El PP se ha vuelto a quedar prácticamente solo en el Parlamento a la hora de sacar adelante su decreto de "Protección" a los titulares de productos de ahorro e inversión, una ley para salir al paso de la presión de miles de personas con el colapso de diferentes bancos y cajas españolas han perdido buena parte de sus ahorros. PSOE, Izquierda Plural (IU-ICV-CHA) y UPyD han votado en contra por considerarlo insuficiente ante el calibre de la estafa de la comercialización de participaciones preferentes y subordinadas entre pequeños ahorradores. El PP solo recabó el apoyo de CiU, del diputado de Foro Asturias y de los dos de UPN -partido salpicado por el escándalo de las dietas de Caja Navarra-.

Pujalte y sus excesos
El pleno ha sido tenso en la tribuna de oradores -con el PSOE acusando al PP de incumplir el pacto al que llegaron para que no hubiera quitas- y en la de invitados, de donde han sido expulsados una veintena de afectados por las participaciones preferentes que increparon a diputados populares. Pero uno de los momentos más exaltados lo protagonizó el portavoz de Economía del PP, Vicente Martínez Pujalte, en su intento de culpar también de esto al expresidente Zapatero. Pujalte responsabilizó al expresidente de la "estafa" por haber "engañado a los ciudadanos" al decir que el sistema financiero estaba "en la Champions" y no pedir así ayuda a Europa.

¿Dónde estaba su compañero Pérez Insua?
Las preferentes y subordinadas fueron productos colocados a instancias de las directivos de las entidades financieras, con estrictos objetivos comerciales para darles salida en sus redes de venta. Es de suponer que cuando Martínez Pujalte hablaba, al menos uno de sus compañeros en la bancada popular, el diputado Antonio Pérez Insua, tendría un nudo de la garganta -no así el ministro De Guindos, ex de Lehman Brothers que también atrapó a ahorradores españoles, a pesar de lo cual intervino con desparpajo en el debate para prevenir los riesgos de las preferentes y similares-. Pero Pérez Insúa ni es ministro ni puede permitirse el lujo de echar la culpa a Zapatero sin más. Y es que él mismo en persona colocó productos de riesgo a clientes de confianza, por lo que es imposible que alegue que el expresidente de Gobierno tenía más datos que él mismo de la situación financiera del banco para el que trabajaba y del riesgo de los productos que comercializaba.

Venta personal de productos de riesgo
Pérez Insua llegó al Congreso en 2012 tras muchos años vinculado al PP, partido con el que fue alcalde de Noia (A Coruña) entre 2003 y 2007. Pero en su pueblo era conocido y respetado sobre todo por su labor profesional como director de sucursales bancarias, y tras dejar la alcaldía retomó esa actividad como responable de una oficina de CaixaNova -la caja que para sortear sus problemas se fusionó con Caixa Galicia, en un proyecto auspiciado y controlado políticamente por Alberto Núñez Feijóo, para dar lugar a NovaCaixaGalicia-.

Cuando era director de la oficina de Caixanova y según recordaron medios como La Voz de Galicia, el popular comercializó entre sus clientes productos financieros de riesgo como las obligaciones subordinadas, un producto muy similar a las preferentes. BNG y PSdG pidieron la dimisión del diputado, no solo por lo que hizo profesionalmente sino porque como desde su escaño iba a tomar decisiones que afectaban directamente a sus antiguos clientes.

Primero coloca los productos y luego decide políticamente sobre ello
Los socialistas le preguntaron además cuánto cobró por "colocar" productos de alto riesgo ya que en su día aprovechó esos ingresos para "justificar la enorme nómina que se puso como alcalde". Solo en 2010, Pérez Insua cobró de NovaCaixaGalicia 63.674 euros, como consta en su declaración de bienes como diputado.

Un marinero jubilado, Santos Saborido, narró a eldiario.es cómo Pérez Insúa le vendió personalmente 90.000 euros en subordinadas de Caixanova a pesar de que no tenía ni idea de lo que le estaban colocando: "Nos lo vendió como la panacea y después resulta que me clavaron quince años (...) él me dijo que las obligaciones eran a cuatro años pero que se podía retirar el dinero en cualquier momento, avisando con una semana de plazo. Eso también era una trampa porque buscaban a otro cliente y a ti te daban el capital". La autoridad arbitral dio la razón a Sabrido y le reintegraron su dinero, lo que quiere decir que en la comercialización del producto hubo mala praxis, engaño o explicaciones insuficientes.