El periodista Iñaki Gabilondo ha instado a Pablo Casado a abandonar el histrionismo en el que sigue instalado y aceptar con madurez la responsabilidad propia de un líder de la oposición, siempre y cuando quiera encabezar dicho bloque.

En su videoblog publicado en la Cadena SER, pone el foco en el “liderazgo” del presidente del Partido Popular: “Hay que saber cuándo va a decidirse Casado a actuar como líder de la oposición, de una posición madura. Y cuándo va a empezar el Gobierno a tratar a Casado como líder de la oposición. Hasta el momento, creo que tiene el punto de mira algo desviado por culpa de Vox”.

Gabilondo argumenta que, en el caso del PP, “no sé si porque ese partido está en obras, porque Casado no tiene confianza en su propia capacidad o porque es tributario del tremendismo de Aznar, para el cual, victoria está asociada a demolición”.

Sea como fuera, “el hecho es que el PP con Casado al frente está cañoneando cuanto se mueve en las filas adversarias; todo, lo mismo aviones que moscas, grande que pequeño, razonable o disparatado. Todo”.

El periodista rechaza de plano la idea de que el PP viene actuando de este modo desde los tiempos de José María Aznar y no le fue mal, pero existe una variable que modifica por completo el resultado de la ecuación: “Ahora está Vox”.

“Si Casado se sube al caballo de Vox a la grupa, como jinete de acompañamiento comete un gran disparate... desde allí no se alcanzan las riendas, no se lleva la iniciativa... desde allí se va a donde quiere otro jinete”.

La polvareda generada por el pin parental es el vivo ejemplo del seguidismo que menta Gabilondo. De esta manera, “el PP pierde la oportunidad de aprovechar la amplia zona central que la actual configuración de la mayoría política le deja abierta. Esa zona más templada es un fértil campo para quien quiera trabajar con inteligencia. Y Casado podría hacer una oposición sin necesidad de caer en el filibusterismo, pero no va por ahí”.

En el caso del Gobierno de España, “está ahora mismo demasiado tentado por Vox”. Por este motivo, “se salta a Casado porque prefiere confrontar con Vox". "Es tentador porque los excesos de la ultraderecha ayudan a apretar filas y consolidar sus propias convicciones, pero ese es un beneficio falso, muy de ocasión. Es mejor que engorde el líder de la oposición a que se encanalle la vida pública, es mejor para todos y también para el país. Quisiera creer que Iván Redondo lo vea así”, concluye.