Este fin de semana, todos los ojos de la política se han ido a la Comunidad Valenciana. El fantasma de la dimisión ha sobrevolado con especial fuerza el Palau de la Generalitat, ante un Carlos Mazón cuyo futuro se debate en los despachos más reservados del PP. Más de 365 días después de la DANA que azotó la provincia de Valencia, el horizonte del jefe del Consell ha sufrido un giro de timón esta semana, especialmente después del funeral de Estado por las víctimas de la tragedia, donde fue insultado y abucheado y tras el que aseguró necesitar unos días para reflexionar sobre lo que iba a hacer. Desde entonces, la maquinaria interna del PP ha entrado en funcionamiento, llegando a avalar, desde los puestos de responsabilidad en la Comunitat Valenciana, a Vicente Mompó como su sucesor en el partido y a Juan Francisco Pérez Llorca como su sucesor interino al frente de la Generalitat. No obstante, que el PP se haya centrado en hacer tantos cálculos electorales y políticos para salir del paso con la crisis mazoniana ha tenido una consecuencia severa: el olvido de las víctimas y la anteposición de los intereses políticos al dolor de los afectados.
Las cornetas de la dimisión comenzaron a sonar desde el funeral de Estado del miércoles, en el que Mazón fue abucheado e insultado por los presentes y se le vio profundamente descompuesto. Una escena que el Partido Popular podría haber evitado si el presidente valenciano hubiera hecho caso a las asociaciones de víctimas y no hubiera acudido al evento, tal y como le pidieron. Los afectados alegaban que el jefe del Consell debía ausentarse del acto por dignidad y por no poner en el mal trago a las familias de ver al principal responsable de su dolor en una ceremonia que tenía por objeto homenajear a los fallecidos. Se hizo caso omiso y allí estuvo Mazón, escuchando los insultos de los familiares de los 229 muertos en la región que gobierna, con rostro afligido mientras en las atalayas populares comenzaba a cocerse el debate sobre su continuidad.
Hasta aquel momento, tanto el president como Génova compartían una hoja de ruta clara, especialmente después de que el primero atase su futuro político a la reconstrucción de la provincia tras la DANA. No obstante, pasado un año desde lo ocurrido y con el desgaste en niveles casi incontenibles, Mazón parece estar más que amortizado para la dirección nacional, pero sigue en el aire lo que ocurrirá cuando el PP despeje la ecuación: el después. Pero ha sido precisamente la obcecación del PP con esos cálculos la que ha dejado a las víctimas en segundo plano, centrando los esfuerzos del partido en desplegar un colchón que amortigüe el impacto de lo que se les viene encima. Y aunque el PP no ha forzado explícitamente las cosas para que el jefe del Consell se vaya, sí han acelerado la maquinaria para ello con el cálculo político como prioridad.
"Sometidas a ver a su verdugo"
Por su parte, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha acusado al PP de haber "sometido" a las víctimas de la DANA a ver al presidente de la Generalitat, a quienes consideran su "verdugo", en el funeral de Estado.
"¿En qué cabeza cabe que hubiera que someter a las víctimas a ver a quien consideran su verdugo en el funeral en el que rendían tributo a sus familiares?", ha cuestionado Puente en su intervención en la Fiesta de la Rosa del PSOE en Candeleda (Ávila), donde ha advertido de que esto se ha producido por la "táctica" del PP de "negar la realidad". En este sentido, el ministro ha precisado que es "evidente" que Mazón tenía que asistir por ser el presidente de la Generalitat Valenciana, si bien "nunca tenía que haber llegado" en tal "calidad" al funeral celebrado celebrado un año después de la tragedia. Las víctimas, de hecho, le pidieron que "se pusiera malo" o se buscara alguna excusa para no acudir.
"Nunca tenía que haber llegado si el PP fuera un partido decente, sensato, cabal y respetuoso con la gente", ha aseverado Puente, quien también asistió al acto, un homenaje que ha definido como "tremendamente duro". Así, se ha referido a los "lamentos y gritos" de las víctimas hacia Mazón, a quien considera "responsable" de la muerte de personas en la catástrofe porque es "evidente que hizo dejación de sus responsabilidades".
En este contexto, considera que la asistencia de Mazón al funeral debe llevar a una "reflexión mayor" porque lo sucedido refleja que el PP está "dispuesto a tensar las cuerdas de este país hasta límites insospechados". "No tenemos una derecha homologable a otras derechas europeas", ha lamentado al respecto, advirtiendo que los 'populares' "no quieren arrojar luz para esclarecer lo sucedido en la Comunidad Valenciana ni en Andalucía con la sanidad y los cribados de cáncer de mama".
"Quieren comisiones de investigación para preguntarle a Pedro Sánchez por su hermano, pero no quieren una comisión de investigación para preguntar dónde ha ocurrido el fallo para que miles de mujeres andaluzas vivan hoy en la incertidumbre de si tienen o no un cáncer", ha sentenciado, mirando también hacia la comunidad gobernada por Moreno Bonilla. Al respecto del despeje de las incógnitas que aún quedan sobre lo ocurrido el día de la tragedia, este lunes declarará en el juicio abierto en Catarroja la periodista Maribel Vilaplana, que comió con el jefe del Consell ese día en el restaurante El Ventorro.
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