El cartel gigante desplegado por Vox en la calle Alcalá, la bautizada como lona del odio, ya no puede verse en la calle Alcalá. El partido de extrema derecha ha atendido así a la orden de la Junta Electoral de Zona de Madrid tras la denuncia del PSOE.

El organismo había dado un plazo de 24 horas a la formación de Santiago Abascal para quitar la imagen. Sin entrar a valorar si concurría o no en un delito de odio, el documento, al que ha tenido acceso ElPlural.com, dejaba claro que el hecho obedece a un acto de campaña fuera de los plazos indicados.

Así las cosas, después de la denuncia interpuesta por el partido primero del Gobierno, la Junta Electoral ha aplicado el artículo 53 de la ley electoral, a partir del cual no se puede difundir propaganda hasta que no haya empezado oficialmente la campaña. El organismo entiende que la imagen mostrada por el partido de extrema derecha, si bien no pedía directamente el voto, trataba de persuadir al electorado.

La imagen mostraba una mano que lanza a la papelera todo lo que Vox considera que está mal, representado en el logo feminista, la bandera LGTBI o la Agenda 2030. De la muñeca de la persona se podía leer ‘España siempre’ en una pulsera, mientras que  el título de la pancarta rezaba: Decide lo que importa.

De un lado, lo que ‘está mal’ y que, según el partido, representa el Ejecutivo español (imposición, inseguridad, división, pobreza, abandono, invasión); del otro, lo que ‘está bien’ y representa, según los autores de la fotografía, la formación (libertad, seguridad, familia, industria o campo).

Volviendo a la sentencia, la Junta Electoral no entraba a valorar si se trataba de un delito de odio o si el mensaje que difunía hasta hace unas horas Vox era ilegal al considerar el órgano que “no es competente” para pronunciarse sobre ello, sí así lo tribunales. Por eso, la resolución recogía la retirada de la lona en el plazo máximo de un día sin sanción al partido ultraderechista.

Denuncia del PSOE

El PSOE presentaba el pasado jueves la denuncia contra la proyección asegurando que ésta infringe varios artículos de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), a la vez que pedía poner su contenido en conocimiento del Ministerio Fiscal por la posible comisión de un delito de odio.

Para justificar su posición, los socialistas hacían alusión a otros acuerdos de la JEC sobre campañas consideradas ilícitas entre las que situaba un acuerdo de marzo de 2008, cuando la Junta visibilizó como ilícitas las campañas que contuvieran expresiones o imágenes xenófobas y racistas.

En concreto, el texto del PSOE se refería a “la vinculación que realiza la formación política Vox, en particular del movimiento feminista y el LGTBI+ a los conceptos ‘imposición, inseguridad, división, pobreza, abandono e invasión’, la declaración expresa como ‘porquería’ y el gesto de ‘tirar a la basura”, lo cual la formación capitaneada por Pedro Sánchez enmarca dentro de una “campaña ilegal no permitida, por el artículo 50.4 de la LOREG”.

Y añadía el partido: “Esta conducta podría ser constitutiva de un delito de odio de los recogidos en el Código Penal, de los cuales pueden ser sujeto activo las personas jurídicas -incluidos los partidos políticos-, conforme a los artículos 31 bis 510 bis del Código Penal”.

Ataque de Futuro Vegetal

Al margen de la denuncia interpuesta por el PSOE y de las críticas de las fuerzas progresistas sobre la campaña, el pasado domingo los activistas climáticos de Futuro Vegetal lanzaban pintura roja sobre la lona.

El colectivo, conocido por operar también contra las sedes del PP y PSOE, pegarse al atril del Congreso o actuar contra los cuadros de diversos museos para alertar del cambio climático, dejaba después el siguiente comentario en redes sociales: “¿Quiénes son los terroristas? Desde que nacimos como colectivo en enero de 2022, han sido numerosas las ocasiones en las que nos han tildado en distintos medios de comunicación como terroristas por nuestras protestas no violentas”.

Los activistas denuncian con sus actos la “polarización” que promueven “todos” los partidos políticos, pero Vox especialmente, pues va en contra de “una sociedad libre de misoginia, especismo, racismo, homofobia, transfobia, negacionismo climático, capacitismo y criminalización de la disidencia”.

En palabras de la portavoz de la organización, “el mundo necesita más que nunca que el Pueblo sea capaz de dialogar, entenderse y llegar a grandes consensos para generar grandes cambios que sean capaces de proteger la vida”. Por lo que, “frente a sus políticas de odio y miedo encontrarán nuestro amor; y frente a sus porras y su fascismo, nuestra furia”, sostiene.