El PP afronta el próximo Pleno del Congreso con una estrategia calculada: utilizar la ruptura de Junts con el Gobierno como ariete político para cercar a Pedro Sánchez y apuntalar el relato de una legislatura paralizada. La división abierta en el espacio posconvergente, cuyos siete diputados resultaron imprescindibles para la investidura, ha animado a los populares a redoblar su ofensiva parlamentaria, centrando sus preguntas de control en la supuesta fragilidad del Ejecutivo y su capacidad para sostenerse sin la mayoría que le ha permitido legislar durante el último año.

El propio Alberto Núñez Feijóo liderará esa línea de ataque. El miércoles preguntará directamente al presidente del Gobierno cuánto tiempo cree que puede aguantar sin unos Presupuestos avalados por las Cortes. Los populares quieren subrayar la anomalía: el Ejecutivo lleva meses prometiendo que presentaría las cuentas antes del 30 de septiembre y, tras encadenar retrasos, continúa sin confirmar si habrá proyecto presupuestario o si la ruptura con Junts lo hace inviable. El mensaje del PP es claro: sin los siete votos de Puigdemont, la legislatura no tiene aire.

Cara a cara con Nogueras

El contexto refuerza su tesis. Junts no solo ha anunciado que no respaldará unos hipotéticos Presupuestos, sino que ya ha presentado enmiendas de totalidad a 25 proyectos de ley y ha anunciado que votará en contra de las grandes iniciativas de PSOE y Sumar. En plena antesala del debate sobre el techo de gasto, el PP ve terreno fértil para presionar a Sánchez.

La sesión tendrá además un añadido simbólico: un nuevo mano a mano entre el presidente y Míriam Nogueras. La portavoz de Junts, que hace solo unos días acusó a Sánchez de ser “cínico e hipócrita” por asegurar que cumple sus acuerdos, volverá a interpelarlo sobre la situación política en Cataluña. En Génova confían en que la ruptura vuelva a materializarse en un choque público que desgaste al Ejecutivo.

Nueva ofensiva del PP

Mientras tanto, el resto de preguntas del PP - formuladas como de costumbre con un enfoque genérico que permite abrir el abanico - llegan cargadas de munición política. La portavoz parlamentaria, Ester Muñoz, preguntará a María Jesús Montero si “esta es la España a la que aspira su Gobierno”, mientras el diputado José Vicente Marí insistirá en si el Ejecutivo “gobierna o solo resiste”. Tres miembros del Grupo Popular dirigirán interrogantes a Félix Bolaños, a quien exigen aclarar “el límite” del Gobierno, si la política debe ir “tres pasos por delante de la legalidad” o si Moncloa continúa desarrollando “dinámicas antidemocráticas”.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, también será protagonista involuntario del guion del PP. Cuca Gamarra le exigirá explicaciones, mientras que Ángel Víctor Torres, titular de Política Territorial, afrontará una pregunta que en apariencia es genérica - “qué más tiene que saberse para que asuma responsabilidades” - pero que los populares utilizarán previsiblemente para volver a vincularle con el ‘caso Koldo’. No en vano, el mismo Pleno debatirá una moción del PP que pretende censurar su actuación cuando presidía Canarias y denunciar supuestas injerencias en contratos públicos.

Las ministras Isabel Rodríguez (Vivienda) y Ana Redondo (Igualdad) tampoco quedan fuera del foco: la primera deberá pronunciarse sobre “el futuro del país” bajo el actual Gobierno, y la segunda sobre “cuántas mentiras, desprecios y negligencias” - según el PP - soportan las mujeres bajo su gestión. A esta ofensiva se sumará Vox, que ha registrado dos preguntas propias para reforzar la idea de una España “degradada” y “asfixiada fiscalmente”. El miércoles se jugará, de nuevo, una partida política con la ruptura de Junts como telón de fondo. El PP quiere convertirla en prueba de que la legislatura se tambalea. Sánchez, en que no. El cara a cara con Nogueras será la imagen más buscada.

Síguenos en Google Discover y no te pierdas las noticias, vídeos y artículos más interesantes

Síguenos en Google Discover