El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha llegado este miércoles al Congreso de los Diputados para afrontar la primera Sesión de Control después de la condena, sin sentencia, del ya dimitido fiscal general del Estado, pero en funciones. En frente tenía al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, quien ha reprochado el fallo emitido por el Tribunal Supremo, tan solo apoyado por los magistrados conservadores tan solo apoyado por los magistrados conservadores; sin embargo, el jefe del Ejecutivo ha insistido en su defensa de Álvaro García Ortiz y ha reprochado al mandatario del Partido Popular (PP) su genuflexión ante Isabel Díaz Ayuso.

“Usted preguntó que quién iba a pedir perdón al fiscal. ¿Va a pedir usted perdón a los españoles?”, ha arrancado Feijóo. “Lo de pedir perdón por decir lo que uno piensa le pasará usted, a mí no me pasa”, ha contratacado Sánchez, deslizando las tensiones internas vividas entre Génova y sus barones autonómicos, a más de las incursiones de los cuadros eméritos que hacen apariciones estelares. En esta misma línea, el jefe del Ejecutivo ha ahondado en los bandos, porque así han funcionado, que se han enfrentado en el juicio del fiscal.

Entre la verdad y la mentira, este Gobierno va a estar siempre con la verdad”, ha introducido. “Entre periodistas que exculpan en su testimonio en la sala segundo del Tribunal Supremo al fiscal general y el jefe de Gabinete de Ayuso (Miguel Ángel Rodríguez), que admite que mintió para propagar un bulo (publicado en El Mundo) y poder cubrir las vergüenzas de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid y de la propia Ayuso, este Gobierno y yo mismo estaremos siempre con la verdad”, ha expuesto.

La izquierda no pide ni permiso ni perdón para gobernar

“Tres cosas hace este Gobierno”, ha continuado. En primer lugar, ha insistido en que el Gobierno “acata el fallo del Supremo”, haciendo hincapié en que aún no existe sentencia y en la anomalía que esto supone. A continuación, ha recordado que, tanto España como Europa, “cuentan con sistemas judiciales garantista”; es decir, que la decisión del Supremo de Manuel Marchena aún se puede recurrir. “Mucha gente, entre la que me incluyo, estamos convencidos de que el tiempo pondrá las cosas en sus sitio”, ha apuntado en la dirección de la futura absolución de García Ortiz.

Por último, ha destacado que “el gobierno hizo lo que le correspondía” al nombrar a una nueva figura, Teresa Peramato, para dirigir el Ministerio Fiscal. “Una mujer de dilatada trayectoria, reconocida, independiente, rigurosa y, por cierto, feminista al frente de la Fiscalía General del Estado”, ha ensalzado Sánchez. A este punto no ha respondido Feijóo, que ha optado por reeditar el ataque frontal al presidente del Gobierno durante su turno de réplica. “Usted es peligroso para la democracia española”, ha arrancado.

Entre la presión y la subordinación a Ayuso

“No respeta a los jueces, llama mentiroso al Supremo”, ha arrancado con su lista de reproches. El líder de la oposición ha afeado a Sánchez no gobernar en el Parlamento, aprobar los Presupuestos, hacer más debates del Estado de la Nación y centrarse en los problemas de los españoles, entre los que ha destacado “la vivienda, los precios de la cesta de la compra, la inmigración y la pobreza”. “Solo está aquí de cuerpo presente, porque su mente está a las puertas del Tribunal Supremo”, ha desplegado.

“Le inquieta que se vuelvan a abrir las puertas de la prisión para que entre uno de los suyos”, ha cerrado el ataque, haciendo alusión a la posible entrada en prisión preventiva, este jueves, de José Luis Ábalos y Koldo García. “Usted es el único de la cuadrilla que está en libertad, así que siempre podrán decir que no les conocía. No sabe gobernar sin estar rodeado de presuntos condenados”, ha finalizado, antes de trabarse en el chascarrillo final sobre una metafórica serie sobre la vida de Sánchez de la que no ha acertado a pronunciar el nombre, produciendo las carcajadas de la bancada.

“Entre sus virtudes no está la de ser un buen parlamentario”, ha iniciado Sánchez su respuesta, aludiendo a que “no propone nada”. “La izquierda no pide ni permiso ni perdón para gobernar, ahí está la gestión de este Gobierno: 22 millones de ocupados, creciendo lo que no crece otra economía en Europa y reduciendo el déficit y la deuda pública”, ha presentado, antes de cerrar a la ofensiva. “Entiendo que tengan que apoyar a Ayuso, en definitiva, el primer punto del contrato que firmó con ella es la obediencia ciega”.

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