El crédito de Carlos Mazón es prácticamente inexistente. Lo es para la sociedad valenciana, que lo ve tremendamente desgastado por su gestión de la crisis de la DANA que asoló valencia el 29 de octubre, pero también lo está para Génova. Poco a poco, el Partido Popular ha ido separándose del todavía presidente de la Generalitat. Incluso Alberto Núñez Feijóo, que en su día fio su futuro a los planes de reconstrucción de su barón, evita ahora la foto en el futuro congreso del Partido Popular Europeo (PPE) con el que será el anfitrión de la cita, pese a los intentos de la dirección nacional de mover el cónclave de los conservadores comunitarios a Madrid. Pero tampoco tienen prisa en la zona noble por accionar el botón rojo. De hecho, ya se plantean dar aire a Mazón, que acaba cerrar un acuerdo de Presupuestos con Vox, como mínimo hasta el verano, cuando el presidente autonómico ya se haya garantizado 75.000 euros de sueldo público por dos años, independientemente de si sigue o no en el cargo.

Mazón tiene en el calendario marcado en rojo el 13 de julio. Ese día, el actual president de la Generalitat Valenciana se garantizaría un sueldo público de 75.000 euros durante dos años. Así lo establece el Estatuto de los Expresidentes de la Comunitat Valenciana, que fija la mitad del mandato como fecha límite para asegurarse tal remuneración en caso de abandonar el Consell. Acorde con la normativa, este sería el requisito indispensable. Una salida de Mazón antes del plazo prefijado lo evitaría.

El artículo 4.1 de la ley 6/2002, que regula los derechos de los expresidentes, estipula que “serán miembros natos del Consell Jurídic Consultiu de la Comunitat Valencia durante un plazo de 15 años cuando hayan ejercido el cargo por un periodo igual o superior a una legislatura completa (2027)”. Un escenario improbable, habida cuenta del desgaste al que está sometida la figura de Carlos Mazón, cuyo partido empieza ya a cortar el cordón umbilical a un Feijóo al que también le perjudica su supervivencia; a la que se ató en su día. “En los restantes casos”, continúa el artículo, “serán miembros natos por un periodo igual al tiempo que hayan ejercido el cargo de presidente, con un mínimo de dos años”.

Génova prepara la soga...

Acontecimientos recientes amortiguan ligeramente la ya asumida caída de Mazón. El acuerdo cerrado con Vox para aprobar las cuentas públicas en mayo ha concedido un balón de oxígeno a un paciente que resiste en coma. Los Presupuestos eran cruciales para la región, pero también para su presidente, que saca algo de crédito para, al menos, llegar al 13 de julio y, a partir de ahí, esperar a que Génova le baje el pulgar.

Cada vez más voces suenan en la misma sintonía y apuntan a la caída del su barón valenciano. El viraje argumental de los conservadores, escenificado en primer término por Alberto Núñez Feijóo, es garante de que su futuro en el medio plazo no pasa por la Generalitat Valenciana. Mazón sabe que está sentenciado por Génova, máxime después de acontecimientos y declaraciones recientes. El líder de la oposición cortó rápido el cable que les unía, tras comprobar que no sólo logró amortizar el relato contra el Gobierno central, sino que además, los giros argumentales de Mazón han terminado por arrastrarle a él mismo a un horizonte de sangría demoscópica; también trasladado al tablero de juego nacional.

Precisamente esta lectura es la que hacen en la zona noble del Partido Popular. En la séptima planta de Génova 13, según desvelaba el diario El Mundo, dan por hecho que a Mazón tan sólo le queda en la recámara la “bala de la reconstrucción”. En función de cómo salga, con escaso margen de tiempo, la cúpula conservadora ponderará su futuro. No obstante, el escenario más probable y el que a la postre manejan entre los miembros de la dirección nacional, es dejar a su barón con vida hasta pasado el 13 de julio y así garantizarle los dos años de sueldo a razón de 75.000 euros por ejercicio.

...pero sin prisa

En otras palabras: Génova no tiene prisa para pulsar el botón eyectar. O al menos, no del todo. Será la Justicia la que acelere -o no- la defunción política de Carlos Mazón. Independientemente de si la moneda de la reconstrucción le sale cara, en caso de que la magistrada que instruye la causa encuentre “algo que le comprometa”, el PP tomará cartas en el asunto y, “entonces sí”, no sólo dejarán caer al todavía barón popular, sino que presionarán para que sea cuánto antes y evitar un daño mayor a las siglas del partido y, por supuesto, al líder que ató su destino al de Mazón.

En cualquier caso, todos en el PP barruntan el mismo final para el presidente valenciano. Nadie cree que su futuro sea una salida “digna”, aunque también se escudriñan los movimientos que haga Vox, cuyo apoyo ha sido crucial para desbloquear los Presupuestos de la región. La ultraderecha, tal y como adelantó ElPlural.com, ha tenido en su mano la posibilidad de acabar con la vida política de Mazón, pero por cálculo político se detuvo. Por ahí pueden ir los tiros del pacto presupuestario. Los de Santiago Abascal entendieron que un president cada vez más debilitado elevaría sus opciones ante un posible adelanto electoral. O incluso para los comicios de 2027, pero lo cierto es que esa estrategia podría quedar en agua de borrajas en caso de que Génova actúe primero durante el verano.

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