En el último balance político del 2025, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha situado en la primera línea de sus objetivos de cara al próximo año continuar con la estela de avances y promesas en clave social despejando, al paso, los presuntos casos de corrupción y de presunto acoso sexual en las filas del PSOE. Dos temáticas con las que ha arrancado su intervención en Moncloa a las puertas de las vacaciones de Navidad y con las que ha confrontado con el resto de las reacciones políticas en esta jornada.
Sánchez ha dado respuesta a semanas de tensión motivadas por los últimos acontecimientos en clave judicial, que sitúan a excargos del partido en una presunta trama corrupta y que se concentra en la figura del exministro José Luis Ábalos, a su vez con la causa paralela que se cierne sobre la exmilitante socialista Leire Díez. Al tiempo, también ha entonado un comprometido discurso feminista y contra la violencia de género, con motivo en este escenario de las recientes denuncias y dimisiones de distintos cargos socialistas por presuntos episodios de abusos y acoso sexual.
Bajo este telón de fondo, se respira cierta tensión dentro de las filas del Ejecutivo de coalición, entre el ala socialista y la conformada por los ministros de Sumar. Aunque Yolanda Díaz haya venido exigiendo en los últimos días un “cambio profundo” para superar este último episodio de crisis, lo cierto es que Sánchez no contempla dar un paso de este calibre, sin tener en cuenta en este sentido la inminente salida de Pilar Alegría como candidata socialista a la Presidencia de Aragón en las elecciones anticipadas. No obstante, y pese a un escenario convulso en términos políticos, el presidente del Gobierno ha enfatizado en las distintas razones que sustentan su liderazgo hasta 2027 con especial atención a las percepciones del socio minoritario de la coalición.
Sumar persiste en acometer cambios
En lo que concierne estrictamente a las relaciones entre PSOE-Sumar, la formación magenta, en voz de su portavoz, Ernest Urtasun, mantiene en pie la exigencia al presidente del Gobierno para llevar a cabo una remodelación interna, calificando este lunes de “insuficiente” el contenido de sus palabras y exigiendo así una hoja de ruta clara para abordar la situación actual.
"El inmovilismo ante esta situación no es una opción. El inmovilismo, en estos momentos, es el principal aliado que tienen para tratar de alcanzar el Gobierno", ha agregado en rueda de prensa este lunes para demandar que la respuesta de Sánchez tiene que ser un "indispensable" relanzamiento del Gobierno, que pasa por renovar los equipos de los ministerios y potenciar la agenda social.
Urtasun ha evitado responder a la pregunta de si los de Díaz saldrán del Ejecutivo central en caso de que Sánchez no atienda la demanda de acometer una crisis de Gobierno, pero ha demandado que Sánchez debe dar explicaciones sobre los casos de presunta corrupción y acoso sexual que salpican al entorno socialista. "Nosotros queremos que esto sea el ecuador de la legislatura, pero el inmovilismo no nos vale y para eso hay que tomar decisiones", ha añadido el ministro de Cultura al respecto.
Incluso desde la oposición han apelado al papel de los magentas. Desde Génova, la vicesecretaria de Regeneración Institucional del Partido Popular, Cuca Gamarra, ha abogado porque los de Díaz apoyen en el Congreso la petición de una comparecencia de Sánchez a fin de año para que dé cuenta de la presunta “corrupción sistemática” de su partido. "Menos palabras y más hechos. Menos ir de boquilla y más actuar políticamente. Yolanda Díaz, Sumar, puede mañana a través de la Mesa del Congreso hacer posible que el presidente del Gobierno comparezca y dé explicaciones a todos los españoles", ha dirigido hacia la vicepresidenta segunda del Gobierno, instando a que decida si “quieren seguir siendo cómplices o deciden acabar con esta descomposición”.
Sánchez saca pecho de los avances sociales
La razón de ser del balance esgrimido por Sánchez en Moncloa se ha focalizado en las distintas medidas sociales y en favor del crecimiento económico en este último año.
Con el trasfondo del “ruido” político instaurado en los últimos tiempos, Sánchez ha reiterado que sabe “cuál es su responsabilidad”: “No voy a eludirla. (…) Debemos proteger la democracia y el orden multilateral de los xenófobos, de aislacionistas y aquellos autócratas que quieren debilitar o derrocar ese sistema multilateral”.
En términos parlamentarios, tal y como ha venido prometiendo en distintas ocasiones durante el recorrido de la legislatura, su Gobierno buscará apoyos “hasta debajo de las piedras” para apoyar medidas “en beneficio de la mayoría social” como bien pueden ser la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), las pensiones o el aumento de becas y permisos de maternidad y paternidad, entre otros ejemplos.
Pese a las bondades que ha defendido, ha situado el acento en lo “innegable” del momento actual, que “aún hay mucho por hacer”, aunque ha situado en que el camino va “en la dirección correcta para resolver” los problemas pendientes. “Voy a sudar hasta la última gota de sudor. No será fácil, pero para subir pensiones, ampliar permisos o incrementar las becas, seguiremos buscando apoyos parlamentarios. Los resultados avalan nuestra política de entendimiento”, ha escudado.
Sánchez confía en "cumplir" con Junts pese a la ruptura
A posteriori, en conversaciones informales con los periodistas en La Moncloa, Sánchez ha vuelto a mostrar sus garantías de querer agotar la legislatura y, para ello, "jugará todas las cartas" con todos los socios del Gobierno, situando el foco en Junts pese a la ruptura de relaciones con el Ejecutivo central. Sobre este último punto, cree que “cumplir con la agenda de Junts puede abrir una ventana con ellos”.
Asimismo, y en cuanto a las remodelaciones internas en Moncloa, ha deslizado que Pilar Alegría tendrá próximamente una mujer sustituta en su cargo como portavoz del Gobierno. Alegría pronto marchará del Ejecutivo central al postularse como candidata socialista a la Presidencia de Aragón el próximo 8 de febrero, por lo que la portavocía del Gobierno y el Ministerio de Educación serán puestos que Sánchez tendrá que modificar, aún sin saber si será una ministra ya conocida o una figura externa.