El pasado 16 de diciembre Inés Arrimadas fue la primera en reunirse en el Congreso de los Diputados con el presidente del Gobierno, entonces en funciones, Pedro Sánchez. El líder del Ejecutivo y candidato a la presidencia propuesto cuatro días antes por Felipe VI tras su ronda de contactos.

Ahora era el momento del socialista. Era él quien tenía que empezar a negociar con los grupos que obtuvieron representación en la Cámara Baja en los comicios del 10 de noviembre. La dirigente naranja, portavoz de Ciudadanos en el Congreso y previsible sucesora de Albert Rivera tras la celebración de la Asamblea de la formación, fue la encargada de explicar sus postulados al dirigente socialista y defender las bondades de la fórmula constitucionalista de los 221.

Un Gobierno en solitario, sin Unidas Podemos, que sustentase sus cimientos con los votos de populares, naranjas y Navarra Suma. Aquello no convenció a Pedro Sánchez, que había decidido rubricar un preacuerdo de coalición con Pablo Iglesias únicamente dos días después de la celebración de las elecciones generales.

“Yo de ti reflexionaría con lo que os ha ocurrido. Lo que ha ocurrido con Albert Rivera…”, esgrimió Sánchez a su homóloga en la reunión, tal y como ha recogido El Confidencial, para acabar sentenciando posteriormente a su invitada y zanjando cualquier posibilidad de entendimiento entre las partes: “A ver, Inés, parece que no habéis aprendido nada de lo que os ha ocurrido en las elecciones del 10 de noviembre... ¡Vais a desaparecer!

Arrimadas, perpleja por el trato recibido, no pudo más y contestó al candidato: “Represento a más de un millón y medio de votos, ¿los desprecias acaso?... Oye, ¿tú tratas a todo el mundo así?”, preguntó.

Posteriormente, durante las entrevistas venideras y la intervención que realizó en el Congreso de los Diputados, se pudo ver a la dirigente naranja descontenta con la actitud de su rival, cerrado en todo momento a estudiar cualquier alternativa a la coalición con Unidas Podemos: “Sánchez no pide el apoyo, pide la rendición”.