El Gobierno tenía en la moción de censura como un salvoconducto a los decibelios internos a raíz del solo sí es sí. Tensiones intensificadas tras la caída de la ley Mordaza que se sumarán a una nueva polémica. Desde Podemos se ha puesto encima de la mesa la posibilidad de que Ione Belarra e Irene Montero, sus dos ministras, despachen con el candidato de Vox, Ramón Tamames, el próximo martes. Sin embargo, los planes de Moncloa en su conjunto confrontan con la iniciativa morada, que además incluía la intervención de todas las ministras del Gobierno como respuesta al machismo de los ultras. Ni en foros gubernamentales ni en el cuartel general del PSOE se desdeña la opción de ceder visibilidad a Yolanda Díaz, replicando la fórmula del 2020, cuando Pedro Sánchez y su vicepresidente segundo y predecesor en el cargo de la ministra de Trabajo, Pablo Iglesias, intervinieron en aquella moción de Santiago Abascal. De esta manera, quedaría soterrada la idea del ala morada, según informa El País.

Desde el primer momento, el ala socialista del Gobierno se ha acogido a una postura de “respeto” absoluto por el candidato y por la propia figura de la moción. Moncloa y Ferraz entienden que, a pesar de los espurios usos que la ultraderecha hace de las instituciones, se trata de una herramienta constitucional que merece un trato preferencial. No ocurre lo mismo con la formación que la impulsa. De hecho, algunas voces del gabinete afean a Vox que se agarra a este instrumento en su enésimo intento por “denigrar” el Parlamento en este caso. Es más, el discurso del presidente del Gobierno pivotará sobre el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y su connivencia con la estrategia de la ultraderecha.

Fórmula 2020

En cualquier caso, interioridades discursivas aparte, en Moncloa el debate se sitúa ahora sobre los modelos de encarar la moción de censura, máxime con las posiciones de Unidas Podemos sobre la mesa. La propia Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, confirmó en público la propuesta. “Es de sentido común”, resumió la líder morada en los pasillos del Congreso de los Diputados. Consideran desde el socio minoritario del Ejecutivo que sería una “imagen muy positiva” que la réplica a Vox la diesen exclusivamente las mujeres del Gobierno”, incluyendo a Yolanda Díaz, por supuesto.

Desde el sector socialista se ha ignorado por completo la propuesta de sus socios de Gobierno, al menos de cara al público. La titular de Hacienda, María Jesús Montero se limitó a indicar que era Sánchez el que tendría que intervenir. “Se trata de una moción constructiva en la que se pide justamente que el que impulsa la moción presente un programa alternativo al Gobierno”, explicaba la número dos de la estructura socialista. Una línea similar a la que aluden en privado voces de la Ejecutiva del PSOE.

No obstante, en Ferraz lo que no han descartado por completo es la vía Yolanda Díaz. Es decir, replicar aquella fórmula del 2020, con Sánchez e Iglesias liderando la respuesta del Ejecutivo, en aquel caso, a Santiago Abascal. De hecho, sobre esta hipótesis pivotan los argumentos del Gobierno, según apunta El País, para descartar la propuesta de Belarra. Después del presidente y del vicepresidente, no intervino ningún otro miembro del Gobierno.

Esta vía sí contemplaría, por ejemplo, la intervención de Yolanda Díaz. En el cuartel general del PSOE no se han negado a cederle un turno de réplica a la vicepresidenta segunda del Gobierno, aunque remarcan que la voz cantante la llevará, por supuesto, Pedro Sánchez. El tándem implicaría dejar fuera de la ecuación a Nadia Calviño, a quien se pensó en concederle una parte de protagonismo. No obstante, la propuesta de Podemos limitaría las opciones de la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos.

En público, el presidente del Gobierno, desde Lanzarote, ha eludido darle pábulo al debate. “Me permitirán que no desvele la estrategia parlamentaria de la moción por parte del Gobierno. Desde luego agradezco y mucho el buen tono del candidato y ya verán el formato a partir del martes”, comentó el jefe del Ejecutivo sin despejar la incógnita. La postura silente de Sánchez la aderezan desde el sector socialista con la esperanza de que se baje el soufle de Podemos y se reconduzca la situación, lo que evitaría la exposición de las heridas del sólo sí es sí en la coalición.