Vox ha denunciado ante la justicia a Revuelta, la organización juvenil vinculada al partido, por un presunto desvío de fondos recaudados para ayudar a los afectados por la DANA que golpeó la Comunitat Valenciana. Tal y como ha podido saber ElPlural.com, la denuncia, presentada por exdirigentes del colectivo, apunta a posibles irregularidades en la gestión del dinero donado tras la catástrofe y ha provocado una grave crisis interna en la entidad.
Según ha señalado la formación ultra ante la Fiscalía, los denunciantes sostienen que la dirección de Revuelta habría actuado con una absoluta falta de transparencia en el manejo de las donaciones obtenidas tras las inundaciones del pasado otoño. La campaña de recaudación, lanzada públicamente con mensajes de apoyo a las víctimas y llamamientos a la solidaridad, logró captar aportaciones económicas de simpatizantes y afiliados, con el compromiso de que el dinero sería destinado íntegramente a labores de ayuda y asistencia en las zonas afectadas.
Sin embargo, los exmiembros de la junta directiva aseguran que nunca pudieron acceder a información detallada sobre el destino de esos fondos. En la denuncia se mencionan la ausencia de balances económicos claros, la negativa reiterada a facilitar extractos bancarios y la inexistencia de documentación que acredite de forma fehaciente el uso final del dinero recaudado. Estas circunstancias, sostienen, les llevaron a sospechar de un posible desvío de fondos y a poner los hechos en conocimiento de la justicia.
El conflicto ha derivado en una cascada de dimisiones dentro de Revuelta. Varios cargos orgánicos abandonaron la organización en las semanas posteriores a la campaña solidaria, denunciando públicamente irregularidades internas y una gestión “personalista” por parte de la actual dirección. La crisis ha dejado a la asociación juvenil prácticamente paralizada y con su estructura interna seriamente dañada.
Desde Revuelta, sin embargo, niegan las acusaciones. En un comunicado difundido tras conocerse la denuncia, la organización rechaza cualquier irregularidad y asegura que los fondos fueron empleados en acciones de ayuda “reales y verificables”, como el envío de material básico, alimentos y apoyo logístico a los damnificados. La dirección sostiene que las acusaciones responden a una “lucha interna” y a intereses ajenos al funcionamiento de la asociación, y anuncia que colaborará con la justicia para aclarar los hechos.
Vox se desliga de Revuelta: “No forma parte de Vox”
En medio de la tormenta generada por la denuncia contra Revuelta, la formación ha optado por marcar distancias públicas. Desde Vox han subrayado en varias ocasiones que Revuelta “no forma parte orgánicamente” del partido, describiéndola como una asociación independiente cuyo vínculo con la formación es meramente ideológico.
Sin embargo, este distanciamiento público choca con elementos que complican la narrativa de independencia. Numerosos documentos —entre ellos facturas y registros de la plataforma de pagos de Revuelta— utilizaron direcciones de correo vinculadas a Vox, lo que sugiere una conexión operativa entre ambas organizaciones que contradice la versión oficial. Además, en sus comunicados la dirección de Revuelta ha denunciado lo que considera “injerencias” de personas vinculadas a Vox y ha afirmado que estas acusaciones forman parte de una estrategia para controlar la asociación.
Conversaciones privadas sitúan a Abascal y Buxadé en el centro del conflicto
A ese conflicto interno se suma ahora un elemento especialmente delicado para la cúpula de Vox. Según ha podido saber ElPlural.com en exclusiva, el presidente del partido, Santiago Abascal, y el vicepresidente de Acción Política y eurodiputado Jorge Buxadé habrían tratado de contener y reconducir las irregularidades contables que, a su juicio, se estaban produciendo en Revuelta, organización nacida al calor de Vox como sus juventudes oficiosas. Así se desprende de varias conversaciones privadas entre dirigentes del partido y responsables de la asociación juvenil, grabaciones que revelan intentos de intervención directa para evitar que el conflicto acabara en los tribunales.
Buena parte de esos audios están protagonizados por Arturo González Villarroya —conocido públicamente como Arturo Villa—, asesor de Buxadé en el Parlamento Europeo e hijo del exalcalde de Boadilla del Monte, Arturo González Panero, uno de los nombres emblemáticos de la trama Gürtel. En esas conversaciones, Villa admite la preocupación existente en la dirección de Vox por el uso del dinero y por la falta de regularización fiscal. “El partido ha perdido la confianza. Considera que hemos utilizado el dinero para la banda”, llega a afirmar, reconociendo estar “cagado” ante la posibilidad de recibir “la carta de despido de Abascal”. Según su relato, para evitar una ruptura abierta y una investigación judicial, Abascal y Buxadé le habrían dado una consigna clara: “Liquidar Revuelta. Pagar a quien haya que pagar y que deje de existir”.
En otro de los audios, Villa asegura que desde la dirección de Vox se le trasladó el compromiso de que, si se disolvía Asoma —la entidad encargada de canalizar los donativos hacia Revuelta—, el partido no emprendería acciones legales. “Muerto el perro se acabó la rabia”, resume gráficamente, al tiempo que admite entender el nerviosismo de la cúpula: “No se han pagado impuestos. Entiendo que estén mosqueados… son adultos quitándose un marrón de encima”. Frente a esa presión, varios dirigentes de Revuelta se negaron a aceptar la disolución forzada de la asociación y denunciaron una maniobra para apropiarse de la marca juvenil y controlar políticamente su futuro. Finalmente, el pasado 5 de diciembre, el propio Arturo Villa optó por acudir a la Fiscalía, denunciando “presuntas irregularidades graves, posible estafa en el destino de fondos y en el cobro de cuotas de afiliación sin derechos asociados”, después de que la dirección de Revuelta rechazara entregar la documentación contable sin que concluyera previamente una auditoría.