Alberto Núñez Feijoo ha trasladado a dirigentes del PP que sólo se presentará si es el único candidato y no tiene competencia. Es decir: quiere aclamación y no urnas. La incógnita y la batalla estará por el segundo puesto; la persona elegida para desempeñar la secretaria general: Soraya Sáenz de Santamaría le ha mandado mensajes, mientras quien actualmente desempeña el cargo, María Dolores de Cospedal, quiere permanecer en él. 

El artículo que permite obviar las urnas

En los estatutos del PP se introdujo, un artículo -el 35.i- que, según informa El Confidencial Digital, fue introducido en 2017 por Fernando Martínez-Maíllo. Éste artículo permite nombrar al sucesor de Rajoy por aclamación. Si un aspirante logra el 50% de los votos de los inscritos antes del Congreso del PP, será designado automáticamente presidente del partido.

Así, dentro de un mes, cuando el PP celebre el congreso extraordinario que elija al sucesor de Rajoy, los compromisarios pueden tener sólo una opción que votar. Desde hace dos años, los estatutos del partido permiten una nueva fórmula de elección del presidente, consistente en unas elecciones primarias a doble vuelta que se llevarán a cabo, por primera vez, el próximo mes de julio, algo que era una exigencia de Cristina Cifuentes y de otros líderes del partido, que pedían aplicar en el PP unas primarias como las del PSOE. Aunque no tan impredecibles como las de los socialistas. En las del PP sólo pueden votar los militantes que se inscriban específicamente para ello y los requisitos para presentarse son más rígidos. 

El mencionado artículo 35, apartado i), de los estatutos del PP, establece que si en la primera vuelta un candidato obtiene más del 50% de los votos, con una diferencia de 15 puntos entre candidaturas y si ese candidato consigue más de la mitad de los votos en las circunscripciones, no es necesario hacer una segunda votación.

Es decir, de darse alguna de estas circunstancias, el candidato que hubiera obtenido este número de votos sería automáticamente proclamado presidente del partido, antes incluso de celebrarse el congreso, que se mantendría igualmente para que los compromisarios votasen a la nueva ejecutiva del PP, propuesta por el presidente aclamado. 

Una candidatura de unidad en un partido debilitado

Este artículo 35 supone, según las fuentes consultadas, un soporte fundamental para lograr lo que muchos dirigentes del PP llevan reclamando desde el pasado martes: una lista de unidad que evite guerras internas entre diferentes aspirantes, algo a lo que los posibles candidatos dicen aspirar. Sin embargo, ninguno tiene la fortaleza suficiente aún como para poder forzar esa unidad. Los diferentes escándalos de corrupción, la sangría de votos en las elecciones municipales y autonómicas, con la consiguiente pérdida de poder institucional del PP, le han privado a éste de "barones" que lideren una candidatura de consenso.

Feijóo, que es el único presidente autonómico del PP con mayoría absoluta en su comunidad, quiere jugar esta carta y por ello amenaza con no dar el paso si no es elegido por aclamación, mientras que hay sectores del PP que contemplan con escepticismo su gestión en Galicia y temen que haya "más muertos en el armario" como las fotos del presidente gallego con el traficante Marcial Dorado. Estos sectores creen que el partido estaría más unido bajo el mando de alguien solvente y con un expediente inmaculado, como la Presidenta del Congreso, Ana Pastor.