La dimisión de Carlos Mazón a principios de esta semana se convirtió en uno de los episodios de mayor relevancia en la política española. Desgastado, y prácticamente acorralado por los hechos que se están conociendo sobre su manera de actuar el día de la DANA, el popular se hacía a un lado y comunicaba en una comparecencia su decisión de no seguir ostentando la presidencia de la Generalitat Valenciana. La noticia recorrió el país, no solo por ser el final de un proceso político que ahora continúa en los juzgados, sino porque el paso atrás de Mazón ha dejado varias dudas al no marcar a un candidato que voten las cortes y obligar al Partido Popular a abrir unas negociaciones con Vox en las que no dispone de una posición precisamente sólida, pues los del PP necesitan mantener la presidencia e intentar que no se abran las urnas ante la caída que están experimentando en las encuestas frente al crecimiento de los de Abascal.
No obstante, el nerviosismo en el PP no aflora en este momento solo por los diálogos que mantienen con Vox, que ha adquirido una posición especialmente dura en la negociación para la investidura de un nuevo presidente, sino porque en la formación liderada por Feijóo siguen sin tener claro quién será el elegido para recoger el difícil relevo que se dará en la Generalitat Valenciana. En los últimos días, el nombre de Juan Francisco Pérez Llorca venía siendo el que más sonaba, aunque a él no se le estuviera viendo mucho últimamente al resguardarse en las labores como alcalde de Finestrat para no hacer mucho ruido. Sin embargo, a toda la incertidumbre existente en las filas del Partido Popular sobre si lograrán convencer a los de Abascal, que están poniendo condiciones concretas y determinantes para apoyar la candidatura popular, se suma ahora que en las propias filas populares todavía no hay consenso sobre quién debe ser el elegido para ser presentado a una votación de investidura.
El reloj corre y sigue sin haber nombre
El plazo para que se formalice una candidatura a la presidencia de la Generalitat Valenciana termina el 17 de noviembre y, a escasos diez días, la dirección valenciana del PP y Génova no alcanzan todavía un acuerdo. Como se hacía mención, tras haber estado puestos sobre la mesa nombres como los de Vincent Compó o María José Catalá, parecía que la figura de Juan Francisco Pérez Llorca adquiría fuerza, no termina de esclarecerse si será finalmente el elegido o no, comenzando ya, incluso, a hablarse dentro del partido sobre la posibilidad de que su nombre se haya quemado antes de tiempo.
Las dudas en torno a Juan Francisco Pérez Llorca son otro bache a superar en la formación liderada por Feijóo. En este proceso que se está viviendo dentro del partido, Pérez Llorca se ha refugiado del foco mediático, a pesar de ser el portavoz parlamentario del PP en las Cortes Valencianas, en sus labores como primer edil de Finestrat y apenas ha dejado publicaciones en sus redes sociales. No obstante, a pesar de que no haya todavía consenso y que se hable de esa posibilidad de que su nombre se esté quemando, la suya es de las pocas figuras dentro del PP que guarda buenas relaciones con los de Abascal, por lo que se convierte en una baza dentro del complicado panorama.
La caída en las encuestas del PP, la subida de Vox y una presidencia que mantener
Castilla y León, Extremadura y Andalucía. Estos eran los principales retos que el Partido Popular debía abordar en los próximos meses ante las elecciones autonómicas que se van a celebrar en estos territorios. Unas pruebas que se tornaban duras para los populares, que observaban como, ante estos comicios, tenían que superar la crisis de imagen por la que pasan y que evidencian las encuestas, donde Vox les comen cada vez más terreno en la estimación de voto.
No se conoce si en aquella reunión que mantuvieron Feijóo y Mazón el pasado domingo por la tarde el líder nacional del PP le indicó al valenciano que la dimisión se efectuara, pero que no convocara elecciones ante el complicado contexto político. Si bien, aunque no hay respuestas en torno a ello, parece que podría ser una de las posibles razones por las que Mazón no disolvió las Cortes Valencias y que están llevando ahora a que los populares estén tratando de convencer a un Vox cada vez más firme en sus condiciones, sin pensar en la posibilidad del adelanto electoral.
En todo ello, hay un recuerdo cercano, el de la negociación de los presupuestos de esta comunidad autónoma planteados por Mazón y que apoyaron los de Abascal. Ahora, ante esta nueva circunstancia, desde Vox son conocedores de que son ellos los que tienen la sartén por el mango en este momento y de ahí que José María Figaredo asegurara que entre sus condiciones para apoyar la investidura de un candidato del PP está, por ejemplo, la "confrontación total" con las políticas migratorias y climáticas.
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