Pedro Sánchez ha recuperado a Antonio Hernando en su gabinete de la Moncloa y, cinco años después de ejercer el liderazgo del grupo parlamentario socialista tras la abrupta marcha del actual dirigente socialista, volverá a reunirse con el actual presidente del Gobierno de España.

Hernando ejerció un papel importante a la hora de permitir que Mariano Rajoy lograra los apoyos necesarios para ser investido como presidente del Gobierno el 29 de octubre de 2016 y adoptó la decisión impuesta desde la gestora socialista, tras 10 meses de Gobierno en funciones. Lo que obligó a que de 68 de los 85 diputados socialistas se abstuvieran en la segunda votación, permitiendo la mayoría simple.

Una postura que se aplicó 28 días después de que Pedro Sánchez anunciara su dimisión como secretario general socialista tras las discrepancias internas en el partido y que Hernando heredó como portavoz del grupo parlamentario socialista en el Congreso de los Diputados.

Tras el terremoto generado en el Comité Federal exprés que se celebró con 250 asistentes, en la que se votó la abstención en la investidura de Rajoy, Sánchez se vio obligado a dimitir: "Como consecuencia y ante la discrepancia de voces en relación a la postura del PSOE en la investidura, pensaba que la voz tenía que haber sido dada a los militantes. Esa era la propuesta y lo he defendido, votar en el Congreso, votar no a Rajoy y el resultado ha sido adverso y, en consecuencia, presento mi dimisión".

"Tengo una deuda política importante con Sánchez"

El 29 de octubre de 2016, Antonio Hernando defendía la necesidad de permitir un Gobierno popular ante la falta de escaños que tenía Rajoy: "Los socialistas estamos para cumplir con un deber: que acabe el tiempo de la política de los partidos y empiece el tiempo de la política de los ciudadanos. Los socialistas somos los responsables de poner fin a este bloqueo y parálisis".

Nueve días después de investir al dirigente del PP, el que fuera portavoz socialista reconoció su error: "Reconozco que me equivoqué en identificar lo que creo que era una gestión de un resultado electoral complejo, con un tema político, ideológico y ético".

"Cuando mi partido decidió democráticamente que la posición era abstención lo defendí, considerando que esa era mi obligación. Podría no haberlo hecho, haber dicho que lo hiciera otra persona, pero en mi cultura está que hay que estar en las duras y las maduras", justificó.

A pocos días de que se cumpla el quinto aniversario de aquella investidura, Hernando volverá a trabajar con el actual presidente del Gobierno y lo hará como director de gabinete adjunto en Moncloa. Será la mano derecha del que fuera número tres del exdirigente socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, Óscar López.

Un apoyo a Sánchez que, a pesar de continuar con la gestora socialista, mostró durante sus comparecencias posteriores a la investidura de Rajoy: "No escucharán nunca salir de mi boca ningún reproche hacia Pedro Sánchez, jamás. Tengo mucho respeto, mucha consideración y mucho afecto por Pedro Sánchez y una deuda política importante con él porque consideró que era la persona adecuada para ser el portavoz parlamentario".

Cinco años después de uno de los episodios más huracanados de la historia recietnte del PSOE, Sánchez parece haber pasado página: "No es volver para atrás es reconocer las capacidades que tiene cada uno y creo que es una persona con capacidad".