Andalucía lleva inmersa en una crisis política, sanitaria y social desde hace más de un mes y medio. La saturación del sistema público andaluz de salud, la proliferación de la privatización sanitaria y el fallo en el sistema de avisos y cribados del cáncer de mama han puesto de relieve la ineficaz gestión de la Junta de Andalucía presidida por Juan Manuel Moreno Bonilla. Este estallido público lo ha sumergido en las profundidades de unas arenas movedizas de las que intenta escapar a toda prisa en un momento político clave para esa tierra con comicios en el horizonte. De momento, sin mucha solvencia ni decencia. El Palacio de San Telmo ha evitado asumir responsabilidades y ha limitado su línea de actuación a cesar a la consejera de Salud, Rocío Hernández, pese a anunciar al inicio del brete que “sería hacer lo fácil”.
Tras una comparecencia estéril, varios plenos autonómicos yermos de explicaciones, multitud de manifestaciones multitudinarias, y decenas de desacreditaciones a las asociaciones de víctimas desde la Consejería de Presidencia, Moreno Bonilla intenta capotear el mayor problema político en 7 años con la posibilidad de perder su mayoría absoluta ante el crecimiento de Vox en el aire. No sabemos dónde se inició el problema, ni a cuantas pacientes y hospitales afectan, ni cuándo ni cómo se va a solucionar. La portavoz adjunta del Grupo Socialista Andaluz, Ángeles Férriz, ha insistido en preguntar a la derecha “qué temen” para impedir la comisión de investigación sobre los cribados de cáncer de mama si, como proclaman desde el PP, Moreno Bonilla “no tiene nada que esconder” y “si escándalo se ha cerrado”.
Férriz ha cuestionado, precisamente, que el Gobierno andaluz haya resuelto la crisis de los cribados de cáncer e incluso que haya aportado todos los datos, cuando, según ha incidido, desde la Consejería de Sanidad “han mandado una reclamación formal a “Amama” para que las mujeres les informen de lo que está pasando dentro del SAS. Es un disparate… Cuando un gobierno se niega a investigar, esconde los datos, manipula los informes y utiliza su poder para tapar los errores, está haciendo una declaración de culpabilidad”, ha alertado la portavoz. No obstante, ha dejado claro que en Andalucía “conoceremos la verdad” sobre la crisis de los cribados de cáncer “con colaboración o con resistencia” de Moreno Bonilla y el PP. Ha querido remarcar que las mujeres de Andalucía “lo merecen” y que, “pese a quien pese y se lleve a quien se lleve por delante, conoceremos la verdad, en el Parlamento o en los tribunales”.
Moreno Bonilla ha censurado la comisión de investigación sobre los cribados de cáncer en su operación tapadera para ocultar el escándalo. Férriz ha criticado que el objetivo de Moreno Bonilla y su Gobierno ante la emergencia sanitaria de los cribados de cáncer de mama es “tapar y mentir”, sin importarles que “la angustia por el colapso de la sanidad pública se extiende por toda Andalucía”. Ha afirmado que el mandatario andaluz utiliza su mayoría absoluta “como un escudo para ocultar la verdad” y ha advertido de que “soluciones no ha puesto ninguna”. El principal grupo de la oposición ha cuestionado que el encargado de solucionar el colapso de la sanidad pública andaluza quien “la ha destrozado y saqueado a conciencia” y ha insistido en que el Partido Popular de Andalucía está centrado “en desplegar su operación tapadera”.
Asimismo, Férriz ha subrayado que mes y medio después de que estallara el escándalo de la detección precoz del cáncer de mama, “no sabemos qué ha pasado” porque “Moreno Bonilla no quiere que se sepa la verdad”. Esta ha afirmado que, por este mismo motivo, el PP “censura” en el Pleno del Parlamento la comisión de investigación sobre los cribados de cáncer propuesta por el PSOE-A y el resto de los grupos de la izquierda, porque en Moreno Bonilla y su Gobierno “saben que la verdad se los llevará a todos por delante”.
Elecciones en el horizonte
Esta concatenación de hechos sitúa al barón autonómico en un estrecho callejón en el que cada vez está más encerrado. La careta de moderado, centrista, gestor y transversal se le ha caído. Y ahora pretende erigir a Pedro Sánchez como su rival a batir con una invitación al Parlamento de Andalucía para escuchar, cara a cara, las investidas y ataques que el presidente profirió a las autonomías populares desde la tribuna del Congreso de los Diputados durante su comparecencia del pasado miércoles sobre los servicios públicos. Esta estrategia pretende debilitar a la candidata socialista, ministra de Hacienda y vicepresidenta primera del Gobierno, Maria Jesús Montero, omitiendo su categoría y denostando su rango político frente a su jefe, el verdadero opositor del poder autonómico que ostenta el PP.
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