El que fuera el secretario de Organización del PSOE hasta hace poco más de dos semanas, Santos Cerdán, ha pasado su primera noche en prisión. La decisión la tomó el magistrado Leopoldo Puente al mediodía de este lunes, justo en el momento en el que el presidente del Gobierno se encontraba en plena comparecencia junto al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, en el marco IV Conferencia Internacional para la Financiación al Desarrollo de la ONU. “Actuamos con contundencia y ahora es momento de la Justicia”, defendió Pedro Sánchez.

Esta línea discursiva está lejos de convencer más allá de las puertas de Ferraz. Y en el seno de la organización socialista cada vez son más las voces que exigen el adelanto electoral. Sin embargo, Sánchez se resiste a dejar a un lado la hoja de ruta de la coalición progresista por lo que sigue considerando el proceder de tres individuos. Aun así, todo el partido coincide en lo impactante que resulta la imagen de Cerdán bajándose de un furgón para acceder al centro penitenciario de Soto del Real, puertas que antaño fueron traspasadas por Rodrigo Rato o Luis Bárcenas.

Con este pretexto, el mandatario socialista afronta este fin de semana el Comité Federal, del que saldrá un nuevo nombre al frente de la Secretaría de Organización, previsiblemente una mujer, y algún que otro cambio en el núcleo duro. Las críticas, con la vieja guardia comandada por Felipe González en pie de guerra y perfiles como Emiliano García Page reclamando elecciones generales, están garantizadas. A pocos kilómetros, el Partido Popular (PP) celebrará simultáneamente su Congreso Federal, en el que el nombre de Santos Cerdán también tendrá peso, sirviendo a Alberto Núñez Feijóo como balón de oxígeno.

El Partido Socialista actuó de manera contundente desde el primer momento, se han asumido esas responsabilidades, se ha apartado a Santos Cerdán y ahora es el momento de la Justicia”, insistía el jefe del Ejecutivo, a sabiendas de lo que se viene. Mientras, muchos en la formación esperan que el análisis sea cierto, que la salpicadura no vaya mucho más allá de Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García y, lo que es más importante, que ni se acerque a lo que podría ser una financiación irregular del partido.

A esto se agarran también los socios de Gobierno, los de dentro y los de fuera, a los que cada vez les cuesta más aguantar los avances de la investigación. Cerdán era el número dos de Sánchez en Ferraz y el presunto uno en la trama, según apunta el juez, y la oposición encuentra esta cercanía el argumento suficiente para señalar al líder del Ejecutivo como máximo responsable. No obstante, desde Ferraz y Moncloa niegan la mayor y apuntan a que las derechas aprovecharán este caso para intentar dar credibilidad a los que sus brazos judiciales han abierto.

Hartazgo en los socios

Desde el Partido Popular son conscientes de que los socios están cansados de esta situación y, a la par, temerosos de que acabe perjudicándoles electoralmente. Por ello, Feijóo ha encargado a su hombre fuerte, Miguel Tellado, un acercamiento a estos partidos para conocer si “su apoyo” sigue estando “intacto” y sondearles de cara a una moción de censura que, por el momento, el gallego no se atreve a presentar al no contar con los apoyos suficientes, pues una derrota de estas magnitudes daría aire al presidente del Gobierno.

Esta figura no es la que aterra en Ferraz, dado que ven poco posible que ninguno de los socios termine apoyando un Gobierno de Feijóo aupado a su vez por Santiago Abascal. No obstante, las formaciones más conservadoras, como Junts o PNV, son las que más preocupan. Del otro lado, Sumar sigue un discurso similar al de los socialistas, llamando a que “caiga quien tenga que caer” y a recuperar las medidas de regeneración y la agenda social, aparcada por la irrupción de la agenda judicial.

Desde ERC reconocen que “el momento político es complejo” y hace todo “más difícil”, pero por el momento rehúsan de dar un paso definitivo. "No podemos hacer ver que no hay corrupción por la voluntad de avanzar en acuerdos determinados", reconocen. Si bien las críticas más duras llegan desde Podemos, formación que apunta que la corrupción es un mal endémico del bipartidismo. "El daño a la democracia y a la mayoría progresista es irreparable”, sentencian.

El próximo 9 de julio, desde el Congreso de los Diputados, el jefe del Ejecutivo tendrá la oportunidad de cerrar la brecha con sus socios y trasladar confianza a la ciudadanía, un cometido que no será nada fácil. El mero hecho de haber fijado su comparecencia a tanto tiempo vista, con la justificación de la agenda internacional fijada antes del estallido de estos escándalos, ya ha escamado al conjunto del arco parlamentario, pero desde Moncloa confían en convencer con las explicaciones y las medidas que Sánchez llevará a la Cámara Baja.

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