En noviembre de 2021, cuando el Partido Popular se fragmentaba entre el núcleo duro de Pablo Casado y la facción de Isabel Díaz Ayuso, el todavía presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, viajó hasta Extremadura para pasar un fin de semana en la finca que el expresidente del Gobierno Felipe González tiene en la Sierra de Guadalupe. Según El Confidencial, el actual líder del PP pernoctó y pasó casi 48 horas en una de las residencias preferidas del que fuera secretario general del PSOE. Lo hizo junto a su pareja y madre de su único hijo y a escasos tres meses de asumir el mando de la nave conservadora.

Ninguno de los dos líderes puede ocultar el respeto que se guardan entre ellos. Tal es así, que el expresidente del Gobierno invitó con anterioridad al que fuera presidente de la Xunta de Galicia durante la celebración del Foro La Toja-Vínculo Atlántico. Ambos eran ponentes e intervinieron en los debates programados, compartiendo mesa con un centenar de personalidades del mundo de la economía, pero también de los sectores económico y educativo, incluyendo al también ex jefe del Ejecutivo Mariano Rajoy.

Feijóo le trasladó a González su intención de viajar al sur del país para “secarnos”. El expresidente, aprovechando la coyuntura, le invitó a que se dejasen caer por su finca en la Sierra de Guadalupe (Cáceres) y pasaran allí la noche. El ex secretario general del PSOE construyó en la localidad extremeña una casa, en la que pasaron una buena parte de la pandemia. De hecho, es una de las residencias de referencia para el socialista, pues es allí donde recibe a visitas tanto en el ámbito profesional como en el privado. Un lugar de trabajo idílico para González.

Según El Confidencial, la estancia de Feijóo en la finca de González fue fructífera. Ambos guardan una estrecha relación y el encuentro fue cordial. Ambos repasaron la actualidad política, social y económica de aquel momento. El expresidente de la Xunta de Galicia nunca ha ocultado su simpatía por el exdirigente socialista. De hecho, en abril del pasado 2022, admitió que le había votado en 1982. “Claramente y por convicción. Lo volvería a hacer”, sugirió el actual presidente del Partido Popular.

Un contexto particular

En aquel momento, las aguas bajaban turbias por la ribera del Partido Popular. Génova estaba inmersa en una guerra sin cuartel entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso que, a la postre, supuso la decapitación del entonces líder conservador. El expresidente del PP ante la presión de sus barones, encabezados por Núñez Feijóo, presentó su dimisión, allanando el camino para que el expresidente de la Xunta ocupara su puesto y se erigiera con el mando de la principal fuerza de oposición al Gobierno de PSOE y Podemos.

Feijóo llegaba a ese momento tras haber cosechado una mayoría absoluta -la cuarta- un año antes, en 2020, dejando al PSOE de Galicia con apenas 14 escaños y como tercera fuerza más votada, detrás del BNG. Además, en el mes de junio de ese mismo año, González y el dirigente conservador grabaron un podcast en el que abordaron los indultos a los condenados por sedición y malversación por los hechos acaecidos en Cataluña durante los meses de septiembre y octubre de 2017.

Tres meses después de la visita de Feijóo, se resolvió la crisis en Génova. El 1 de marzo, Casado presenta su dimisión. Un mes después, los conservadores ungen al expresidente de la Xunta de Galicia como su nuevo líder por aclamación. Por estos motivos, adquiere un peso significativo el encuentro con González, aunque según detalla El Confidencial, no hay constancia de más encuentros desde este momento. En cambio, sí se intercambiaron llamadas en un par de ocasiones. Desde ElPlural.com nos hemos puesto en contacto con el equipo del expresidente del Gobierno, pero a la hora de la publicación del artículo no ha habido respuesta alguna.

Felipe González, según explican en El Confidencial, prefiere guardar las distancias públicamente para evitar fragmentaciones en el que fuera su partido. El ex secretario general de los socialistas, a pesar de ello, nunca se ha mordido la lengua para valorar a Pedro Sánchez, incluso ha expresado ante el foco mediático su descontento con el rumbo del partido. Sin embargo, en esta ocasión optó por el perfil bajo ante las suspicacias que pudiera levantar este encuentro privado.