El comité de empresa de Televisió de Catalunya, S.A. -esto es, TV3-, junto con el consejo profesional de informativos y el consejo profesional de programas de la Corporació Catalana de Mitjans Àudiovisuals (CCMA), han criticado con dureza la deriva adoptada por TV3 tanto en sus informativos como en sus programas. Estas críticas se han centrado de forma muy especial en el espacio del informativo semanal “30 minuts” emitido el pasado domingo en TV3, en el que fue entrevistado el expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, y en la emisión, el sábado día 4 de enero, de otro programa semanal de la cadena, “FAQS”, en el que el entrevistado fue Quim Torra, es decir el presidente de la Generalitat actual.

Las críticas de los trabajadores de TV3, tanto las del conjunto de la plantilla que representa su comité de empresa como más en concreto las de los periodistas y otros profesionales de los medios de comunicación representados por los consejos profesionales de informativos y de programas, han sido compartidas por la práctica totalidad de los partidos políticos representados en el Parlamento de Cataluña, con la única excepción de JxCat, la formación a la que pertenece Quim Torra y que se dice heredera de CDC, el partido fundado por Jordi Pujol. Se ha añadido a estas críticas incluso ERC, socio de coalición de JxCat en el gobierno presidido por Torra.

¿Qué ha ocurrido para que se produjera de pronto tal aluvión de críticas? ¿Por qué la gran mayoría de la plantilla de TV3 se ha manifestado de repente tan dura? Porque TV3 ha traspasado ya todos los límites de la manipulación. Al referirme a TV3 lo hago también, por extensión, al conjunto de los medios de la CCMA, es decir, a todos sus canales de televisión -además de TV3, 33, 3/24, Esport 3, Super3, TV3Cat y TV3HD-, a todas sus emisoras de radio -Catalunya Ràdio, Catalunya Informació, Catalunya Música e iCat-, así como a sus medios digitales y a su participación accionarial en la Agència Catalana de Notícies (ACN).

Las dos emisiones tan criticadas son únicamente los dos extremos más escandalosos y recientes de la sistemática utilización instrumental de unos medios de comunicación públicos, porque su titularidad y su propiedad son públicos, pero en la realidad cotidiana son simples correas de transmisión de la propaganda separatista, y de una forma mucho más concreta de JxCat y de los sectores secesionistas más afines a la formación que en la actualidad tiene en el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont su principal y casi único referente.

Que TV3 entrevistase el pasado domingo al expresidente Jordi Pujol en “30 minuts” para tratar acerca de la cooperación internacional, y no para hablar de ninguno de los numerosos escándalos de presunta corrupción que le han afectado tanto a él personalmente y asimismo a su esposa y a todos sus hijos como también a CDC, el partido que el propio Jordi Pujol fundó y presidió durante tantos años, es una muestra inequívoca del extremo al que ha llegado TV3 en la manipulación partidista y sectaria de este medio, público solo en teoría.

Otro tanto se puede decir de la emisión del programa “FAQS” del día 4 de enero, con una entrevista de urgencia a Quim Torra después de conocerse la polémica y tan discutida resolución de la Junta Electoral Central por la que se le inhabilitaba para ocupar su escaño como diputado en el Parlamento catalán. El público presente en el plató desde el que se emitía “FAQS”, programa producido por la productora privada Mediapro, recibió a Quim Torra en pie y con grandes aplausos, mientras aparecían también los diputados de JxCat -incluso los llegados exprofeso de Madrid, recién terminada la primera votación del debate de investidura de Pedro Sánchez-, todos ellos rindiéndole público homenaje.

Por pura y simple higiene democrática, es imprescindible, y cada día más urgente, acabar de una vez por todas con esta privatización apenas encubierta de TV3, y con ella de toda la CCMA. Ya lo advirtió, hace tan solo un par de meses, el consejo profesional de programas de esta corporación pública. En un comunicado interno alertaba que la programación se centraba de manera excesiva en la actualidad política, señalando asimismo que no se diferencia como es debido la información de lo que es opinión.

De poco sirve decir que TV3 es líder de audiencia en Cataluña desde hace años. En realidad tiene el monopolio casi absoluto de la emisión televisiva en lengua catalana, con la única y mínima competencia de pequeñas emisoras locales. Cuenta, eso sí, con una audiencia absolutamente fiel, la de los fieles en esta religión substitutoria en la que se ha convertido el independentismo catalán