El Gobierno ha preparado con sumo esmero el viaje de Pedro Sánchez a China. Nada más aterrizar, el jefe del Ejecutivo ya había lanzado diversos mensajes a las cúspides política y económica del gigante asiático, reunida en el Foro de Boao. Desde allí, ha apelado a las autoridades del país a implicarse en la mediación con Rusia para detener el conflicto armado con Ucrania. En segundo término, aprovechó la visita para hacer un llamamiento a su homólogo para que China se abra y evite que la UE tenga que “cerrarse en sí mismo”. Todo ello con palabras medidas al milímetro, sin abordar los ámbitos más delicados del régimen, pero recordando que Europa siempre defenderá sus valores.

No llega a los niveles de la relación de China con Washington, pero la tensión del gigante asiático con los Veintisiete es sustancial. No obstante, líderes europeos han detectado síntomas positivos en los mensajes que se han trasladado desde Pekín en las últimas semanas, máxime tras virar con firmeza su estrategia para frenar el Covid. De hecho, aseguran que mantienen una vía abierta con el Kremlin para buscar la paz en Ucrania, contexto del que se han valido para repartir invitaciones oficiales a todos los líderes europeos.

El presidente del Gobierno de España será el primero en visitar el gigante asiático. Sánchez llega este jueves a Pekín para el encuentro agendado con el presidente Xi Jinping para el viernes. Después de la visita del jefe del Ejecutivo español, aterrizará en China el francés Emmanuel Macron, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen o el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell.

Sánchez aprovechará esta ventaja para exponer la oposición europea, mientras también reconocerá el peso específico de China en el tablero de juego geopolítico. Mensajes que intercalará con peticiones expresas de mediación en el conflicto entre Rusia y Ucrania, explotando su papel de preponderancia sobre el Kremlin, para sembrar las semillas de un futuro proceso de paz.

Aperturismo chino

Con la presidencia de turno de la UE en el horizonte, Sánchez aprovechará su viaje para tender puentes entre Asia y Europa. El jefe del Ejecutivo español considera que las relaciones entre sendos continentes “no tienen por qué ser confrontacionales”. De hecho, ambos han de verse mutuamente como aliados “en lo económico y más allá”.

Sánchez ha remarcado tres diversas áreas de colaboración bilateral, que van desde la potenciación del multilateralismo, pasando por el compromiso en la batalla contra el cambio climático, hasta llegar a la reformulación de una estructura financiera común. “Algunos dicen que estamos en proceso de desglobalización”, deslizaba Sánchez, antes de agregar que lo que está mutando no es si no el prisma “desde el que percibimos esa globalización”. Por ello, ha reivindicado la importancia de “abrir Oriente”, con el precepto de que Occidente -la UE- no tenga que “replegarse sobre sí mismo”.

"En este contexto, la comunidad internacional necesita jugadores constructivos y responsables, y eso es lo que España quiere ser. Para empezar, como un país abierto y de fiar, pero también como la próxima presidencia de la Unión Europea, siendo parte de la comunidad iberoamericana y siendo un miembro activo de todas las grandes organizaciones multilaterales", ha recalcado Sánchez. "Hoy, más que nunca, la economía global necesita socios fiables en los que se pueda confiar. España es y continuará siendo uno de ellos", ha prometido.

Alianza Madrid-Pekín

El presidente del Gobierno, con motivo del 50 aniversario de las relaciones diplomáticas entre España y China, ha alabado los vínculos entre empresas de los dos países, aunque es ajeno a los notables “cambios” que se han registrados en este medio siglo. “China es el mayor proveedor para España, y los proveedores españoles tienen su mayor mercado asiático en China, destacando los inversores asiáticos en empresas de ingeniería de nuestro país”, ha apostillado el jefe del Ejecutivo.

Este viernes, Sánchez viajará a Pekín, donde será recibido por el primer ministro chino, Li Oiang, en el Gran Palacio del Pueblo. Allí mantendrá un encuentro bilateral antes de reunirse con el presidente Xi Jinping. El jefe del Ejecutivo concluirá su visita oficial tras una charla concertada con el líder de la Asamblea Popular Nacional de China, Zhao Leii.

Asimismo, a lo largo de su viaje, Sánchez se reunirá con representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), de la empresa AstraZeneca y Mitsubishi, amén de otros operadores turísticos chinos y empresarios afincados en el gigante asiático. En cualquier caso, desde Moncloa reivindican la importancia de esta visita, dado que es el primer líder europeo después de que Xi planteara sus doce puntos para la paz en Ucrania.