La relación de entrañable amistad de la nieta de Franco, Carmen Martínez Bordiú, con el rey de la chatarra va viento en popa. Bordiú y su madre, Carmen Franco y Polo, se dejaron ver este domingo en compañía de Luis Miguel Rodríguez, exitoso empresario del mundo del desguace, con quien Martínez Bordiú mantiene una relación que intentan alejar de las cámaras. Los tres compartieron una hermosa jornada en el Alcázar de Toledo, emblema del franquismo,  para participar en el homenaje de la Asociación de Defensores del Alcázar.

Y es que, por fortuna, Carmen Martínez Bordiú ha encontrado a un hombre con el que no sólo comparte los gustos refinados, sino también la pasión por el dictador Francisco Franco. Rodríguez, que es dueño de Desguaces La Torre, empresa capaz de generar 100 millones de euros al año, es un admirador de la figura del que fuera abuelo de su amiga.

Estatua de Franco
Este empresario, al contrario que su relación, no oculta ante las cámaras esta pequeña debilidad y fue él quien compró la imponente estatua del dictador que había en Nuevos Ministerios y que fue desalojada en virtud de la Ley de Memoria Histórica. Ahora, la efigie luce altiva en el jardín de su suntuosa finca toledana.

Homenaje a Moscardó
Como decimos, madre, hija y amigo compartieron asiento durante la misa celebrada en la cripta en la que residen los restos mortales del general José Moscardó, quien lideró la sublevación fascista en Toledo y defendió la inexpugnable fortaleza de las tropas republicanas hasta la llegada de Francisco Franco. Los asistentes pudieron ser testigos de la complicidad que existe entre ellos dos, tal y como relata Vanitatis.

Fuerzas vivas
Al contrario de lo que ocurrió las pasadas navidades, cuando la duquesa de Franco pudo compartir mesa y angulas en una marisquería con el amigo de su hija, esta vez el protocolo mandaba. Y un sacerdote y otras fuerzas vivas ocuparon los honorables sitios junto a la hija y la nieta de Francisco Franco.