Pablo Casado ha presentado su proyecto este domingo en el cierre de una convención nacional que arrancó este lunes en Santiago de Compostela y ha acabado en la plaza de toros de Valencia, símbolo del partido en todo su esplendor y termómetro escogido para analizar las ganas de cambio y transformación en el Gobierno nacional. La idea presentada por el presidente del partido ha sido muy similar a la que ya anunció este sábado el maestro de ceremonias Teodoro García Egea: "El PP es mucho PP. Los que quisieron acabar con nosotros se han quedando por el camino", ha vociferado, pidiendo orgullo por el legado que dejaron Aznar y Rajoy y avisando a Ciudadanos y a Vox de que las posibilidades de despojar a Pedro Sánchez de las llaves de La Moncloa pasan necesariamente por unirse en torno al PP

Casado, que agradecía la presencia de 9.000 personas en el recinto taurino -miles de personas se han quedado fuera-, se ha mostrado muy orgulloso del legado de su partido: "Tendremos que volver a rescatar a un partido en bancarrota. No hay dos sin tres", explicaba, citando así al propio Mariano Rajoy y su aventurada predicción en la primera jornada de la convención. "Cuando confiasteis en mí en aquellas primarias, las encuestas decían que éramos tercera fuerza. Pero unimos al partido, consolidamos nuestro poder territorial y recuperamos el espacio electoral del centroderecha. La elección no es entre nueva o vieja política, sino entre buena o mala política", ha añadido. 

El líder del PP, además, ha criticado al Ejecutivo por su gestión tanto sanitaria como económica con la llegada de la pandemia: "También quiero acordarme de los miles de muertos que el Gobierno se niega a contar. De los héroes de batas blancas mientras el Gobierno mentía masivamente y ocultaba la pandemia. Pagarán por tanta negligencia", explicaba, añadiendo que con, a diferencia de lo que dice el Gobierno en su análisis, "no hemos salido más fuertes, sino todo lo contrario". "4 millones de personas en paro, un millón en las colas del hambre. Detrás de cada número hay una historia personal de un español que lo pasa mal. No recuperaremos el empleo hasta que el presidente del Gobierno pierda el suyo", ha proseguido. 

"Nosotros no perdemos tiempo en propaganda, nos gusta la España real que paga el sueldo a los políticos para que resuelvan sus problemas. Limitan la libertad de expresión, expropian los beneficios empresariales, restan poder al parlamentarismo y limitan nuestras libertades. Yo ofrezco un nuevo contrato social que sostenga nuestro empleo y bienestar", ha expuesto Casado, pasando a continuación a detallar su recetario liberal en el que el Gobierno no sea un obstáculo para la inversión. "Nunca antes un Gobierno aceptó que los hijos vivirían peor que sus padres. Nos tienen subsidiados en un sistema educativa y laboral mediocre. Nos dicen qué lengua tenemos que hablar, cuántas horas pueden trabajar, cuánta carne podemos comer y cuándo podemos coger un avión. Han preferido desenterrar los rencores y enfrentarnos pasa sacar un rédito electoral que es inmoral", ha sentenciado el líder del PP.

La unión, la fórmula del éxito

Pablo Casado lo ha dejado claro: o PP o barbarie. Esa es la síntesis que ha querido plasmar la formación a lo largo de la semana. El líder del partido no ha escondido su orgullo por haber pisoteado a Ciudadanos, recordando que tendieron la mano en varias ocasiones para alcanzar una gran coalición y mandando un aviso a los que ahora pretenden restarles espacio en el tablero electoral: "Para los que peináis canas, el PP se fundó para unir a todo lo que estaba a la derecha del PSOE. Pero ahora necesitamos la unión de todos los constitucionalistas, desde los liberales hasta los conservadores o socialdemócratas cansados de los pactos con quienes nos llaman bestias taradas". 

"Volvemos a esta plaza no solo para hablar de España, sino para hablar a España. No solo hacemos oposición, sino que decimos lo que haremos. Sánchez ya es el pasado aunque aún no lo sepa", ha sentenciado.