La receta de la austeridad está dando los resultados de la que alertaron numerosos economistas: han redundado en la contracción de la economía, provocado más desempleo y alejado el objetivo de déficit para la que supuestamente estaba diseñada. Como la reforma laboral, que ha cumplido con su objetivo de empeorar las condiciones laborales y ganar 'competivividad' por la vía de la reducción de sueldos, lo que se está llevando a cabo sin que el desempleo deje de crecer. Pero habrá más de lo mismo porque la prioridad no es frenar la sangría del paro ni reactivar la economía dejando de precarizar la situación de los empleados, sino cumplir con el déficit, por lo que la retroalimentación de la crisis seguirá su camino.

Palo y zanahoria
Bruselas ha rebatido las previsiones económicas de España y le ha apremiado a emprender más reformas. Sobre la mesa, la amenaza de un expediente sancionador por el incumplimiento del objetivo de déficit, prácticamente el único compromiso que ha asumido Rajoy y que no va a cumplir. El Gobierno reclama flexibilizar el calendario y tener dos años más para cumplir -aunque ya le permitieron el maquillaje de que el rescate financiero no computara-, pero la Comisión Europea (CE) ya ha advertido de que no dará ese margen sin más.

Rajoy, presto a cumplir
El debate ha llegado a la sesión de control al Gobierno de este miércoles en el Congreso, donde el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba ha instado a Mariano Rajoy a reflexionar sobre el resultado de las políticas de recortes auspiciadas por Europa. Pero no habrá cambios, al contrario: Rajoy se ha esforzado en tranquilizar a Bruselas. Rajoy ha insistido en que el camino es la reducción del déficit público, la eliminación de la deuda, hacer reformas, poner las bases para el futuro, reconociendo que así se contriburá a que Europa tome decisiones -en alusión a la flexibilización del calendario de déficit-.

"Segunda oleada de reformas" para el 26 de abril
"La segunda oleada de reformas la presentaremos el próximo día 26 y la enviaremos a Bruselas", ha anunciado Rajoy durante la sesión, apuntando al desempleo como una de las razones para actuar. En otro momento ha explicado que el 26 de abril "aprobaremos en Consejo de Ministros un amplio paquete de reformas estructurales que, como señalé en el debate sobre el estado de la nación, tiene dos objetivos: unas reformas que ayudan a mejorar la competitividad y flexibilidad de la economía y otras que sirven para eliminar estrangulamientos y cuellos de botella al crecimiento de nuestros sectores productivos".

¿Otra vuelta de tuerca laboral?
Estos rodeos de Rajoy no despejan las dudas sobre si habrá nueva vuelta de tuerca en el marco laboral. En su informe, la comisión explícitamente de "revisar" la reforma laboral con la amenaza del expediente sancionador por incumpliemiento de déficit sobre la mesa. El comisario Rehn ha mostrado cierta disposición a ayudar al Gobierno español pero la ha condicionado al "plan sustancial de reformas concretas" que se apruebe ese 26 de abril. El finlandés espera que ese plan "esté en línea con la revisión en profundidad (de los desequilibrios) y con las recomendaciones específicas del año pasado" que deben ir en la "dirección correcta", que no es otra que "restaurar la competitividad y crear el fundamento para un crecimiento sostenible y la creación de empleo". El lenguaje de la Comisión y del propio Rajoy apelando a la 'competitividad' y la 'flexibilidad' es el que ya se empleó para vender la reforma laboral con la que inició su andadura el Gobierno popular cuyos frutos están a la vista: una devaluación interna que ha empeorado las condiciones de miles de trabajadores sin crear empleo.