Semana clave para la investidura de Salvador Illa. El apoyo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) está amarrado, aunque no del todo. El candidato socialista ha de afrontar aún dos piedras en el camino. Por un lado, Esquerra no está en disposición de garantizar el apoyo completo de su grupo, habida cuenta de las dudas que coexisten en sus juventudes, que a su vez están representadas por una diputada en el Parlament de Cataluña. Sin su voto afirmativo, no hay investidura. No hay margen para la geometría variable en un escenario en el que pretende irrumpir también el expresident de la Generalitat Carles Puigdemont, quien plantea regresar a España y exponerse a ser detenido para condicionar la sesión. 

Salvador Illa, líder del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), ha sido una figura destacada en la política española, especialmente durante su mandato como Ministro de Sanidad en el gobierno de Pedro Sánchez. Su gestión durante la pandemia de COVID-19 le otorgó una gran visibilidad y reconocimiento, lo que ha sido un factor clave en su ascenso dentro del PSC y su candidatura a la presidencia de la Generalitat.

La ronda de consultas comenzará a las 9:30 de la mañana con la participación de Salvador Illa, seguido por los representantes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), En Comú Podem, Junts per Catalunya, Partido Popular, Vox, Candidatura d'Unitat Popular (CUP) y Aliança Catalana. Este proceso es fundamental para asegurar que el candidato propuesto cuente con el apoyo necesario para ser investido presidente.

Las dudas de las Juventudes

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) forzó que la ronda de consultas arrancase el martes y no el lunes, como estaba previsto inicialmente. Un cambio que ha activado algunas alertas en el sector socialista, habida cuenta del estrecho margen de victoria del ‘sí’ en la consulta de los republicanos y las advertencias que llegan desde las juventudes del partido. La cantera de ERC no garantiza su apoyo a Illa. Es más, todo lo contrario. Airearon la posibilidad de romper la disciplina de la formación en la votación.

Este mismo lunes, las juventudes republicanas reunirán a su consejo nacional para decidir el sentido del voto de la ‘diputada 20’ del Grupo Parlamentario de ERC en el Parlament. En el partido se muestran respetuosos con el proceso interno de sus cachorros, pero hay quien sugiere en la cúpula alguna fórmula alternativa para encajar las dudas de los jóvenes republicanos o alcanzar un acuerdo para evitar el descalabro de Illa.

De hecho, la líder interina Marta Rovira, está “convencida” de que habrá un acuerdo, aunque profesaba “respeto” a los procesos internos de todas las organizaciones. Y es que el voto de la diputada Mar Besses es crucial para la coronación de Salvador Illa como nuevo president. Son necesarios 68 síes para sumar la mayoría absoluta que permita al socialista alcanzar la cúspide de la política catalana. No hay margen para la geometría variable y el plebiscito interno del viernes en Esquerra, así como los retrasos en la ronda de consultas, no son pájaro de buen agüero.

La relación de ERC con el Jovent Republicà están marcadas por un protocolo que no establece una correlación directa en el sentido del voto, pero sí siempre “bajo la línea política general y la dinámica electoral emprendida” por los mayores. En cualquier caso, a la espera de lo que decidan las bases del movimiento juvenil, hay quien apunta en la formación republicana a cierta flexibilidad para encajar la diversidad argumental e incluso recuerdan que la propia Rovira calificó de “crítico y vigilante” el sí que los republicanos daban a Illa. De esta manera, también dejaba en el aire que ese voto afirmativo llegar en la primera vuelta.

Cabe recordar que las juventudes de Esquerra, tras las elecciones del pasado 12 de mayo, aseguraban que no podían permitir que el “unionismo” se apoderase de Cataluña, pero tampoco se podía “dar apoyo gratuito a quien vive del independentismo mágico”. La celebración de un futuro referéndum era condición sine qua non para negociar.

Otra vez Pugidemont

La segunda de las amenazas que debe sortear Salvador Illa pasa por el factor habitual desde hace siete años: Carles Puigdemont. El expresident de la Generalitat está dispuesto a inmolarse. Si cumple su palabra, regresará a Cataluña esta misma semana tras siete años dando esquinazo a la justicia española en Waterloo. Sobre él aún pesa una orden de detención que la amnistía todavía no puede resolver, por lo que, en caso de volver, sería detenido y puesto a disposición judicial.

Una operación de elevado riesgo y coste personal para el expresident, pero que podría jugar un papel crucial en la investidura de Salvador Illa. El último acto de Puigdemont para torpedear la investidura del candidato socialista. Todo son dudas en torno a este asunto, pues la decisión final apenas está al alcance del círculo de máxima confianza del jefe de filas de Junts, que ansía contemplar el debate desde su escaño en el Parlament.

Puigdemont no oculta que es su última bala para frenar el desembarco de un gobierno de tinte “españolista” en el Palau de la Generalitat, después de aceptar la cruda realidad de unos 35 escaños que se antojan insuficientes para consumar el sueño de su restitución. Aun así, el acto de inmolación del expresident catalán no será en vano, pues espera sacar tajada a nivel procesal, habida cuenta del alud de recursos que su defensa presentaría que, a su vez, motivarían al Tribunal Constitucional para que tuviera que pronunciarse sobre si se le ha de aplicar o no la amnistía. En cualquier caso, es un factor más a tener en cuenta para una semana de infarto y calculadoras, en la que no hay nada escrito más allá de un pacto con ERC que puede volar por los aires desde dentro.