Vox, partido de extrema derecha liderado por Santiago Abascal, ha sufrido en la noche electoral con un gatillazo para el recuerdo. Ha bajado 19 diputados y los 33 escaños que ha cosechado no son suficientes para que el PP de Alberto Núñez Feijóo gobierne en España. Puede que eso fuera lo que llevó a Abascal a no querer subir al andamio de la sede para ‘celebrar’ los resultados con los seguidores que se habían agolpado en las inmediaciones.

No… yo no iba a subir, esto no estaba decidido”, decía Abascal con una sonrisa entre cortada al tiempo que preguntaba dónde estaba Ignacio (Garriga) para subir ambos, finalmente, al andamio y salud a los simpatizantes de Vox.

Carga de responsabilidad sobre el PP

En la comparecencia en la sede nacional de Vox en Madrid, en la calle Bambú, pasadas las doce la noche, Abascal culpaba directamente al Partido Popular del fracaso de la suma de las derechas en estas elecciones generales. Cargaba contra el PP por su “blanqueamiento” del Gobierno de coalición liderado por Pedro Sánchez, con las ofertas al PSOE para que gobernase la lista más votada o la propuesta de pactos de Estado.

Y, sinónimo de este desánimo, el líder de Vox salía al balcón para dirigir unas breves palabras, de menos de dos minutos de duración, a los alrededor de dos centenares de simpatizantes que habían acudido a su llamada para seguir el escrutinio. “Estamos absolutamente preparados tanto para hacer oposición como para una repetición electoral”, decía.

Del mismo modo, Abascal pronunciaba: “Veo muchas celebraciones en las sedes de los otros partidos, parece que han ganado todos”. Aunque aseguraba que se dirige a los españoles "con toda seriedad y responsabilidad”, el líder de Vox ha empezado felicitando a Feijóo como candidato más votado, pero con crítica contundente: “Ha ganado las elecciones como quería y además lo ha hecho no dependiendo de Vox como también quería”.

Y Abascal también ha censurado las encuestas “claramente manipuladas” publicadas durante toda la campaña y que cree que han llevado al PP a “vender la piel del oso antes de cazarla”. Esto, ha criticado, ha tenido la “desmovilización” como “clara consecuencia”; sumado a las peticiones al voto útil de “medios afines” al Partido Popular y la “demonización” de Vox.

Caída generalizada en toda España

La caída de Vox ha sido generalizada en toda España, en cada una de las comunidades autónomas, aunque la mayor pérdida de escaños se ha producido en Castilla y León, región en la que están gobernando con el PP de Alfonso Fernández Mañueco y las polémicas no han dejado de sucederse.

En Castilla y León han perdido cinco los seis diputados que consiguieron en 2019. Pero también ha perdido apoyo en otras comunidades donde ha pactado con el Partido Popular, como Extremadura y Comunidad Valenciana, pasando de dos a un diputado y de tres a dos, respectivamente.

En la Región de Murcia Vox también ha pasado de tres representantes en el Congreso de los Diputados a dos, mientras que en 2019 quedó en primer lugar y ahora se ha quedado en el tercer puesto.

En Aragón los de Abascal han conservado el único diputado que tenían, y en Baleares, donde también hubo un pacto entre PP y Vox, han perdido uno de sus dos diputados. También bajan en Andalucía, pasando de doce a nueve escaños, y en Castilla-La Mancha de cinco a tres, y en Madrid, pasando de siete a cinco.

Ceuta es otro lugar donde Vox quedó en primer lugar en 2019 y ahora ha bajado también a la tercera posición, quedándose sin diputado y también sin senador. Mientras, logra mantener los dos diputados que obtuvo en Cataluña en las anteriores elecciones, ambos por la provincia de Barcelona. También mantiene el escaño de Asturias, Cantabria y uno por Canarias.

Lo que no ha logrado es entrar en el Congreso por ninguna de las provincias gallegas, vascas y tampoco por Navarra ni La Rioja, igual que en 2019.