El Congreso de los Diputados ha aprobado este miércoles el decreto del Ingreso Mínimo Vital. Una medida histórica que dará amparo a las rentas más bajas y que podrá empezar a cobrarse a finales de este mes de junio. Tras alguna que otra discusión en el seno del Gobierno y la celeridad exigida por la grave situación económica y social que ha provocado la crisis del coronavirus, el IMV, medida que ya se contemplaba en el programa de Gobierno que firmaron PSOE y Unidas Podemos, se ha limado a contrarreloj contando con el beneplácito de agentes sociales y entes económicos.   

El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y el ministro de Hacienda e Inclusión Social, José Luis Escrivá, han sido los encargados de defender la medida desde la tribuna de oradores. "La sociedad del siglo XXI necesita soluciones del siglo XXI. La pandemia del covid nos ha obligado a acelerar los plazos para poner en marcha la nueva política. Es una política compleja que consiste en una prestación de gran potencia redistributiva para combatir las formas más extrema de pobreza, es también un conjunto de políticas para que los beneficiarios transiten hacia la participación plena en la sociedad. Una herramienta en la lucha contra la pobreza y una palanca para la inclusión social", ha sostenido Escrivá.

En la misma línea ha defendido las bondades de la medida el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias: "El ingreso mínimo supone tomarse en serio la Constitución española. La mejor manera de ser patriota no es envolverse en una bandera, sino asumir lo que significa el interés general (…) No hay libertad si una persona tiene que invertir toda su energía en sobrevivir, no hay libertad si no se llega a fin de mes", ha recordado.

La sesión en el Congreso ha tenido críticas, especialmente virulentas desde Vox, que se ha abstenido al explicar que el IMV es contraproducente ya que considera que las ayudas deberían ser temporales y estar condicionadas a la búsqueda activa de empleo. Pero, a pesar de los exabruptos de la extrema derecha, la aritmética variable que ya ha abanderado el Gobierno como forma de hacer política ha sido más flexible que de costumbre. Únicamente aquellos que consideran el IMV una “paguita para menas” que pretende instalar un régimen socialcomunista mediante la dependencia con el Estado se han abstenido. El resto de las formaciones de la Cámara, con sus críticas, han aceptado la propuesta y han celebrado este paso histórico hacia la cobertura social.

También el PP ha votado favorablemente, tras dejar en el aire a lo largo de las últimas semanas la decisión final. Incluso criticando el IMV desde algunos sectores, como la Comunidad de Madrid, donde Isabel Díaz Ayuso afirmó estar en contra de la renta básica porque, a su juicio, era “un regalo que genera dependencia del Estado”.

“El Ingreso Mínimo Vital debe cubrir las tasas de pobreza que ha provocado el coronavirus. Todos deberíamos estar de acuerdo con esta medida. Nosotros creemos en políticas sociales… esta crisis tiene rostro de niñez y de mujer”, ha explicado Sara Giménez, diputada de Ciudadanos, que ha consumado un nuevo acuerdo que muestra la nueva senda emprendida por los naranjas desde la llegada de Inés Arrimadas y el protagonismo adoptado por el portavoz Edmundo Bal.

¿Cuánto se cobra y quién puede solicitarlo?

Entre los requisitos para poder acceder a la ayuda se encuentra, en primer lugar, situarse entre las edades comprendidas entre los 21 y los 65 años, así como no tener una vivienda en propiedad de más de 100.000 euros.

La cuantía del Ingreso Mínimo Vital, tal y como han explicado en varias ocasiones los responsables, tendrá un margen de entre 462 y 1.015 euros, con amplias variaciones según la estructura del hogar.