Bajo el telón de fondo de la polémica acontecida esta semana en Jumilla, localidad murciana que ha trascendido al plano nacional, la postura adoptada por el Partido Popular le ha salido cara a ojos de la opinión pública. No sólo desde el ámbito político, sino que el mediático e incluso el religioso han tomado partido en esta cuestión.

El Ayuntamiento del Partido Popular dio luz verde esta semana, con la abstención de Vox, a una medida que vetaba la realización de actividades en las instalaciones deportivas de Jumilla que fueran sociales, religiosas o culturales; sin embargo, este veto coincidió casi en tiempo y forma con las celebraciones del fin del Ramadán y la Fiesta del Cordero, además de las proclamas en contra de estas que profirió el partido de ultraderecha en el municipio.

Desde entonces, la cuestión ha ido escalando tensiones, tanto por las reacciones políticas de partidos de distinto color como otros ámbitos que han llevado el debate a la primera línea de actualidad de los últimos días. Mientras, el PP de Alberto Núñez Feijóo ha venido culpando al Gobierno central del “polarizar” y, al tiempo, ha matizado que a su formación no se la puede tachar de “xenófoba” por esta clase de medidas.

Los obispos dan la espalda a Génova

Tras conocer lo sucedido en Jumilla y la postura esgrimida por el PP nacional, la reacción que mas sorpresas desencadenó fue la presentada este jueves por la Conferencia Episcopal Española (CCE), desde la que los obispos españoles acercaron posturas a la Comisión Islámica de España en un comunicado en el que defendieron que, los hechos descritos, son un sinónimo de “discriminación que no puede darse en democracia”.

En este sentido, coincidieron en que limitar y prohibir actos religiosos en instalaciones públicas como bien son las deportivas de Jumilla “atenta contra los derechos fundamentales de cualquier humano, y no afecta sólo a un grupo religioso, sino a todas las confesiones religiosas y también a los no creyentes”.

Amparándose a su vez en el artículo 16 de la Carta Magna, el comunicado de los obispos incluía que las manifestaciones religiosas realizadas en públicos, “entendidas como libertad de culto, están amparadas por el derecho a la libertad religiosa, un derecho fundamental protegido por la Constitución Española”.

Por su parte, previa a las palabras de los obispos, la Comisión Islámica en España percibió con “preocupación” lo acontecido en jumilla por “obstaculizar la libertad religiosa”: “Los poderes públicos tienen el deber de garantizar la libertad religiosa y cooperar con las confesiones. Y lo que estamos viendo en este caso es todo lo contrario. Es intentar obstaculizar la libertad religiosa”, dijo su portavoz Mohamed Ajana.

La derecha mediática guarda silencio

Desde el foco mediático, la respuesta ha venido de la mano o bien de eludir la temática o de situar el foco en el papel que está jugando Vox en la polémica política. En el caso de El Mundo, este viernes abría con este titular al respecto: Abascal aprovecha la polémica de Jumilla para lanzar una proclama contra la ‘invasión’ del Islam. Sin mencionar el protagonismo del PP en la cuestión. 

La Razón, por su parte, sí que ha situado entre sus principales titulares de la jornada a los populares, pero lejos de la problemática de Jumilla: Tercer grado por la corrupción: el PP cerca a Sánchez en el Congreso. Yendo aún más allá, desde Libertad Digital, no se ha hecho mención en primera línea de portada a esta cuestión, sino que la principal temática ha estado protagonizada por el primer aniversario de la 'Operación Jaula' a Carles Puigdemont el pasado año en Barcelona, coincidiendo con el primer año de mandato de Salvador Illa en la Generalitat. 

Asimismo, otros medios de comunicación como La Vanguardia se han hecho eco en primera línea informativa de lo sucedido en Jumilla y, en este caso, destacaba la postura de la Conferencia Episcopal: Los obispos censuran el veto antimusulmán de PP y Vox en Jumilla.

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