La izquierda comienza a reorganizarse tras las elecciones y antes de la investidura de Pedro Sánchez. El nuevo reparto de fuerzas a la izquierda del PSOE reconfigura el espectro y con ello el papel de cada uno. Por ello, el coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha presentado la nueva hoja de ruta de la formación ahora que no forman parte de Unidas Podemos. 

El líder de IU establece cinco propuestas programáticas de cara a las negociaciones del nuevo gobierno de coalición. Garzón también pretende marcar perfil propio, al estilo de Podemos, sobre el proceso de unidad que la vicepresidenta segunda en funciones empezó a articular alrededor de su propio proyecto y que, en la práctica, diluye a las fuerzas que componen la coalición homónima.

Los repartos de fuerza son diferentes a la izquierda del PSOE. La hegemonía del espacio ha pasado de Podemos a Sumar, que en la práctica se traduce a Movimiento Sumar, el partido instrumental de la vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones, que en las próximas semanas realizará la constitución orgánica del partido. 

Por ello, Garzón apuesta por construir un "frente amplio" en el espacio de izquierdas que se sitúe por encima de los partidos y que no se quede solo en una gran coalición electoral. "Un espacio en el que el partido Sumar, que está en formación desarrollando sus propias estructuras, sería un partido más", indica el documento presentado a la ejecutiva de IU.

Este frente amplio contempla, por ejemplo, unos mecanismos democráticos de coordinación en el que todos los partidos que lo formen se encuentren "cómodos, representados y por tanto partícipes”. Una afirmación que no es baladí teniendo en cuenta la incomodidad que ha existido en Izquierda Unida que ha realizado Díaz excluyendo tanto a Podemos como al partido de Garzón, que son, junto a Sumar, las otras dos fuerzas políticas de ámbito estatal de la coalición.

"Creemos que podría haber algún tipo de rotación que garantice que todos y todas nos sintamos cómodas con esta representación para seguir trabajando", señalaba hace dos semanas la portavoz federal de IU, Sira Rego, en rueda de prensa. "Esto tiene un carácter que puede ser perfectamente transitorio", añadía reconociendo que se trata de un asunto "complejo" al tratarse de seis fuerzas políticas con representación.

De hecho, en Izquierda Unida confiaban en resolver la situación cuando se redacte el reglamento del grupo parlamentario que aún no está listo, tal y como confirman en Sumar. "Hay poca voluntad", llegan a reconocer diversas fuentes de Sumar a ElPlural.com acusando al equipo de Yolanda Díaz de controlar los tiempos de la coalición y deslizando que es tan sencillo de resolver como ponerse a escribirlo. La primera reunión del grupo parlamentario se celebró hace un mes.

“Analizamos de forma crítica que se mantengan las portavocías que se designaron sin diálogo durante la campaña y que se hayan nombrado las portavocías en el Congreso de forma unilateral por la dirección del grupo”, sostiene Garzón.

También entre los cargos que quedan por repartir están las de las comisiones. Una cascada de responsabilidades que se reparten entre presidentes, miembros de las mesas, portavoces y vocales que, con los 31 diputados de la coalición, será muy repartida y en la que IU espera tener voz propia en cuestiones como una agenda andaluza teniendo en cuenta que el grueso de los diputados andaluces son suyos.

El proceso que propone Garzón para la izquierda puede parecerse más a la estructura que tiene Compromís, formado por el Bloc, Iniciativa y los verdes. Tres formaciones con una estructura común.

Además, Garzón analiza y critica cómo Yolanda Díaz cerró la coalición del 23J y los problemas que generaron a repartirse los puestos en las listas, los recursos y la nula transparencia que dejaba fuera un proceso de primarias.

“Otro elemento que ha generado confusión es la dualidad de Sumar como coalición y la existencia del partido Movimiento Sumar, por darse el mismo nombre al partido y a la coalición, en un momento en el que todo está por concretar”, explica como cuestión a arreglar. 

“Si hacemos este análisis crítico es para contraponer lo que entendemos que no debe ser un Frente Amplio que articule la participación popular y de los partidos y así hacer propuestas en positivo sobre cómo facilitar la puesta en marcha de mecanismos de debate y democráticos”, razona Garzón.

A inicios de 2024

Garzón propone ponerse a trabajar en este frente amplio en el primer trimestre del próximo año. Como ideas, indica que es necesario que se aumente la "participación" de las organizaciones políticas y que se case la "experiencia y legitimidad" con la "participación popular". 

El también ministro de Consumo en funciones pide aprobar un manifiesto con los principios generales del frente amplio que organice una "comisión coordinadora" formada por los partidos que concurrieron bajo las siglas se Sumar el 23J. Por ejemplo, plantea que sea este el organismo que negocie el gobierno y no Sumar como partido de forma unilateral. "Se iniciaría en noviembre o diciembre de 2023 y debería finalizar en junio de 2024”, indica. 

Izquierda Unida avanza que detallará propuestas concretas como “las primarias o la articulación de la mesa de organizaciones separada ya de la Comisión Coordinadora y las competencias de cada uno de los órganos” y establece que otras formaciones puedan sumar ideas. “Excepto la fórmula de partido político, cualquier otra (jurídica o no) puede ser válida”, insiste. 

Además exhibe cinco propuestas para investir a Pedro Sánchez. La primera de ellas es un “plan de trabajo garantizado” que pueda crear “un millón de puestos de trabajo en el que tendrán prioridad jóvenes y parados de larga duración”. De esta forma, pide una inversión pública 1% del PIB en servicios sociales, cuidado del medio ambiente, infraestructuras y patrimonio y el sector sociocultural. Además, pide intervenir el mercado de la vivienda para “congelar los alquileres, invertir el 1% del PIB en construcción y rehabilitación de vivienda pública y dedicar las viviendas de la SAREB a alquiler social para menores de 35 años”.

Garzón pide también la redacción de una ley para garantizar “la suficiencia financiera de los municipios, de la España vaciada y de las zonas rurales para que ningún territorio se quede atrás”. Es decir, “que los municipios, especialmente de las zonas con menos recursos, pueden prestar servicios públicos dignos para evitar la despoblación”.

La última es elaborar un plan nacional contra la sequía. En ese plan se incluye nacionalizar la Hunosa “en la gran empresa pública de energía” y la revertir las “las concesiones hidroeléctricas”; así como la creación de una “Sistema Estatal de Cuidados Públicos”.