Con las celebraciones del Orgullo LGTBI+ a la vuelta de la esquina, las principales entidades y asociaciones tanto de España como en el resto del mundo calientan motores para arrancar los preparativos. Sin embargo, el veto más acuciante se ha dado en la Hungría de Víktor Orbán, donde se ha prohibido expresamente la puesta en marcha de la anual manifestación. Ante esta postura ultraderechista, el España se ha postulado como alternativa tendiendo la mano.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en estos términos, ha invitado a nuestro país “a los que no pueden alzar la voz en sus países”, en contraposición así al dictamen húngaro. “España no es Hungría, y permítame la simplificación porque evidentemente la sociedad húngara merece todo nuestro respeto. España no es Hungría, pero las calles de Madrid sí serán las de Budapest, porque este Orgullo reivindicamos todo lo que nos queda por conquistar aquí, pero también lo que hacemos por todos aquellos que no pueden alzar la voz en sus países. A todos ellos les digo, España es vuestra casa", ha reivindicado en el acto por el XX Aniversario del Matrimonio Igualitario, celebrado el Museo del Traje, en Madrid, este lunes.

En los mismos términos, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha advertido de que "no hay derechos irreversibles" y ha recalcado que el Gobierno no va a tolerar "un paso atrás" en derechos LGTBI: "Este mundo se ha vuelto muy violento. Se ha vuelto peligroso, se ha vuelto tenebroso. Y la Internacional del Odio ha enfocado precisamente en la diversidad, su rencor, su odio, porque sabe, la Internacional del Odio y de la mentira, que una sociedad diversa es más difícil de someter, que la simplificación, la simpleza de una sociedad y una comunidad es mucho más fácil de dominar, es mucho más fácil de someter", ha subrayado.

En este sentido, Redondo ha llamado a ser el "dique de contención" frente a la "ola reaccionaria" ultraderechista. Motivo por el cual, ha avanzado que viajará a Hungría para "defender la diversidad, el orgullo de ser libres, de ser iguales, de ser diversos": "Y estaremos en Budapest, por supuesto, pero también dentro de nuestro país, frente a quienes no quieren colocar las maravillosas y multicolores banderas del Orgullo", ha defendido.

Estas declaraciones en clave europea vienen después de la aprobación del Gobierno húngaro hace meses atrás de una ley que prohíbe las manifestaciones que reivindican la igualdad y libertad sexuales en el país y, teniendo en cuentas las fechas que se acercan, la normativa ha suscitado aún más polémica. Como contrapuesto al dictamen de Orbán, el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony, avanzó la semana pasada que desafiará esta ley y convocará una marcha alternativa en defensa del Orgullo.

20 aniversario de la Ley del Matrimonio Igualitario

En cuanto a la aprobación de la Ley del Matrimonio Igualitario en 2005 y que ahora cumple su 20 aniversario, Sánchez, durante el mismo acto, ha admitido que "duele recordar manifestaciones que una minoría llenó de gritos, de miedo al cambio, de normalización de lo que existía en la calle, pero no en el Parlamento y en su ordenamiento legal".

"En aquel momento nos habrían llamado 'wokes', si existiera entonces ese término. Y en su lugar nos llamaron amenaza, aberración, error histórico, en definitiva, acusaron a todos aquellos que estábamos apoyando y ayudando este tipo de conquistas de romper la familia como antes se ha recordado. Hoy, 20 años después, podemos mirar a los ojos del pasado y decir que no se rompió nada, presidente José Luis Rodríguez Zapatero, no se rompió nada", ha subrayado.

En esta misma línea, Sánchez ha dicho que España fue "valiente" al aprobar el matrimonio igualitario, en un mundo que "miraba con cierto escepticismo", "por encima del hombro" y "con escándalo".

Igualmente, se ha referido a las personas del colectivo que nunca pudieron casarse, a quienes sufrieron "insultos, palizas, incomprensión" y a quienes fueron internados, condenados o asesinados. "Y eso también debe dolernos en un momento como el actual, porque incluso cuando ganamos, hay heridas que el tiempo nunca podrá ser posible que lo borre", ha expuesto.

Por otro lado, ha tildado la propuesta del PSOE para castigar con hasta dos años las terapias de conversión, que se votará este martes en el Congreso de los Diputados, de "un paso muy importante": “A principios de este mes, el Grupo Parlamentario Socialista, dio un paso muy importante registrando una importante proposición de ley para llevar las terapias de conversión al Código Penal", ha añadido.

Sobre esta cuestión, Redondo ha añadido que, desde la aprobación de esta normativa estatal, más de 75.000 familias en España han podido desarrollar su “proyecto vital” siendo “completamente libres e iguales”.

Por su parte, al voz de su impulsor en aquel momento en el Gobierno central, José Luis Rodríguez-Zapatero, también se ha alzado en este acto: "A mí me acusaron de ser más o menos el diablo porque iba a acabar con las familias. Había muchos obispos. De la mano del PP. Nunca vi tantos obispos en mi vida", ha rememorado.

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