Después de que Pablo Iglesias visitara la casa de Susanna Griso, esta vez ha sido el otro Pablo - Casado - al que la presentadora ha recibido en su morada para compartir un café y algunas palabras. Apurando los últimos días antes de las elecciones, el dirigente del PP, preguntado por Cataluña, ha reconocido que “ojalá mis hijos y yo supiéramos hablar catalán”.

En este sentido, Susanna Griso le ha interpelado por la solución que su Partido Popular aportaría a mitigar la crisis catalana y calmar los ánimos. Esta cuestión tenía una pequeña trampa, pues el líder genovés debía proponer una alternativa que no fuera el tan manido artículo 155.

“Cumplir la ley”, respondía enigmáticamente Pablo Casado sin entrar en más detalles en un primer momento. A posteriori, tras la pregunta de Griso, ha enumerado una retahíla de medidas como el control de los Mossos, la lucha contra el “adoctrinamiento” y más repetitivas ideas que el conservador ha reiterado hasta la saciedad.

Por otra parte, tras rechazar las tesis que apuntan a que “España roba a Cataluña” y que “no existe un enemigo exterior”, Casado ha subrayado que “amo a Cataluña” y que su afán pasa por “recuperar a la Cataluña olímpica y cosmopolita del año 92”. Reconoce que le daba envidia mirar hacia la región cuando era joven y ver una Comunidad “moderna y mediterránea”. Sin embargo, considera que estas aptitudes las ha perdido por el camino.

Asimismo, cerrando con el bloque de Cataluña, el dirigente del Partido Popular ha sorprendido con una frase que nadie esperaba. “Ojalá mis hijos y yo supiéramos hablar catalán”, expresaba para pedir la erradicación de la “discriminación por el lenguaje” en Cataluña a la hora de acceder a un puesto público.

Pablo Nadal

Antes de que Casado evidenciara su amor por Cataluña, la entrevista ha tomado unos derroteros más distendidos y el dirigente conservador ha destacado que su hijo “ha heredado” el gusto de García Egea por el lanzamiento de aceitunas. Tras esto, no obstante, ha comparado su figura con la de Rafa Nadal porque "nunca doy una bola por perdida".

Después de esta extraña comparativa, Casado ha lanzado otro símil en el que equipara al fútbol con la política porque “todo el mundo cree que puede ser seleccionador y hacer mejor que tú las cosas”.

Caricias camufladas a Vox

Ha sido entonces cuando ha salido Vox a la palestra. El candidato del Partido Popular ha arremetido contra su oponente y les ha acusado de “copiar” el modelo del PP. No obstante, también ha indicado que “plantean unas cosas que son equivocadas”. Unos reproches que han mantenido una línea suave, pues les ha incluido en el saco de partidos que “no han gobernado” junto a Ciudadanos y Podemos.

Más allá del tópico sobre la mochila del Partido Popular, Casado ha mostrado cercanía con la formación ultraderechista y ha dejado la puerta abierta de par en par a repetir el modelo de la Junta de Andalucía. Un pacto que ha suscitado grandes críticas, incluidas las de barones como Núñez Feijóo o Alfonso Alonso.

En este sentido, Casado ha afirmado que prefiere a un partido que “está por ver lo que es” – en alusión a Vox – a otro como Podemos que “ya sabemos qué es”. Eso sí, ha insistido en que “la política de la ultraderecha es de barra de bar”.