Han sido semanas de chantaje y órdagos al mus por parte de Carles Puigdemont. El líder de Junts per Catalunya ha aprovechado la situación preminente en la que las urnas han dejado a su formación para insistir en que los votos de los independentistas catalanes no se regalan, se trabajan, se persuaden y se deciden en clave catalana. No obstante, y tras una semana de mensajes cruzados a través de Twitter que rompían la pretendida discreción socialista, los neoconvergentes han anunciado un principio de acuerdo con el PSOE en la reunión telemática organizada por la dirección del partido este mismo jueves a las 8.00 horas de la mañana.

Han aguantado hasta el momento final, hasta el día de la primera gran votación de calado de la XV Legislatura. La conformación de la Mesa del Congreso era la primera piedra en el camino que Pedro Sánchez debía superar para refrendar su mayoría parlamentaria frente a un Feijóo debilitado tras las elecciones, inoperante, con la mayoría en la Cámara Alta como único dato positivo de quien pretendía desalojar al actual presidente de La Moncloa.

Esta votación, con el habitual bloque de la investidura de la pasada legislatura y Junts per Catalunya como socio extra, sirve para medir la tónica habitual en la que se sustentará una legislatura que arranca con final incierto. La capacidad legislativa está en entredicho, fruto de la dependencia aritmética con Junts per Catalunya, que insiste en la amnistía y el proceso soberanista como única moneda de cambio posible con el estado, pero el PSOE, Sumar y el resto de los partidos regionalistas y nacionalistas de izquierdas han salvado el primer match ball y hecho gala de su experiencia negociadora en una nueva España con diferentes sensibilidades, demandas y futuribles.

El acuerdo ha pivotado sobre varios frentes: finalmente, según han apuntado fuentes conocedoras de las conversaciones, el principio de entendimiento se cimenta en la reapertura de la comisión de investigación sobre las cloacas del Estado y una nueva comisión sobre los atentados de Cambrils.

De los primeros en confirmar el principio de acuerdo ha sido el diputado de Sumar Íñigo Errejón, quien, con máxima prudencia, ha reivindicado el papel en las negociaciones ejercido por la líder de su partido y vicepresidenta segunda del Ejecutivo, Yolanda Díaz: “Lo que sabemos es que Feijóo no va a ser presidente. Queda concretar los acuerdos para que las presidencias reflejen la mayoría progresista. Quedan flecos, hay que ser discretos, pero somos optimistas”, ha indicado en lo que ha definido como “horas decisivas”.

Los gestos entre el Gobierno y Junts han sido constantes esta semana. El propio Puigdemont pidió este mismo miércoles “hechos comprobables” a Pedro Sánchez antes de comprometer sus votos. Horas después, Sánchez, ejerciendo de presidente de la interparlamentaria socialista, se abría a potenciar el uso de las lenguas cooficiales en Europa aprovechando el papel de España en la presidencia rotatoria del Consejo de la UE.

Antes de ello, el PSOE ya aligeraba las tensiones con su propuesta para presidenta del Congreso de los Diputados. Tras la renuncia a repetir de la expresidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet, los socialistas elegían a un perfil con “sensibilidad plurinacional” como Francina Armengol, expresidenta de las Islas Baleares y perfil comprometido con el uso de las diferentes lenguas que integra el estado español.

En la misma dirección, haciendo de la diversidad virtud, apuntaba este mismo jueves Yolanda Díaz a su llegada al Congreso de los Diputados: “Este país es mejor cuando habla galego, euskera y catalán”, señalaba ante una nube de periodistas que la rodeaban nada más bajar la Carrera de San Jerónimo en dirección al Congreso de los Diputados.

Las tres peticiones de ERC

Junts era el partido protagonista de la cita, pero ERC, obligado a sacar pecho de sus negociaciones en clave catalana, ha anunciado este mismo jueves a primera hora de la mañana una rueda de prensa urgente para anunciar el acuerdo definitivo con el bloque progresista para la constitución de la Mesa.

“Este acuerdo contiene las tres condiciones que ERC había planteado como imprescindibles para otorgar sus votos a esta constitución progresista de la Mesa presidida por el PSOE”, ha anunciado el propio Gabriel Rufián, portavoz de los republicanos en el Congreso de los Diputados. Estas tres condiciones son las siguientes, tal y como él mismo ha enumerado: permitir el uso de las lenguas cooficiales en las sesiones parlamentarias, potenciar una comisión de investigación sobre el caso Pegasus y seguir con el proceso de desjudicialización del proceso político catalán.

“Hace cuatro años ERC ya pidió esto y fue la primera vez que el gobierno reconoció que el conflicto catalán era de índole política. No hace falta que les recuerdo que hubo gente en prisión que ahora está en su casa. Queremos seguir en esta senda por todas las vías políticas legales posibles”, ha indicado, advirtiendo, para finalizar, que se trata “exclusivamente” de un acuerdo para la Mesa del Congreso. “Nada tiene que ver con la investidura, que será otra negociación mucho más complicada pese a que esta noche ha sido bastante larga”.