Lavrov, quien ha sido sancionada en Reino Unido. La hija de su pareja sentimental, que no es fruto de su actual matrimonio, se mudó en 2016 para estudiar en la universidad de Lougborough cuando no tenia ingresos propios, lo que es un detalle más que notable debido a que compró un lujoso piso en el barrio de Kensington por más de cinco millones de euros (4,4 millones de libras). La joven de 26 años fue sancionada la semana pasada por sus claros vínculos con la oligarquía rusa: “Esto envía una fuerte señal de que aquellos que se benefician de la asociación con los responsables de la agresión rusa están en el ámbito de nuestras sanciones”, alertó el Gobierno de Boris Johnson en un comunicado oficial.
En el círculo íntimo del ministro de Exteriores ruso también se han visto afectados su yerno, Alexander Vinokurov, empresario del sector alimenticio aunque con cercanía a productos farmacéuticos. Además, su padre, Semen Vinokurov, fue director de la empresa Capital Pharmacies y al que la UE se refirió como uno de los grandes empresarios de la farmacéutica rusa.
En este sentido, la "lista negra" de Europa es mucho más extensa. Casos como el del piloto de Fórmula 1 Nikita Mazepin, hijo de Dmitry Mazepin (también sancionado), fabricante de productos químicos y dueño de Uralchem; o como Galina Pumpyanskaya y Alexander Pumpyansky, esposa e hijo de Dmitry Pumpyansky, director de Pipe Metallurgical Company, entre los líderes mundiales en la fabricación de gaseoductos.