Los comicios europeos se acercan a un ritmo vertiginoso e inmersos en una campaña electoral alejada de programas y propuestas electorales, los ciudadanos acudirán este domingo a las urnas para decidir los representantes españoles que pondrán rumbo hacia el Parlamento comunitario. La carta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, denunciado el “zafio montaje” contra su mujer, Begoña Gómez, y el proceder del juez al cargo, Juan Carlos Peinado, son una variable más de esta cita que no ha obviado la candidata socialista, Teresa Ribera, que ha defendido al secretario general del partido.

El Partido Popular (PP), una vez más, quiere que las elecciones se desarrollen en un marco nacional, pese a estar en juego el rumbo de la Unión Europea (UE). El planteamiento del líder de los conservadores, apuntando hacia una posible moción de censura junto a Carles Puigdemont, ha dinamitado el tablero y las derechas continúan pidiendo la dimisión de Sánchez y asegurando que el líder del Ejecutivo se la juega este 9 de junio. Sin embargo, Ribera considera lo contrario y apunta en los micrófonos de la SER hacia el derrotado de las últimas citas: “Estas elecciones son un plebiscito sobre Feijóo”.

La estrategia del PP fue la misma en los momentos previos al 23J, cuando las elecciones generales daban la opción de mantener el rumbo de la primera legislatura de la coalición o virar hacia un Gobierno de la derecha y la ultraderecha. “Se presumía que iba a haber una victoria arrolladora del PP y se quedaron compungidos porque no alcanzaban una mayoría con la ultraderecha, ahora están cometiendo el mismo error”, ha desarrollado Ribera. “Pensaban que estaban a diez puntos de diferencia, de nuevo han coqueteado con la ultraderecha y está por ver que es lo que ocurre”, ha añadido.

La candidata del PSOE ha lamentado que la campaña electoral del PP no se esté basando “en propuestas ni programas, sino en como desacreditar al presidente del Gobierno, normalizar la irritación en las calles y cuestionar todos y cada uno de los pasos que adopta el Gobierno”. Ejemplo de ello, ha citado los últimos pronunciamientos del director de comunicación de la Comunidad de Madrid, Miguel Ángel Rodríguez (MAR).  “Hacía bromas de lo que iba a ocurrir la noche del lunes (adelantando la citación de Gómez como investigada) y ayer por la tarde se jactaba todo ufano de lo que había ocurrido”.

Frente a la austeridad de los hombres de negro

La todavía vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se lanza a Europa con el objetivo claro de impulsar un cambio de modelo productivo que tenga en el centro a las personas. La recuperación de las reglas fiscales está fechada para 2025 y los fantasmas de la austeridad, que asolaron al sur de Europa, sobrevuelan las fronteras de algunos países, donde la extrema derecha avanza ante la perdida de confianza de los ciudadanos en las instituciones.

El avance de los movimientos ultras preocupa en Europa y su explicación viene de atrás. “La solución a la crisis anterior, esos hombres de negro con tijeras y una especie de moralina hacia el sur de Europa, ha sido una máquina de fabricar populismo. La gente sintió que las instituciones y el Estado le fallaban, abandonado por todo”, ha explicado Ribera, comprendiendo y lamentando que existe “un voto vinculado a la indignación de pensar que el sistema se olvida de ellos”.

Están cambiando demasiadas cosas demasiado rápido”, ha reconocido, poniendo el foco en su tema fetiche. “El cambio climático no nos conviene a ninguno, pero hay que afrontarlo de frente y pensar como tomamos las decisiones para que la transformación de nuestro modelo tenga en cuenta, lo primero, a las personas”, ha defendido. La afectación al empleo y al consumo de las políticas que se desarrollen, la garantía de servicios básicos y la visión de nuevas oportunidades son los principales ámbitos que ha citado al respecto.

“Si no hay una combinación correcta entre las preocupaciones sociales y los programas de cambio, la gente se siente abandonada”, ha continuado. No obstante, ha cargado contra las posición neoliberales y populistas, representadas por el amplio espectro de las derechas, de la ultra a la más aseada, en cuyo foco nunca se ubican las clases trabajadoras. “Más recorte, menos presupuesto y que cada país se las apañe es una receta mala”, ha asegurado. Receta que conocemos de sobra en España, donde la altanería y los insultos denigrantes (pigs) de los países centro europeos, venidos a menos en los últimos años, nunca más será bienvenida.