El rey Felipe VI, tras terminar su ronda de consultas, ha optado por proclamar a Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, como candidato a la investidura. Así lo ha comunicado Francina Armengol, presidenta del Congreso de los Diputados, a su salida de la reunión con el jefe del Estado, quien le ha comunicado su decisión de optar por el que fue el candidato más votado en las pasadas elecciones del 23 de julio. 

No obstante, a Alberto Núñez Feijóo le espera un arduo camino y una casi imposible investidura fructífera, ya que no cuenta con los apoyos necesarios para alcanzar la mayoría absoluta. Al PP no le sirve su claudicación ante las exigencias de la extrema derecha de Vox, y tampoco el apoyo de UPN y Coalición Canaria, ambos con un diputado. Feijóo se queda en los 172 votos a favor, a cuatro de la mayoría absoluta y con posiblemente 178 en contra, lo que también le impediría ser investido en segunda votación con más síes que noes.

En su comparecencia tras reunirse con el rey esta tarde, Feijóo anunció que aceptaría el encargo del monarca pese a no contar con los apoyos suficientes: “Lo aceptaría con honor, con lealtad a la monarquía, a las instituciones y consciente de la responsabilidad”. “Estaría a tan solo cuatro diputados de la mayoría absoluta (...) No tengo garantizado ser candidato a la investidura, pero sí voy a defender que ante el bloqueo y el gobierno de la desigualdad que haya un gobierno que defienda la igualdad y a la mayoría de los españoles”, añadía.

El mensaje de la claudicación ante la extrema derecha 

Para asegurarse el apoyo de Vox, Feijóo ha tenido que claudicar ante la extrema derecha, pronunciando 77 segundos que quedarán para la historia. 

“Con Vox tenemos una relación de normalidad democrática en el objetivo compartido de proteger nuestra nación y defender la Constitución. Así lo estamos haciendo, como saben, en distintas instituciones, comunidades y ayuntamientos donde gobernamos conjuntamente. Y así lo estamos haciendo de forma indirecta, en algunos casos. Y así lo haremos también en la defensa de un gobierno constitucional para España, del Partido Popular en solitario.  Quiero reconocer su apoyo sin exigencias, únicamente condicionado a que España recobre la independencia de sus instituciones, la igualdad de todos sus ciudadanos y la censura de las imposiciones de las minorías”, ha afirmado Feijóo antes de anunciar futuras colaboraciones con el partido de extrema derecha.

“Sin duda, ante esta voluntad manifestada por Vox se confirma, no cabe duda, de que la relación de colaboración se mantendrá”.

Las cuentas de PP y PSOE

En cualquier caso, y pese a ceder ante la extrema derecha, el PP aspira como mucho a obtener 172. Frente al bloque de derecha y extrema derecha, el presidente de Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se ve capaz de lograr e incluso superar los 172 apoyos con los que cuenta Feijóo.

El PSOE aspira al menos a los 178 votos con los que Francina Armengol se hizo con la presidencia de la Mesa del Congreso. Para ello contaría con los votos de PSOE (122), Sumar (31)ERC (7)Bildu (6)PNV (5)BNG (1) y Junts (7). Fuentes del PSOE indican a ElPlural.com que tampoco renuncian al apoyo de UPN (1) y Coalición Canaria (1); alcanzando la cifra de 180 diputados. 

¿Por qué el PP se presenta para perder? 

Tal y como viene informando ElPlural.com, que el PP acepte una investidura fallida está motivado única y exclusivamente por su apuesta por pisar el acelerador del proceso de investidura. El PP incluso desliza que el debate de investidura debe tener lugar este mismo mes de agosto.

Y es que desde el PP consideran que mientras antes se celebre el debate de investidura, antes se celebrarán elecciones generales si hay bloqueo. Así, apuestan porque la investidura se produzca el miércoles 30 de agosto. De no haber gobierno, la convocatoria de elecciones deberá publicarse en el BOE el 31 de octubre y las nuevas elecciones tendrían lugar el 17 de diciembre.

Una fecha que parece imposible. Primero, porque el PP no tiene capacidad para elegir cuándo tendrá lugar el debate de investidura (la decisión corresponde a la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol). En segundo lugar, porque que la Mesa del Congreso se reunirá el lunes 28 para fijar los grupos parlamentarios y tomar otras decisiones importantes para poder convocar la primera sesión plenaria, como es el reparto de escaños en el hemiciclo.

A todas luces, la del 30 de agosto parece una fecha algo precipitada. La que sí se baraja para el debate de investidura es la del  27 de septiembre. Un día elegido para evitar el riesgo de repetición electoral en Navidad.