Como todos los años, Felipe VI, en calidad de jefe del Estado, se ha dirigido a todos los españoles en su clásico discurso navideño. Unas palabras que este año han tenido un fondo distinto, después de todos los acontecimientos que se han dado –tanto dentro de nuestras fronteras como fuera- a lo largo de este 2022. Por ello, y bajo este contexto tan peculiar, el rey ha llamado a defender la democracia.

“Las democracias en el mundo están expuestas a muchos riesgos que no son nuevos; pero cuando hoy en día los sufren, adquieren una particular intensidad. Y España no es una excepción”, ha subrayado el monarca. “Pero hay tres sobre los que quiero detenerme porque me parecen muy importantes: la división es uno de ellos. El deterioro de la convivencia es otro; la erosión de las instituciones es el tercero”, ha apostillado.  

“Un país o una sociedad divida o enfrentada no avanza, no progresa ni resuelve bien sus problemas, no genera confianza. La división hace más frágiles a la democracia; la unión, todo lo contrario, las fortalece”, ha asegurado. En este sentido, ha puesto en valor la Constitución española, apuntando que la Carta Magna “representa la unión lograda entre los españoles, como apuesta de futuro, de diversidad y de concordia, para una joven democracia”. “Hoy, con el paso de todos estos años, nuestros valores constitucionales están enraizados en nuestra sociedad; y son por ello la referencia donde los españoles debemos seguir encontrando la unión que nos asegura estabilidad, cohesión y progreso. Y que nos garantiza una convivencia que, como he estado a menudo, es nuestro mayor patrimonio. Una convivencia que requiere en nuestra vida colectiva el reconocimiento en plenitud de nuestras libertades, junto al respeto y la consideración a las personas, a sus convicciones, y a su dignidad. Que necesita guiarse por la razón: que demanda anteponer la voluntad de integrar frente al deseo de excluir”, ha añadido.

Asimismo, el rey ha vuelto a insistir en la necesidad de “fortalecer nuestras instituciones” para que “protejan a los ciudadanos, atiendan sus preocupaciones, garantices sus derechos y apoyen a las familias y a los jóvenes en la superación de muchos de sus problemas cotidianos”. “Instituciones que respondan al interés general y ejerciten sus funciones con colaboración leal, con respeto a la Constitución y a las leyes, y sean un ejemplo de integridad y rectitud”, ha reclamado. Unas palabras bastante simbólicos, puesto que se producen en plena crisis institucional después de la controvertida decisión del Tribunal Constitucional de paralizar la tramitación parlamentaria de la reforma del Poder Judicial.

“Estamos ante una nueva guerra en Europa”

Por otra parte, el monarca también ha hecho una mención especial a la guerra en Ucrania, mostrando todo su apoyo al pueblo ucraniano: “En el mes de febrero Rusia invadió Ucrania y, desde entonces, hemos sido testigos de 10 meses de una guerra que ya ha causado un nivel de destrucción y ruina difíciles de imaginar en nuestra realidad cotidiana”. “Estamos así, ante una nueva guerra en Europa, en las fronteras de algunos de nuestros socios europeos y aliados, y, por tanto, cerca de nosotros; y que no solo afecta a Ucrania, sino tiene una trascendencia global”, ha advertido.

“Esta guerra, junto a los afectos también de la pandemia, está teniendo, además –como es evidente-, un profundo impacto sobre la economía. La subida de los precios, especialmente de los alimentos, provoca inseguridad en los hogares […] Hay familias que no pueden afrontar esta situación de una manera prolongada y necesitan el apoyo continuo de los poderes públicos para paliar sus efectos económicos y sociales”, ha subrayado. “No podemos ignorar la seriedad de estos problemas, pero tampoco podemos renunciar a que las cosas puedan cambiar y mejorar”, ha acentuado.

“Somos Europa, pero también necesitamos a Europa”

Otro de los aspectos sobre el que ha incidido Felipe VI ha sido el de seguir remando en la misma dirección que Europa: “Representó y representa para España también la libertad. Contribuyó a consolidar nuestra democracia, a potenciar nuestro crecimiento económico y nuestro desarrollo social”. “Hoy, compartimos muchos de sus problemas y contribuimos a sus decisiones con nuestra propia personalidad y nuestros intereses. Los desafíos comunes a los que nos enfrentamos, desde los sanitarios a los financieros o lo relaciones con nuestro modelo energético o medioambiental reciben soluciones integradas en el marco común de la Unión Europea. Por ello, lo que se decide cada día en la UE afecta y mucho a la vida cotidiana de todos los españoles. Esa es la realidad”, ha destacado.

“Somos Europa, pero también necesitamos a Europa, que es nuestro gran marco de referencia político, económico y social y que, por ello, nos ofrece certeza y seguridad. Estoy seguro de que el compromiso de España quedará reforzado con la Presidencia rotatoria de la Unión que asumirá el año que viene”, ha asegurado.

“Debemos seguir compartiendo objetivos con un permanente espíritu de renovación y adaptación a los tiempos. Con confianza en nuestro país, en una Espala que conozco bien, valiente y abierta al mundo: la España que busca la serenidad, la paz, la tranquilidad; la España responsable, creativa, vital y solidaria. Esa España es la que veo, la que escucho, la que siento en muchos de vosotros; y la que, una vez más, saldrá adelante. En manos de todos nosotros está”, ha sentenciado.