Este miércoles, el Partido Popular Europeo (PPE) proclamaba al polaco Donald Tusk como su nuevo presidente con el 93% de los votos de los 540 delegados. 48 horas después, el flamante líder de los populares europeos ha concedido una entrevista al periódico 'El País' en el que ha destacado por la dureza con la que se ha pronunciado sobre la extrema derecha. 

Interrogado por si "hay espacio para el diálogo entre los populares y los movimientos ultranacionalistas o de ultraderecha", Tusk se ha mostrado tajante: "Esa no es mi intención, en absoluto". "De hecho, lo que quiero es enfrentarme a esa tendencia porque creo que el PPE debe ser una fuerza política capaz de proteger a Europa del riesgo que supone el aumento del nacionalismo y del extremismo, sea de derechas o de izquierdas. Para que haya diálogo necesitas, al menos, un terreno común basado en principios comunes. Para mí, la línea roja no es política sino de valores humanos", ha añadido. 

Una postura que choca claramente con la del Partido Popular, que no ha dudado en abrazar a Vox para llegar al poder en distintas regiones (Andalucía, Murcia y la Comunidad de Madrid), con el peligro que ello conlleva. "No soy mago, no tengo instrumentos para cambiar la realidad en los países", ha señalado sobre este aspecto. 

Asimismo, ha lanzado la siguiente advertencia a Pablo Casado y los suyos: "El problema de empezar a flirtear con los extremistas no es que encuentres intereses comunes, sino que empieces a pensar lo mismo que ellos. Es muy fácil transformarte si estás en contacto estrecho con ese tipo de poderes. Hay que protegerse de ese tipo de tentación".

Por otra parte, también se ha mostrado especialmente beligerante con el ultraderechista húngaro Viktor Orbán y el hecho de que la formación que este lidera, Fidesz-Unión Cívica Húngara, forme parte del PPE. Al respecto, ha avanzado que en febrero recomendará a los populares expulsar a Orbán y los suyos. "Después de mi elección, la primera reacción de Orbán fue decir que tienen miedo de que el PPE gire a la izquierda con mi presidencia. Francamente, si la decencia, la libertad de expresión y la democracia liberal son de izquierdas, entonces soy un izquierdista convencido", ha rematado.