El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, va a continuar al frente de esta cartera en el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez.

Nacido en Bilbao en 1962, con su continuidad en el cargo, Marlaska se consolida como uno de los principales apoyos del presidente desde 2018, año en que se unió al Ejecutivo tras la moción de censura a Mariano Rajoy.

De juez a político

Fue el 7 de junio de 2018, cuando Grande-Marlaska asumió el cargo de ministro del Interior, marcando un hito en su carrera al pasar de ser un respetado juez a un influyente político.

Su transición a la política se inició con la propuesta, a principios de mayo de 2018, de liderar la lista del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) para la Alcaldía de Madrid en las elecciones de mayo de 2019, propuesta que declinó. Semanas después, sí que aceptó formar parte del primer Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Lucha contra ETA

Con una carrera judicial que comenzó en 1988, cuando fue asignado al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Santoña (Cantabria), Grande-Marlaska ha dejado una marca indeleble en la lucha contra el terrorismo, especialmente contra ETA.

Su prestigio se consolidó durante sus diez años como juez instructor en la Audiencia Nacional, donde fue propuesto en 2013 por el Partido Popular (PP) para ocupar una vocalía en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). A pesar de ser tildado de conservador por esta propuesta, Grande-Marlaska ha destacado que su perfil va más allá de etiquetas políticas.

Lealtad a Sánchez

El ministro ha mantenido una estrecha relación con el presidente Sánchez, quien le brindó la oportunidad de ingresar a la política. Colaboradores cercanos destacan el profundo agradecimiento y la lealtad que Grande-Marlaska siente hacia Sánchez, reconociendo que la llamada del líder socialista le ofreció una nueva perspectiva en su carrera.

En sus años de estudiante en La Salle de Bilbao, sus aspiraciones profesionales no estaban inicialmente enfocadas en la política o el derecho. Aunque inicialmente tenía la intención de estudiar Historia, optó por seguir el consejo de su familia y estudió Derecho Económico en la Universidad de Deusto. Su ingreso a la judicatura se produjo después de aprobar el examen final de la oposición a juez el día del sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad de 1987.

En 2003, dio el salto a Madrid, desempeñándose en la Audiencia Nacional, donde presidió la Sala de lo Penal a partir de 2012. Durante este tiempo, investigó numerosos casos relacionados con ETA y se convirtió en un objetivo de la banda terrorista. Su salida del armario en 2006, mientras estaba en la cima de su popularidad, lo convirtió en uno de los primeros jueces en reconocer públicamente su homosexualidad.

En 2016, publicó su primer libro, 'Ni pena ni miedo', que aborda diversos aspectos de su vida y temas como feminismo, corrupción, nacionalismo y prostitución.

Polémicas como ministro del Interior

En el Gobierno, la gestión de Grande-Marlaska como ministro del Interior ha estado marcada por desafíos y polémicas. Uno de los momentos más delicados ha sido la tragedia en la valla de Melilla, que puso a prueba su credibilidad. Las imágenes contradictorias sobre los eventos en territorio marroquí y la presión para abrir una comisión de investigación intensificaron la controversia.

Su estilo de liderazgo, caracterizado por numerosas destituciones, ha generado tensiones en la Guardia Civil y la Policía Nacional. El cese del coronel Diego Pérez de los Cobos y del coronel-jefe de la Unidad Central Operativa, Manuel Sánchez Corbí, suscitaron críticas y tensiones en las instituciones.

La destitución de Félix Azón al frente de la Guardia Civil y la falta de información sobre operativos secretos, como el de los Comités de Defensa de la República en Cataluña, también generaron controversia.

La locuacidad de Grande-Marlaska también ha sido objeto de críticas, como en el caso de la falsa agresión homófoba en Malasaña, donde culpó a Vox, y sus comentarios sobre Ciudadanos durante la fiesta del Orgullo de 2019. Además, sus declaraciones durante la pandemia, defendiendo la ley mordaza que prometió derogar, generaron muchas críticas.

En su nueva etapa, su capacidad para superar los obstáculos y mantenerse firme en sus decisiones será fundamental para su legado como ministro del Interior.