En su mensaje de Navidad de 2011, el entonces rey Juan Carlos I aseguró con rotundidad que “la justicia es igual para todos”. Veremos si esa afirmación puede se concretarse ahora. Si el intento del emérito de ponerse al día con el fisco, le sirve para librarse de males mayores o es el inicio de un problema bastante más grave.

Francisco Ruiz Jarabo, director de la Agencia Tributaria en el gobierno de Aznar, ha señalado que no es razonable que existan conversaciones entre un contribuyente que proyecta regularizar su situación fiscal y la Administración tributaria ante la que proyecta regularizarla, y aun menos negociaciones, como ha trascendido que ocurrió. Para el experto, incluso podría llegarse a la conclusión de que la administración tributaria ha realizado un trato de favor. Ruiz Jarabo ha señalado también que los familiares de Juan Carlos I que utilizaron tarjetas opacas, como la reina Sofia, hijas y algunos nietos, tendrán que aclararse con el fisco. 

La Fiscalía ha informado que seguirá examinando  la declaración presentada por Juan Carlos I para regularizar su deuda con Hacienda. Se centra especialmente en seguir el origen del supuesto donativo del amigo mexicano del emérito. Comprobarán si esa aportación es completa y veraz, condición previa para que la reguralización haya sido correcta.

Evaluarán las cuentas y el patrimonio de Juan Carlos I con ayuda de los técnicos de Tributos. Es decir, que la investigación continúa y habrá que ver si las pesquisas en marcha coinciden con lo que se ha manifestado. 

Así que, con ese pago de 678.000 euros no se acaban las tribulaciones del antiguo monarca. Veremos si el origen de ese dinero puede acreditarse con rotundidad. En función de los resultados de la investigación en marcha se podrían derivar nuevos y complejos escenarios para el antiguo jefe del Estado que continúa alejado de España. Algunos globos sonda apuntan que la decisión sobre su posible retorno será tomada por la Casa de su Majestad.

Del Rey que reclamaba honradez en muchos de sus mensajes de Navidad en 2011, al personaje reprochable que vemos hoy ha pasado una década de desencanto. Ahora toca dar explicaciones que demuestren la veracidad de los hechos, sin vaguedades, ni explicaciones ambiguas. Veremos cómo aborda esta espinosa cuestión Felipe VI en su comparecencia de Nochebuena. Ya está redactada, y no habría que descartar que, al respecto, incluya expresiones poco concretas.